Dedicado a cometavenue
Abrió los ojos, parpadeando hasta acostumbrarse a la intensa luz blanca. El aroma a medicamentos y desinfectante le hizo arrugar la nariz; carajo, odiaba los hospitales.
Habían pasado algunos años desde la última (y única) vez que estuvo en uno, y no quería recordar de nuevo cuando estuvo en enfermería en la Universidad, de alguna manera sentía que en cualquier momento le inyectarían alguna anestesia para hacerlo dormir y así impedir que lastimara a alguien. Los hospitales no eran precisamente muy amigos de los alfas, sobretodo cuando la mayoría eran atendidos por betas, los únicos que podían soportar estar entre alfas y omegas sin verse afectados.
El sonido del aparato a su lado que indicaba que su corazón latía establemente, llenaba el incómodo silencio en la habitación, Heeseung podía incluso escuchar su propia respiración. Los minutos que le tomó recomponerse y asimilar que estaba despierto, fueron llenados con recuerdos en su mente de lo que había pasado; no estaba seguro de cuánto había estado ahí, su alfa estaba un poco ansioso.
No lo matamos, le dijo a su alfa. No somos asesinos.
Parpadeó varias veces, de nuevo, intentando eliminar las imágenes de su tío y su primo. No somos asesinos, repitió su lobo. Y es que, era algo que Heeseung cargaba desde ese incidente, por más que quisiera hacerlo, no podía perdonarse. Nunca lo había hablado con alguien, por lo que lo único que podía hacer era recriminarse a sí mismo por haber cedido a sus instintos y comportarse como el prototipo terrible de macho alfa.
¿Alguna vez encontraría calma su pobre alma?
¿Por qué la Diosa Luna lo había mandado al mundo como alfa?
Su lobo empezó a aullar de dolor en su interior por los pensamientos que estaba teniendo, y Heeseung empezó a tener dolor de cabeza, una migraña muy intensa. El aparato a su lado empezó a sonar de forma irritante, provocando que el dolor que sentía, aumentara. Cerró sus ojos, rogando que la sensación se fuera porque estaba siendo insoportable. Escuchó la puerta abrirse y pasos acercarse a él.
—¡Doctor, lo estamos perdiendo!
Volvió a desmayarse.
Cuando abrió los ojos de nuevo, él seguía en esa habitación con paredes blancas y el aroma a desinfectante parecía haber aumentado. Observó a su alrededor antes de detenerse en la persona que estaba sentada a su derecha. No evitó suspirar.
—Buenas noches, Heeseung. —Choi Chanhee lo miraba serenamente—. ¿Qué tal la siesta?
No entendía por qué su psicólogo estaba ahí, pero podía asumir que la noticia de la pelea ya había sido noticia; Lee Seungmin era un poco odiado por mucha gente, su humillación debió ser tema de conversación en el periódico electrónico.
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A TUS PIES ©
FanficHeeseung es un alfa fuera de lo común, razón suficiente para que se le dificulte existir en una sociedad rodeada de etiquetas y en un mundo que no lo comprende. Su amor platónico, Yang Jungwon, el omega más codiciado de la universidad, lo mantiene e...