Prólogo

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Kira Hirai, dos palabras, tres significados, y una sóla sensación que producía en aquel dúo: Locura. 

—Se ven muy golpeados, ¿Qué sucedió ahora?

La pequeña de tan sólo once años miraba ya acostumbrada los rostros de sus amigos, los únicos que tenía en aquel entonces.

—Nos divertimos, Ran golpeó a algunos chicos y no quise dejarle la diversión.

—Nada.

Si, dos chicos con problemas de comunicación, siendo a la edad de doce y trece años donde el menor era más expresivo, y el mayor siendo reservado. 

Para la joven frente a ellos suspiró cansada de escuchar siempre lo mismo, pero era normal si lo hacían los hermanos Haitani.

—Como sea, siéntense, traeré el botiquín, me impresiona que hayan llegado hasta aquí, Roppongi está algo alejado de Minato, a pesar de que vivo más cerca de Roppongi.

—Ya lo dijimos, nos gusta pasar por aquí.

—Pero el camino está lleno de pandillas, ¿No es complicado para ustedes?

—No si somos los hermanos Haitani.

La egolatría con la que hablaba el menor de los Haitani era suficiente para estresar a la jóven, era tarde y ellos simplemente llegan a su casa, se colan a su habitación para despertarla y sólo para que la curen.

Tal vez no tenía amigos cercanos y no se llevaba o no tenía una amiga en quien confiar, pero, agradecí el día en que se hizo cercana a ellos.

—Kira, ¿Tienes comida?

—Si, un poco, pero no hagan mucho ruido, ¿De acuerdo? Mis padres se durmieron hace poco, aunque les caigan bien, es tarde para que aparezcan a estas horas.

—Lo sé, gracias.

Pocas palabras para ser el mayor de los Haitani. Aún así, sabía que cuidar de ese par era complejo, sabiendo que les gustaba meterse en problemas y estaban dentro de una pandilla.

—Gracias Kira, nos veremos, muy pronto.

—Adiós enana, y más te vale cuidarte.

A simple vista parecía que era una despedida en la que aparecerían al siguiente día, eso es lo que ella creía.

Pero, habían pasado dos semanas sin noticias de ellos, los esperaba en el mismo lugar de encuentro que tenían, dejaba su ventana abierta en el caso de que lleguen en la noche.

Aun así, no sucedió.

Nunca fue buena para expresar todo lo que su cabeza quería decir. Y nunca supo cómo interpretarlo. 

—Disculpa —ir hasta Roppongi y llegar aquel lugar, guiándose sólo por rumores de la gente, no fue de mucha ayuda, menos cuando el lugar estaba lleno de pandilleros.

—¿Qué quieres niña? Lárgate, no es lugar para alguien como tú. 

—Sólo quiero saber sobre los hermanos Haitani.

Una simple oración hizo que todos se pusieran violentos, no era normal que una niña llegué a preguntar por aquellos hermanos que pusieron nombre en aquel lugar.

Y los rumores, incrementaron. 

Nadie quería decir nada sobre aquellos hermanos temerarios que hicieron su nombre y reputación.

—Niña, será mejor que vayas a casa y vuelvas después de dos años, es lo que les tomará a los Haitani salir de la correccional.

Una palabra, habían sido claros, volvió a caer en la realidad, esos chicos nunca le comunican nada, sólo aparecen y desaparecen cuando se les da la gana, y ella no puede evitarlo.

No puede evitar esperarlos y quererlos a su lado.

Para una niña que dejaba de serlo, el conflicto con sus emociones era el problema de cada día, estaba creciendo, y se daba cuenta de ciertas cosas.

Ese par de chicos pandilleros fueron sus héroes desde que la ayudaron de unos bravucones, desde aquel día, eran especiales para ella.

—Cariño, nos mudaremos a Shibuya.

Y tal vez el destino los reúna en un tiempo más. 

Pero no podían culparla, aprendió de los mejores a no comunicarse directamente como se debía, y aprendió que sus sentimientos eran más que una simple amistad hacia aquellos chicos de ojos violetas.

—¿Y tus amigos? ¿No te despedirás de ellos?

—Ya lo hice.

Haitani Ran y Haitani Rindou, les había pegado ciertas costumbres. Pero seguía siendo débil y para estar a su altura, no podía debía aprender como mínimo a entrenar o saber lo básico, pero para sus padres aquello era imposible, era débil, y así se quedaría. 

La violencia no era su fuerte, al menos no la física.

La violencia no era su fuerte, al menos no la física

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Para aclarar, los lugares más importantes de Tokio

Minato se encuentra muy cerca de Roppongi, y considerando que vive más cerca de Roppongi que del centro de Minato, se da una idea

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Minato se encuentra muy cerca de Roppongi, y considerando que vive más cerca de Roppongi que del centro de Minato, se da una idea.

Minato se encuentra muy cerca de Roppongi, y considerando que vive más cerca de Roppongi que del centro de Minato, se da una idea

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Comunicación - Hermanos HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora