2

610 47 2
                                    

Kira

Los sentimientos siempre han sido problemáticos, causados por personas que son cercanas a nuestra persona, personas que vemos por primera vez, por personas que vuelven del pasado...

Había olvidado lo que era sentir estos sentimientos, pero, era sólo una niña en aquel entonces y no le tomaba importancia a estas cosas, pero no, pronto cumpliré años, y deberé afrontar este tipo de situaciones.

—Oh, ¿Dejaste de ser una cobarde? —lo miré mal por ello —Esta bien, esta bien, lo siento.

—Cuando fuímos a tu casa y trepamos a tu habitación, me asusté demasiado al ver a un niño ahí, creí que te hiciste un niño —Ran era más idiota.

—Si..., vine a Shibuya, eso es todo, aunque ustedes también desaparecieron —dije para verlos un momento, ellos sólo alzaron los hombros.

Ninguno de los tres hablaría, eso estaba claro, pero, empezaba a ser molesto aquello, digo, confiaba mucho en ellos, pero a la vez no les confiaría mi vida, no dejaría que estén tan cerca de mí.

Pero aquí están, sentados a cada uno de mis lados mientras vemos la nada y el todo, pero no dijimos nada, no hablamos nada, no aclaramos nada. No hubo explicaciones.

—¿Cuándo se irán?

—Apenas llegamos, ¿Por qué ese disgusto de vernos lejos? —Ran había cambiado, era más expresivo, y no sabía si eso era bueno. 

—¿Entonces...? —miré a Rindou que sólo sonrió levemente por ello.

—Estaremos por aquí unos días, luego nos iremos a Roppongi —asentí entendiendo, pero sin preguntar el porque se quedaban.

La pasamos, como dije, mirando la nada y a la vez lo todo, claro que con algunas cosas de por medio con ambos hermanos.

Me sentía feliz, era como antes, como hace dos años, me sentía bien. Aún así, ellos tampoco perdían la costumbre en algunas cosas, como recordarme los favores que les debía.

—¡Mamá! ¡Traje visitas! —dije apenas entré a casa seguida de ellos, por la cocina apareció la cabeza de mamá, sonrió en grande al ver a mi acompañantes.

—¡Chicos! Hace mucho que no los veo.

—Señorita Hirai —si, tampoco el respeto hacía ella, mamá siempre había estado encantada con ellos, a comparación de papá, que nunca les terminó de agradar.

Había mucho de que hablar, pero sólo eran temas triviales los que salían en la conversación y papá se veía bastante irritado con su presencia, algo que ellos aprovecharon y tomaban confianza con papá para acercarse un poco a él.

Mamá disfrutaba ver eso, a mi también, no lo niego, era divertido.

—Bueno, debemos irnos.

—¡Esperen! Es tarde, no dejaré que salgan a esta hora —modo mamá protectora, activado.

Se quedaron, sería divertido pasar esta noche, como las demás, como hace mucho no pasaba, me agradaba la idea.

Pero la idea de pasar con ellos en mi habitación haciéndonos peinados no era precisamente mi fuerte, al menos para mi que mi cabello no existía, al menos no a como era antes. 

—Me impresiona que uses rosita, nunca te vi vestida con ese color, te queda bien —jalé la trenza de Ran haciendo que se quejé, lo que provocó que el le jale el cabello a Rindou por reírse. 

—Encima que les doy posada se burlan de mí, no debí haberlos traído.

—Vamos Kira, nos adora lo suficiente como para darnos paso a hurgar en tus cosas —miré a Ran por ello.

Comunicación - Hermanos HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora