▶Dudas

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Katia Carvajal

Katia Carvajal

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Había llegado al trabajo tarde, esta mañana cuando me desperté fue un susto total. Kevin no estaba a mi lado y en algún momento, dudé en que todo hubiera sido real. Pensé que tal vez había sido un sueño o algo así, pero las dudas se me quitaron cuando encontré los algodones llenos de sangre en un lugar del suelo.

Había despertado súper tarde, tal vez Kevin apagó la alarma y por eso me fuí de lleno a dormir. Apenas y alcancé a ponerme algo presentable para llegar al trabajo, la señora Felicitas me dejó pasar el haber llegado tarde ya que nunca lo hacía.

Para mi suerte el día no había estado muy pesado, era esos días donde no llegaban muchos clientes y podía darme un pequeño respiro. Mientras los bizcochos se cocinaban en el horno, me senté en un banco que había ahí en la cocina para tomar un descanso.

Mi espalda estaba recargado en la nevera mientras se escuchaba únicamente el ruido de los electrodomésticos, pues la puerta opacaba el que había en el mostrador.

Me ponía a pensar en lo que había pasado ayer, Kevin y yo habíamos tenido un encuentro un tanto íntimo. Las declaraciones, el beso, este último siendo el más detonante en toda la situación. Lamentablemente era algo que no podía dejar pasar a la ligera, ayer me había dejado convencer por el a dejarme llevar, pero simplemente no era algo correcto

El que esta mañana se hubiera ido sin avisar, dejar alguna nota o algún mensaje, me hacía saber que tal vez el también estaba en la misma posición. Las dudas no se hacían esperar y realmente hizo lo que yo quería ayer, que se fuera para dejarme pensar.

Y es que ni yo misma me entendía del todo, por que quería que se alejara para pensar y al mismo tiempo me sentía indignada de que lo hubiera hecho.

Bufé con frustración, las lágrimas se acumularon de inmediato en mis ojos debido a que de verdad estaba asustada. El sonido de los bizcochos listos hizo que me limpiara las mejillas y volviera a mi trabajo, olvidándome por un momento del caos que Kevin había hecho en mis emociones con un simple beso.

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El hermano de mi roomie• Kevin Álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora