Comunicación - Hermanos Haitani

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Kira

Shibuya era un lugar lindo, no lo niego, ya tenía lugares favoritos, pero también estaba habitada de pandilleros.

Aun así, había ingresado a una escuela bonita, el mundo de la secundaria, me gustaba, pero mis amistades nunca serían tan..., tranquilas, el primer año había sido aburrido, pero, el segundo parecía ser interesante, o eso creía. Por primera vez puedo decir que tengo una amiga. 

Yasuda-chan había sido muy amable conmigo desde el primer día, era algo intensa en algunas cosas, pero era buena, y me agradaba lo suficiente para apoyarla en algunas locuras.

—Yasuda-chan, he terminado —me acerqué a ella al ver que seguía entregando volantes para el club de economía doméstica, el tiempo libre de los de primero era envidiable.

—Muchas gracias sempai —sonreí al verla, se esforzaba mucho por esto, pero, los resultados no fueron los esperados —Habrán muchos, yo sé que sí.

—Calma Yasuda, verás que hasta tendrán su propio uniforme —traté de animarla pero cuando abrió la puerta, sólo vimos a tres chicos, no había resultado como se esperaba, y para colmo Hayashi-chan había herido la poca dignidad de Yasuda-chan en esos días —¿Y así piensan ser populares con las chicas?

—Hirai-sempai, ¿Puedes hablar con ella? Yo me haré cargo de éste idiota —alcé mis hombros en desinterés —Gracias.

—Me debes una, Mitsuya-chan —dije, para verlo un momento y cerrar la puerta.

Claro que animar a Yasuda-chan no fue tarea fácil, al menos no para mí, hacía lo que podía, aun así, al día siguiente cuando estábamos en una hora libre, escuchamos a algunas chicas hablar sobre el club. 

—Vamos Yasuda-chan, será divertido —tomé su mano para llevármela, había una gran fila, enserio se lució, aunque con ellos ahí vestidos de esa manera atraían a varias chicas.

—Ten, éstas son las solicitudes.

—¿Todo esto? —miré todas las hojas que tenía, enserio fueron muchas personas, o más bien chicas, sólo podía ver eso. 

—¿Lo ves? Ahora si podrán seguir con el club, ánimo Yasuda-chan —palpé su espalda para mirar a Mitsuya-chan —¿Qué clase de delincuente eres? Me pareces demasiado curioso a diferencia de otros.

—Sólo hago mi trabajo —asentí tranquila.

—Espera Kira-sempai, ¿No te quedarás? 

—Entrar al club, sería como entrar a un nuevo grupo de amigos, y yo estoy de pasada en este lugar, pronto cumpliré trece, y mi destino está en Roppongi.

—Ya veo, muchas gracias, Kira-sempai —sonreí un poco por ello, tal vez...

—Pero no me vendría mal aprender, ¿Verdad? —volvió a sonreirme en grande —Serás una gran vicepresidenta, espero que el presidente te cuide bien.

—Claro.

Aun así, la escuela era un lugar que me empezó a gustar, especialmente en las horas del club, adoraba esos tiempos. 

—Oí, Mitsuya-chan, ¿Cómo se hacía un pespunte? 

—Te lo explique dos veces, Hirai-sempai.

—Tejer no es lo mio, pero en verdad quiero terminar esto —dije para sentarme frente a el y mostrarle mi pésimo trabajo, daba ganas de llorar con tan sólo verlo. 

—Está bien, te lo enseñaré de nuevo —reí victoriosa por ello, pero claro, yo miraba de frente, y cuando lo hacía me salía al revés, era extraño pero no me salía aun así seguí haciéndolo.