⊷⊶⊷⊷⊶⊷《 6 》⊷⊶⊷⊷⊶⊷

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Jennie

—¿Quién dijo algo sobre dormir?—Levanté la cabeza y le sonreí a Lisa, quien me alcanzó un vaso de agua.

Sus ojos se estrecharon.

Ya había follado antes con algunos metamorfos después de las carreras de la luna llena o durante los juegos de apareamiento, solo para desahogarme.

Se había sentido bien y no era raro porque ambos sabíamos el resultado. A diferencia de los humanos que se unían a sus parejas emocionalmente y no por las feromonas, eso de tener amigos con beneficios funcionaba perfectamente con los cambiaformas.

Pero no había nada, nada comparado con lo que acababa de experimentar.

No era solo tener a mi disposición la doble acción, lo cual era algo que nunca había considerado antes, era porque se trataba de mis compañeras, definitivamente.

Era como si mi cuerpo reaccionara al toque de ellas dos a cada momento. Mi cuerpo vibraba con una frecuencia diferente. Había explotado y me había transformado en algo totalmente nuevo durante el orgasmo.

Fue una locura.

Intenso. Poderoso.

Y sin embargo...

simple.

Los lobos estábamos acostumbrados a la desnudez, acostumbrados a que otros nos vieran desnudos, después de cambiar de forma en medio de una carrera, todos estaban desnudos.
Por eso no era difícil para mí desnudarme. Estaba acostumbrada a estar desnuda delante de los demás.

Estar desnuda físicamente era una cosa, pero tenía la sensación de que estas dos verían cosas que no estaba lista para mostrarles, sentir, o compartir.

El hecho de que me hubieran inducido al jueguito doble hacía sentir todo muy crudo y tierno. Y de hecho, me gustaba demasiado. Cada vez que llamaba a una de ellas «alfa» me mojaba más de lo que jamás habría pensado. El hecho de que me lo exigieran cada vez me hacía perder la cabeza, doblegándome, completamente sumisa.

Solo habían pasado dos horas desde que nos habíamos conocido, y ya habían causado cambios en mí. Me sentía una persona completamente diferente, mi vida había cambiado de rumbo de un segundo a otro y por eso, temía encontrarme muy seguramente en la posición de permitir que mis compañeras me reclamaran, pasara lo que pasara.

Incluso ahora, cuando mi razonamiento humano volvía, no podía sentir nada más que el más fuerte afecto por estas dos hermosas alfas, y no sabía nada de ellas más que el tamaño de sus miembros. Era como si el concepto humano de amor ni siquiera se aplicara, nuestros cuerpos solo reaccionaban a la sensación de estar cerca de nuestros compañeros y me agradaba.

—Oh, estaremos encantadas de mantenerte despierta toda la noche, nena —replicó Rosé, enterrando los dedos en mi cabello otra vez, se sentía bien. Era tranquilizador—Pero Lisa tiene razón, definitivamente necesitamos aprender algunas cosas sobre ti, así sabremos cómo complacerte y mantenerte feliz.

La estudié, su cabello era rubio, su cara recortada, un físico bien formado y sólido.

Estaba completamente vestida, excepto por los pantalones abiertos y el miembro medio duro perpendicular a su vientre. Parecía satisfecha, relajada. Como si su lobo no llevara el mando en ese momento, a diferencia de antes en el club.

—Tú primero —le dije—. ¿Profesión?

—Soy dueña de una cadena de tiendas de alimentos, proporciono trabajo a muchos miembros de mi manada.

—¿Y realmente eres su alfa? —Había sentido el poder alfa en su mando antes, pero no sabía si era solo de una línea alfa o si ya había heredado la posición.

𝐃𝐈𝐒𝐎𝐁𝐄𝐃𝐈𝐄𝐍𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora