" Kevin es un idiota, todo lo hace para molestarme "
Una historia donde Katia suele llevar su vida de lo más normal después de la muerte de su madre, alejada de los problemas con su padre y su familia . Katia parece tener una vida como ella quiere...
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Después de varios días, había llegado el tan anhelado día para Kevin. Después de lo que pasó en mi apartamento, había decidido ya no ir con el a la playa.
Pero es Kevin e hizo de todo para que accediera a ir de nuevo, así que aquí estoy, saliendo de mi trabajo para subirme a su auto.
Está sentado en el asiento del piloto mientras mira en mi dirección, tan pronto como me siento ataca mis labios en un beso que me toma por sorpresa. Se le había hecho costumbre besarme cada que quería y no se si está bien que no le ponga un alto ya mismo.
Cuando se separa, sonríe como niño pequeño y enciende el auto.
— Hola — digo sarcásticamente, se ríe
— Lo siento, es solo que siempre quiero besarte.
Miré hacia otro lado un tanto roborizada, el comienzo a conducir mientras cantaba una canción que nunca había escuchado pero que estaba linda.
— Tienes una linda sonrisita, Para mi tu eres la mas bonita La verdad me traes hipnotizado Todavía yo no te he conquistado Pero son mis intenciones Bajarte una estrella Y dibujarte corazones Quiero hablarte bonito Decirte mil cosas Gritar que te necesito
Me miró y subió el volumen de la música mientras cantaba con mucho sentimiento.
— ¿ Es para mí? — pregunto en broma refiriéndome a la canción, el asiente firmemente y termino por ocultar mi sorpresa.
— Miro al cielo y siempre te recuerdo Si no se de ti me desespero Voy a confesar que soy celoso No soportaria verte con otro Hasta en los dias lluviosos Quisiera sus brazos Que son mas que calurosos Cuando voy en carretera Te traigo en mi mente No sales de mi cabeza Con tus ojos siempre me cautivas Y con estos esa sonrisa divina Y con esa piel tan atractiva Luego de su cuerpo ni se diga Siempre que paso cerquita Se enchina mi piel Rápido el corazón palpita Rosas hoy voy a comprarle Pues esta mujer no se emociona Con diamantes
Es imposible no tapar mi rostro con mis manos y sonreír, nunca me habían cantado y Kevin estaba haciéndolo tan casualmente mientras me lleva a un viaje corto.
Me acerco y beso su mejilla, el se aleja y me mira raro.
— ¿ Tu dándome cariño? — ruedo los ojos
— Síguele y aquí me bajo
— No, no, mejor dame otro beso
Sonreí y dejé otro beso en su mejilla, después me acomode en mi asiento y me relaje viendo como la tarde noche comenzaba a darle paso a un bonito atardecer.