▶Final Feliz

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Katia Carvajal

Hoy me habían dado de alta del Hospital, mi tía y Valeria estuvieron para mi en todo momento

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Hoy me habían dado de alta del Hospital, mi tía y Valeria estuvieron para mi en todo momento. No se si me dolían más los moretones por el accidente, o el corazón por todo lo que pasó con Kevin.

Tal vez hay quienes piensen que fue una medida drástica el haberme alejado de el, pero bien dicen que lo que mal empieza mal acaba.

No siempre puede haber un Final Feliz.

Estando en casa Valeria estuvo atenta a mis cuidados, agradecía que nuestra amistad estuviera volviendo aunque lamentaba un poco el costo.

Los días fueron pasando, lamentablemente no pude volver a trabajar, necesitaba estar en reposo por un buen rato. Mi tía, mi primo y Valeria era quienes estaban estaban al tanto de mi y eso me gustaba pero también me hacía sentir inútil. Tuve esa sensación de que no estaba sirviendo de nada en este mundo si no podía ni ir al baño por mis propios medios, pues el yeso en el brazo me estorbaba demasiado.

Eso fue cambiando con el pasar del tiempo, un mes, dos meses y en todo este tiempo estuve volviendo de a poco a mi vida. Para mi sorpresa, Mónica, Selene y Vianney estuvieron al tanto de mi situación, sin embargo también me gusto que hayan respetado mi sanación y no mencionaran a quien quise en mi vida en algún momento.

Con el pasar del tiempo fui descubriendo cosas nuevas, por ejemplo, que un cambio físico ayuda muchísimo en dejar cosas en el pasado

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Con el pasar del tiempo fui descubriendo cosas nuevas, por ejemplo, que un cambio físico ayuda muchísimo en dejar cosas en el pasado.

Mi cabello ya no era negro, largo y desobediente. Había ido a un salón de belleza en donde arreglaron el desastre que temía encima, ahora era castaña de cabello un poco más corto y con un fleco en mi frente

Comencé a ir al gimnasio, necesitaba ser más segura de mi misma. Ya había dado el primer paso con mi cabello, ahora tocaba mi cuerpo para sentirme más cómoda conmigo. Así que eso hice, con ayuda de Vianney logré bajar varios kilos de más.

Me sentía feliz de poder usar ropa mucho más escotada y que no se me vieran los brazos con piel colgando o algunos grumitos de más. Con el dinero que había ahorrado durante toda mi vida, comencé la idea de emprender en mi propio negocio de repostería.

El hermano de mi roomie• Kevin Álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora