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Kira

Como un bosque oscuro que marchita toda aquella felicidad que posiblemente, no exista, en mitad de todo aquello, como lo describen los cuentas, hay una pequeña luz que lo hace especial, menos frío, menos tenebroso, y más melancólico.

Podía ver por medio de su mirada porque era así de segura, confiada y protectora.

Ver a Yuzuha Shiba defender a su hermano aunque le cueste su vida era sorprendente, y verla caer tan rápido ante la nueva presencia, me daba el resultado.

Esto no es nuevo, viene siendo desde hace tiempo, y sólo debería confirmar algunas cosas para aceptar la realidad, pero no sería conmigo.

—Ella es fuerte Mikey —dije, una vez más estuve en su casa, navidad sería mañana, y desde que llegué, no paran de sorprenderme —Pero, él no lo és.

—Ya veo..., Mitsuya, se hará cargo entonces —asentí —no te involucres con el, Kira.

—Si.

Pronto fui atacada por un gran abrazo en mi pierna, miré a mi enano verme alegre, a lo que le correspondí de igual manera. 

—¡Onee-san! El abuelo Mansaku es divertido, ya puedo dar patadas altas.

—Eso es genial ototo, serás muy fuerte cuando crezcas —dije revoloteando sus cabellos. 

—Onee-san, no hagas eso, me veía bonito —reí por ello a la vez que trataba de volverse a peinar.

Aun así, estar en la casa de los Sano era gratificante, me daba paz sin duda alguna. Era una sensación agradable. 

Aunque, el día de navidad a pesar de que lo pasamos juntos, Mikey salió a conducir.

—Sube Kira, Mikey quiere que veas algo —miré a Draken algo confusa pero asentí, miré una vez a mi ototo verme algo preocupado.

—No duermas tarde, y si tienes miedo, puedes ir con el abuelo Mansaku, o tomar el peluche que Ran y Rindou te dieron, ¿De acuerdo? 

—Si onee-san... —besé su frente para despedirme y salir de ahí.

—¿No está muy loco para que conduzcan a estas horas? —dije en voz alta para que me escuché —¡Mikey! ¿Por qué quieres conducir a estas horas? ¡Hace frío!

Pero luego de un tiempo de espera, lo vi algo ido, y condujo rápidamente siguiendo el sonido de la motocicleta de Mitsuya.

—Maldito enano.

—Oí Draken, ¿Tu escuchaste la motocicleta? Creo que estoy muy sorda que no la escuché.

—Tampoco la escuché Kira —asentí a lo que me cubrí un poco más.

Cuando se detuve, miré que frente a nosotros estaban los Black Dragons, bajé de la motocicleta para ver que Mikey empezaba a caminar con tranquilidad hacia la iglesia.

—Ve con Mikey, Kira —asentí para poder alcanzarlo, a pesar de que una mano se acercaba a mí —¡Kira!

Me agaché dando un movimiento por sobre sus pies para que cayera y así volver a golpear su pecho con mi pie, causando más impacto. 

—Estoy bien, Draken, no tardes —dije alzando mi mano para correr hacia Mikey que me miró un momento desde la puerta de la iglesia, cuando llegué se la abrí.

—Mery Christmas —vaya, se veían muy golpeados.

Y aunque mi objetivo era sólo ver, notaba ciertamente rastros de un cuchillo, una puñalada, una liberación..., habían incitado a Yuzuha.

Comunicación - Hermanos HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora