El arrepentimiento es parte del proceso, le dijeron. Pero mientras más crecía, volvía a cometer los mismos errores, una y otra vez, como si fuera automático y no tuviera otra opción más que equivocarse. Le parecía exhausto, no importaba cuánto se esforzara para mejorar y no repetir el patrón, nunca lo lograba.
No tuvo atención en casa, así que, sin ser realmente consciente de lo que hacía, terminaba buscándola en las personas. Quería sentirse importante para alguien, y era bastante extraño darse cuenta que, para las personas ajenas, él era alguien hermoso e inalcanzable. Lo pusieron en un pedestal y se creyó el rey, sin saber que llevar la corona traería consigo el peso de la responsabilidad.
No entendía por qué sus compañeros querían sentarse a su lado todo el tiempo, peleaban por él para jugar en los descansos y lo cuidaban incluso de los chicos que lo pretendían. Aunque pensaba que tenía muchos amigos, se dio cuenta de que no todos lo eran, algunos solo querían apuñalarlo por la espalda, pero él era más listo que ellos, después de todo, cuando pasas tu vida entera bajo los golpes de tu propia familia, ya nada puede romperte más. Enfrentar a los hipócritas era un gusto, no temía a poner límites sin la necesidad de pelear o verse vulgar. Aquello pareció gustarles más.
La Luna también fue amable con él al darle una belleza exuberante, lo suficiente para hacer babear a los tontos alfas que se pensaban que podían tener una oportunidad. Jungwon disfrutaba de tenerlos bajo sus pies de distintas formas, divirtiéndose por lo patéticos que podían verse con tal de obtener una simple mirada de su parte.
El amor no era algo que buscara, estaba bien con tan solo recibir palabras dulces, regalos y buen sexo. ¿Por qué se molestaría en esperar algo que jamás llegaría? Tan solo faltaba ver el matrimonio de sus padres para darse cuenta de que el amor solo funcionaba en las películas cliché que a las adolescentes les gustaba ver. Era más complejo que eso, pero Jungwon no quería detener su vida tratando de entenderlo.
Toda su vida siendo cauteloso, cuidando su propio corazón, sin permitir que la gente incorrecta tuviera acceso a este. Había sido minucioso y metódico, entonces, ¿qué se creía ese alfa torpe con anteojos más grande que sus ojos, para provocarle un sinfín de emociones? Le asustaba. Tenía miedo todo el tiempo por los latidos de su corazón aumentando en ritmo cada vez que estaba cerca de él.
Absolutamente todos sus anteriores ligues no duraban más de dos meses, terminó llamándoles estrellas fugaces, pero no le afectaba en lo mínimo, él mismo se aburría fácilmente de las personas. No obstante, no entendía la necesidad de querer embriagarse del alfa de aroma café y madera, nunca tenía suficiente de él, lo dejaba tan extasiado, deseoso de más. Era insólito, ¿Heeseung era algo más que solo el as de la universidad o, qué era lo que lo hacía tan especial? Porque era guapo, tenía un cuerpo bastante masculino y era muy bueno en la cama, pero aquello eran cosas que sus anteriores parejas habían tenido también.
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A TUS PIES ©
FanfictionHeeseung es un alfa fuera de lo común, razón suficiente para que se le dificulte existir en una sociedad rodeada de etiquetas y en un mundo que no lo comprende. Su amor platónico, Yang Jungwon, el omega más codiciado de la universidad, lo mantiene e...