" Kevin es un idiota, todo lo hace para molestarme "
Una historia donde Katia suele llevar su vida de lo más normal después de la muerte de su madre, alejada de los problemas con su padre y su familia . Katia parece tener una vida como ella quiere...
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Hoy por fin era mi cumpleaños, hoy cumplía veinticuatro años de vida y tenía planeado festejarlo de una manera que no imaginé que querría. Mi madre casi se infarta cuando supo que no quería una comida con la familia y partir el pastel, como si fuera un adolescente. Cuando le dije que haría una fiesta en un antro, con mis amigos, alcohol y demás me miró como si estuviera perdiendo la cabeza.
Mis hermanos le aseguraron que estarían al pendiente de mi, que estarían presentes y solo así se controló de encerrarme bajo llave.
Nadie había visto que había cambiado el color de mi cabello, había salido de la casa a medio día y no volví para poder ir al antro y que todos vieran mi nuevo look.
Estacione el auto en el estacionamiento exclusivo del antro y después, entré. El lugar era todo para mi al menos un par de horas, pues así lo había pedido. No quería que ningún extraño estuviera a la hora de que me cantarán las mañanitas, por que mis amigos dijeron que traerían un pastel.
Cuando entre, las luces eran tunues, moradas y rosas pegando a mi rostro haciendo algo difícil la visión. Cuando por fin pude llegar a las escaleras que daban al segundo piso, sonreí al ver que habían decorado.
Sabia que esto era por parte de Valeria, había dicho que pondría globos y una manta que claramente decía Happy Birthday Kev.
— ¡ Llegó el cumpleañero! — se escuchó el grito de Sebastián haciendo que todos giraran su rostro a mi.
— ¡ Feliz cumpleaños, Kevin! — gritaron todos haciendo mi sonrisa ensanchar aún más.
Mis amigos y hermanos se acercaron a abrazarme, me decían cosas lindas como sus buenos deseos y bendiciones para mi vida.
Instintivamente buscaba a una persona con la mirada, pero no la veía por aquí. A pesar de que le envié la dirección y dije que quería que fuera mi invitada especial, Katia no estaba por ningún lado.
Force una sonrisa, no quería que todos se dieran cuenta de que me desagradaba que no hubiera venido. Estaba por hablar cuando sentí unos brazos rodearme por la espalda, me voltee inmediatamente pensando que era Katia. Pobre iluso.
— ¿ Maura?— Cuestioné al verla aquí.
Ella sonrió y exclamó un "sorpresa", pues vaya que si había sido una sorpresa. No la veía desde Navidad, aquella fiesta que hizo en su casa y en la que comenzaron a pasar cosas que estaban saliéndose de control.
