Insomnia

394 32 0
                                    

2:45a

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

2:45a.m.

Eran más dos de la madrugada, yo me removía en la cama intentando encontrar la posición perfecta, por más que cierro los ojos y cuento ovejitas no logró conciliar el sueño.

Nijiro y yo discutimos por la tarde, razón por la cual nos acostamos más temprano de lo habitual; siempre nos quedamos hasta tarde hablando, dándonos amor o viendo películas, pero como estábamos molestos nos dormimos temprano.

Dormí más o menos una hora y me desperté por un sueño que me dejo algo inquieta, se podría decir que fue una pesadilla.

Desde entonces llevo despierta, moviéndome en distintas posiciones, buscando tips en tiktok de cómo quedarse dormido, tomando un vaso de leche, contando ovejas y muchas cosas más. Llevo ya mucho tiempo despierta y no sé si sea por lo inquieta que me dejó esa pesadilla.

En la pesadilla yo tenía un bebé, no estoy segura de si era mío, pero le comencé a pegar y tirar contra la pared hasta que finalmente quedó muerto, Nijiro siempre me estuvo viendo, cuando yo me di cuenta el tenía una expresión se preocupación y miedo, me decía que no lo buscará más. Realmente no paro de pensar en ese sueño y de tener la sensación de que realmente hice eso. Todo el cuarto está oscuro y eso me da un poco de miedo, nunca he sido de ser muy miedosa pero cuando digo que ese sueño estuvo feo no exagero.

Lleve mis manos hacia mi cara tapando está, ya estaba cansada de intentar quedarme dormida, solo quería poder descansar.

Voltee mi rostro en dirección a Nijiro, que estaba dormido tranquilamente. Siempre me ha gustado su perfil, se ve demasiado lindo.

Pase mi dedo indice cuidadosamente por el arco de su nariz, inconscientemente sonreí.

Ahora que lo pienso, nuestra discusión fue realmente estúpida y todo por estar en desacuerdo. Nijiro y yo discutimos muy poco, casi nunca, pero cuando lo hacemos podemos durar mucho tiempo sin hablarle al otro.

Junte nuestras manos y entrelace la mía con la suya.

– Te amo mucho. – susurré sonriendo.

– ¿Qué haces despierta? – preguntó, ronco.

– Mmm, no puedo dormir, disculpa por despertarte.

Abrió los ojos y giro su cabeza para verme.

– Sabes que nunca será problema para mí estar para ti.

Hice un puchero triste y me acerque a él abrazándolo, me picaban los ojos; quería llorar.

– ¿Qué pasa princesa?

– Tuve una pesadilla y no he podido dormir.

– Ay, mi niña linda. – comenzó a acariciar mi espalda – Tranquila, ya pasó. ¿Ya intentaste tomando leche?

Asentí.

Me puse encima de él teniendo mi cabeza en su pecho, logrando escuchar los latidos de su corazón.

– Perdón. – dijimos ambos a la vez.

Nos vimos a los ojos y soltamos una risita.

– Mi actitud fue algo inmadura, no tenía que haberme enojado por eso. – admití.

– Mi comportamiento tampoco fue el mejor.

– ¿Todo bien? – volvimos a decir a la vez – Todo bien.

Sonreímos y nos dimos un beso corto.

Sabía que no podíamos mantenernos mucho tiempo evitando al otro, vivimos por el cariño de ambos.

Nos quedamos en silencio, uno muy cómodo. Podía escuchar los latidos de Nijiro y eso de alguna manera me transmitía paz, el seguía acariciando mi espalda suavemente y tarareando una melodía muy tranquila.

– Te amo. – dijo

– Y yo a ti, mucho.

Siempre volvíamos al otro, estábamos destinados, tal vez ¿el hilo rojo?

Me encanta mucho esa leyenda; y es que “un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse ”, sin importar el tiempo transcurrido, la lejanía del lugar o lo adverso de las circunstancias.

Tuve la gran suerte de compartí mi hijo rojo con un hombre tan maravilloso como Nijiro, detallista, romántico, amoroso, preocupado, inteligente, talentoso y... Me tardaría una vida entera diciendo las virtudes y las increíbles características de mi novio. Soy afortunada, supongo.

Después de haberme perdido en mis pensamientos, finalmente pude cerrar los ojos y encontrar un poco de paz en el descanso; por fin me dormí.

‹𝟹

Relación SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora