" Kevin es un idiota, todo lo hace para molestarme "
Una historia donde Katia suele llevar su vida de lo más normal después de la muerte de su madre, alejada de los problemas con su padre y su familia . Katia parece tener una vida como ella quiere...
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Estaba en casa, después de una larga semana laboral el fin tenía un momento de descanso. Estaba tirada en el sofá leyendo uno de mis libros favoritos, hoy no tenía planeado para nada salir de casa. Es por eso que estoy con un pantalón de licra y una blusa manga larga, calcetas y un cabello para nada ordenado.
Siempre que tenía que ir al trabajo me levantaba dos horas antes para ordenar un poco mi maraña de cabellos, pero hoy no tenía por que hacerlo.
El timbre sonó y no me quedó de otra más que ir yo a abrir la puerta, pues Valeria estaba en su habitación haciendo no se que. Al abrir me encontré con Oscar, seguramente venía a ver a su hermana.
— Hola Katy— me saludó el con el apodo que me había puesto años atrás.
— Hola Oscar, pasa— hice un espacio entre la puerta y mi cuerpo y el se adentró.
— ¿ que pasó con tu cabello? ¿ acaso te atacaron aves o algo así? — se burló
— Ja, ja, ja — ironice. — Bien sabes que siempre me ha costado trabajo tenerlo en orden.
— Lo sé y a todos nos pasa, tranquila Katy.
— Valeria está en su habitación — le hice saber suponiendo que a ella venía a ver.
— Gracias, antes de ir con ella quisiera hacerte una pregunta. — asiento dándole a entender que puede hablar. — ¿ Kevin estuvo aquí?
Frunci el ceño y me encogi de hombros, no tenía ni la menor idea de quien era Kevin. El se dio cuenta de eso y suspiro, justo en ese momento Valeria salió.
Ella se acercó a saludar a Oscar y se sentaron en el sofá frente al que yo estaba, hice lo mismo pero me arrepentí cuando los escuche hablar.
— Necesito que seas sincera Valeria, ¿ Kevin estuvo aquí? — preguntó el, extraño por que era la misma pregunta que me hizo a mi.
— Si, hace unos días de hecho — dijo ella de lo más tranquila.
— Katy parecía confundida cuando se lo pregunté — dijo el con una ceja arqueada.
— Es que no se quien es Kevin — dije yo.
Valeria me vió con una sonrisa burlona antes de hablar.
— ¿ segura pastelito?
Bufé, Kevin era su hermano. Así se llamaba el estúpido que había venido a arruinar mi aura.
— Dah, si, ese tarado estuvo aquí — confirme.
— ¿ de que me perdí? — preguntó Oscar.
— Katia y Kevin no se llevaron bien, digamos que sus personalidades chocaron y Katia echó de aquí a Kevin — contó Valeria.
