01: Granate

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Jungwon rodó en la cama, estirando su brazo para alcanzar su celular en el buró, y cuando se dio cuenta de la hora soltó un bufido

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Jungwon rodó en la cama, estirando su brazo para alcanzar su celular en el buró, y cuando se dio cuenta de la hora soltó un bufido. Se sentó en la cama, intentando quitar el brazo que apresaba su cintura. Anoche había estado bastante bien, pero ahora tenía cosas por hacer, y no podía cancelar nada porque era el presidente del consejo estudiantil.

El alfa a su lado ronroneó, soltando una cantidad justa de sus feromonas para que la frustración que empezaba a hacerse presente en el cuerpo del omega se esfumara. Y funcionó, pues Jungwon terminó con un puchero en sus labios, no queriendo salir realmente de la cama.

—Detesto cuando haces eso —dijo mientras el alfa se acurrucaba junto a él—. Tengo que ir a clase. —Pero no hacía nada para quitárselo de encima, en cambio, empezó a acariciar su cabello.

—Quédate.

—Sabes que no puedo, hoy tengo que darle la bienvenida a los de nuevo ingreso. —El alfa gruñó, afianzando el agarre contra su cintura—. Tienes que dejarme ir ahora.

—¿Cuándo vas a dejarme verte de nuevo? —murmuró contra su cuello.

El omega frunció los labios a la par en que soltaba un suspiro largo. No le gustaba cuando el alfa se ponía de esa forma, siempre queriendo más y más.

Cuando confesó que le gustaba, esperaba que el mayor entendiera que era solo físicamente, no tenían por qué mezclar sentimientos y todo era para satisfacer sus necesidades. Decirle a alguien me gustas no significaba el inicio de una relación, pero al parecer el alfa todavía no entendía eso. Jungwon tampoco hacía nada para aclararlo, sobretodo porque tenía que soportar cómo todas las omegas suspiraban soñadoramente al verlo pasar. Sabía que era así desde que el alfa seguía siendo un nerd, pero la gente había empezado a ser más obvia después de su cambio de apariencia.

Malditas interesadas. Aunque él también lo era. Jungwon sería un hipócrita si decía que se habría acercado al alfa con su apariencia de nerd. Le gustaba, pero no lo suficiente para una relación. Ahora que era popular, tampoco podía pensar en eso, no cuando la mayoría lo quería con Park Sunghoon, el guapo príncipe de hielo. Los estudiantes solían decir que Jungwon era el único que podía derretir su frío corazón, y es por eso que se negaba a formalizar lo que sea que tuviera con el de olor a café y madera. No iba a echar a perder su buena reputación.

Pero Heeseung era suyo. Le pertenecía. Y él le pertenecía al alfa. Se complementaban de una buena manera y se sentía cómodo con como estaban las cosas ahora mismo.

Sin embargo, estaría loco si permitiera que el alfa hiciera lo que le ha estado pidiendo en los últimos tres meses: una marca.

No, Jungwon aún no estaba listo para formar el lazo. Y jamás dejaría que algún alfa lo marcara, incluso si Heeseung era diferente, no daría su consentimiento.

—Voy a estar ocupado todo el día. ¿Quizás en la noche? Puedo venir. —Sugirió, alejando su cuello de la boca del alfa porque no quería sentirse sumiso. Odiaba flaquear ante el mayor.

A TUS PIES ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora