Nijiro Murakami, alguien bastante reconoido por su participación en la serie «Alice in bonderland».
¿Cómo haría su relación pública teniendo a tantas fans tras el?
El y su novia deciden mantener su relación completamente secreta y privada, teniendo...
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Revisaba mi celular aún acostada en la cama, Nijiro se había levantado para ir al baño. Ayer por la noche fuimos a una fiesta y cuando llegamos caímos rendidos después de haber estado bailando y bebiendo.
- Buenos días . - entro a la habitación.- ¿No te duele la cabeza? - preguntó acostándose a mi lado.
-No, ¿y a ti? - volteé mi cabeza para verlo.
- Un poco, pero ya me tomé una pastilla.
Su mano acarició cariñosamente mi espalda desnuda, eso hizo que me relajará mucho, él era muy bueno dando caricias.
- Harás que me duerma de nuevo...
Escuché una pequeña risa y abrí los ojos para ver su cara levemente sonrojada, tenía una pequeña sonrisa y sus ojos parecían estudiar mi rostro.
- Siempre te ves tan linda.
- ¿Qué dices? seguro tengo baba por toda la cara.
- No importa, te ves linda siempre.
Me acerqué a él y lo abracé, me acogió entre sus brazos transmitiendóme calor. Me gustaban este tipo de amaneceres, tan cálidos y románticos, ojalá todas las mañanas fueran así. Mientras lo abrazaba nos veía reflejados en el espejo teníamos al lado de la cama.
- No me arrepiento de poner espejos arriba y al lado de la cama.
- El del techo no era necesario...
- ¡Claro que si!... Yo lo disfruto. - sonreí de lado.
- Sayuri, eres atrevida.
- ¡Asi te gustó! - lo besé.
- Siempre dices eso, siempre lo has dicho, desde la secundaria.
- Soporta, chiquis. - me saqué la lengua y volteé los ojos.
Soltó una carcajada al igual que yo. Me puse completamente sobre el y solo un quejido; si besos por toda su cara y el último lo dejé en sus labios, cuando me iba a separar puso sus manos en mi cabeza empujándome hacía el uniéndonos en un beso.
Cuando me separé vi sus ojos que se veían más claros por la luz del sol que se reflejaba en ellos. El se sentó aún teniendóme sobre el, entonces nos vi en el espejo, perfecto para una foto.
- ¿Tomamos fotitos? - sugerí.
- Me parece bien, será para el recuerdo. - sonrió y apretó mi cintura
Tome mi celular que estaba en la mesita de noche, entre a la cámara y el volteo su cabeza para que su cara no se viese.
- Como siempre salí divina. - sonreí.
- No lo dudo.
- Tu también saliste muy guapo.
- Somos una pareja de guapos.
Tomamos un par de fotos más, unas más diferentes que las otras, también tomamos unas para recuerdos, con mi cámara instantánea tomamos más que claramente colgaría en mi estudio o tal vez lo pondría en la funda de mi celular, no lo sé.
- ¿Quieres que haga el desayuno? - cuestionó.
- La verdad... No tengo mucha hambre, antes de dormir me atasque con un pedazo de pizza fría que encontré por ahí.
- Por eso te enfermas. - me regaño.
- Es una pizza fría que no le hace daño a nadie, tu te comiste un brócoli del piso y no te pasó nada.
- Yo tengo más defensas que tú. - alardeo.
- ¿Me estas diciendo débil?
- No, amor. - alzó las cejas y sonrió.
- Ok, no... Pareces un pedófilo con esa cara. - ambos nos reímos.
- Me amas así.
Negué con la cabeza.
- ¿A no?
- No. - reí.
En menos de dos segundos estaba sobre mi con una expresión bastante graciosa.
- No estoy seguro de eso... Yo creo que si me amas.
Negué riendo. - Nop.
- Mientes, dime la verdad o te atacare.
- ¿Atacarme? - lo vi confundida.
Sin decir más nada comenzó a hacerme cosquillas picando mis costillas, no pude evitar comenzar a reír desesperadamente intento quitarlo de encima de mí.
- Detente. - dije con dificultad.
- Di que me amas. - negué. - Entonces seguiré.
Continuó haciéndome cosquillas, parecía no querer parar y ya me estaban dando ganas de orinar, me dolían la panza y los cachetes de tanto reír.
- Detente, por favor. Me voy a hacer pis.- supliqué.
- Ya sabes que decir.
No se detuvo y yo ya no iba a luchar más con el porque en cualquier momento me haría encima
- ¡Ya, TE AMO!
Sus cosquillas se detuvieron y su cara reflejó placer, disfrutaba verme así.
- No te costaba nada decirlo al principio.
No dije nada ya que estaba tomando el aire que me había estado haciendo falta, lo vi mal.
- Eres malo. - resople.
- Así me amas. - me guiñó el ojo.
- Ay pues, si te amo. - volteé los ojos ocultando mi sonrisa.
- Ya sé, yo también te amo.
Beso mis mejillas.
- ¿Dormimos otro rato? - preguntó él.
- Por favor.
Puse mi cabeza sobre su pecho y cerré los ojos. Me encuentro feliz con el, espero sienta lo mismo.
