Relación Secreta

Beach

Movía mi pies y ladeaba mi cabeza al ritmo de la música que salía del radio del carro.

Nijiro y yo amanecimos bastante felices y cariñosos, y como teníamos el día libre decidimos ir a pasar el rato en la playa. Es de las cosas que hacíamos cuando éramos adolescentes; nos saltabamos las clases y viajábamos en el carro de us padre.

- ¡Mira el perrito que va el ventana de ese carro! - exclamé con emoción.

- Se parece a ti. - dijo riendo.

- No soy un perro. - lo vi mal.

El solo siguió riendo.

- Deberíamos adoptar un perro. - sugerí sonriente.

- Somos una pareja muy ocupada, no lo podríamos cuidar.

Até mi cabello con una liga.

- Pues... Lo llevaría conmigo a todas partes.

- ¿Sesiones de fotos? ¿Entrevistas?

- Si, diría que es mi hijo.

- Sería nuestro hijo. - dijo resaltando el "nuestro"

- Nuestro... - suspiré feliz.

El viaje hasta la playa tuvo risas y risas, algunos besos. Todo con lo malo se volvía bueno estando con el, cada momento aburrido se volvía divertido con él.
Desde que lo conocí fue una persona amable y divertida conmigo, siempre me hacía reír, todos los días me daba detalles diferentes.

- ¡Llegamos! - grite emocionada.

Salimos del carro y caminamos hasta la arena, nos sentamos en ella y puse mi cabeza sobre su hombro.
Él me rodeo con su brazo y beso mi cabeza acariciando mi brazo. Me separé un poco y lo miré.

- No nos quedaremos sentados, vamos. - me levanté de un salto y corrí.

No tardo en venir atrás mío, me alzó por los aires y me dio vueltas, yo solo reía. Me sorprende la fuerza que tiene.

- ¡Bájame! - grité.

El me bajo riendo y me abrazo, le devolví el abrazo.

- Bueno... Esperame aquí. - dijo Nijiro y se fue.

- ¿Adónde vas...?

Me quedé quieta en donde me dejó y mientras lo esperaba vi las olas y escuché el típico sonido del mar que tanto me gustaba.
Jugué con mis manos esperando a mi novio, ¿será que me abandonó en la playa? no, el no haría eso, es muy romántico y amable para hacer algo así.

Sentí unos ligeros toques en mi hombro y me di la vuelta, entonces vi a Nijiro con un ramo de tulipanes rosados, envuelto con un lazo blanco.
Tapé mi boca con mis manos sorprendida y conmovida.

- Gracias, yo no tengo nada para ti. - dije triste

- No hace falta, sólo quise darte un detalle porque sé que te gustan, también te gustan los tulipanes. - extendió el ramo hacía mí y lo tomé.

- Eres una dulzura, a veces pienso que no te merezco. - tomé su mano con mi mano libre.

Recuerdo que Nijiro me dijo que le gustaba una semana después de conocernos, en ese entonces el no me gustaba, así que decidió llevarme detalles pequeños o grandes todos los días, incluso me iba a visitar a mi casa cuando me quedaba sola. Incluso cuando ya éramos novios me seguía dando detalles, como ahora.

- Ven. - jalé su mano y me senté junto a él en la arena, deje el ramo a un lado e hice un corazón en la arena. - Es un corazón, que representa el amor que siento por tí. - bese su mejilla.

- Te ves mejor con el cabello suelto. - su mano deshizo el atado de mi cabello. - Se mueve con la brisa y te ves... Hermosa.

- Eres encantador. - me acerqué y lo besé, el correspondió y puso sus manos en mi cintura. Rodeé su cuello con mis brazos y acerqué más nuestros cuerpos.

Nos separamos por falta de aire, sin separar nuestros rostros sonreímos, beso mi nariz y me abrazo más fuerte.

- Te amo tanto. - dije y repartí múltiples besos por su cara.

- Te amo más.

Después de un rato de estar abrazados me levanté junto a él, vimos el mar por un rato más mientras nos abrazamos. Decidimos que ya era hora de irse ya que estábamos en la hora dulce donde llegaban muchas personas y no queríamos que nadie nos reconociera.

Tomados de la mano caminamos hasta el carro, di un último vistazo a la playa desde lo lejos y sonreí, en esa playa tenía muchas recuerdos con el y esperaba crear más.

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