✔Capítulo 14✔

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Título: Defendiendo a la protagonista (3)

Pov Erika

Desde que llegué a palacio y me convertí en la princesa ilegítima no he encontrado a alguien que no me mire con desprecio.

Mi madre murió hace un año y seis meses después fue descubierta mi procedencia.

"Bastarda".

Esa era mi palabra calificativa.

"No tiene modales".

"Es una vergüenza para la familia real".

"Solo es una chiquilla tonta".

Tantos comentarios negativos que escuchaba mientras mi presencia no era notada. A quien debería llamar "padre" solo me ignora y mantiene en un castillo aislado, mi "hermana" y la emperatriz solo se ríe y burlan de mí a mis espaldas.

'— Fuiste elegida por el oráculo para cometir por ser la Emperatriz de los Clanes'.

Había dictado mi padre con una mueca durante la cena, no pude estar más que sorprendida. Ni siquiera el gran Emperador era capaz de desobedecer una ordrn dada por el tesoro imperial.

¿Podría casarme con los Príncipes?

Recuerdo que pensé eso en su momento.

Antes de dormir siempre recordaba a mi amorosa madre, contándome cuentos de hadas.

'— Algún día un príncipe te rescatará, será hermoso, poderoso, decidido y gentil, te defenderá de cualquier mal y estará a tu lado hasta el final'.

Esas habían sido sus palabras.

'— Guarde silencio princesa'.

Proclamó con voz autoritaria Lady Videl mientras era cargada en sus brazos. Sentí mis mejillas calentarse mientras me aferraba a su cuello.

— De acuerdo —asentí a su orden dócilmente.

« ¿No seré pesada? »

Me pregunté mientras la veía cargarme sin ningún tipo de esfuerzo hacia mi habitación. Desde mi posición puedo ver su rostro perfilado, uno de mis dedos jugueteó con un mechón de su cabello, era suave y sedoso.

« ¿Qué champú usará? »

Recosté mi cabeza de su hombro y sentí un calor acogedor, era realmente agradable.

« Huele a rosas. »

Al llegar a mi habitación me dejó con sumo cuidado sobre mi cama.

— Permítame —pidió y colocó una rodilla en el suelo.

— No, no, no es necesario —enrojecí mientras ella sujetaba con delicadeza mi pierna, quitándome la zapatilla de mi pie adolorido.

— No se niegue, es mejor si veo la gravedad del daño, de esa forma el médico podrá trabajar más rápido —añadió.

Guardé silencio mientras ella examinaba mi tobillo, hice una mueca de dolor ante su toque.

— Duele —admití.

— Lo sé.

« Su voz es tan profunda y sensual. »

Sentí mi rostro calentarse ante aquel pensamiento. Ella levantó su vista a mi rostro y sonrió.

— No está roto, es un alivio

¡¿POR QUÉ TENÍA UNA SONRISA TAN SEXY?!

Su cabello, recogido en un moño bajo, caía tras su espalda y algunos mechones sueltos ondeaban a los lados de su rostro, sus ojos rojos solo podían ser comparados con los más hermosos rubíes.

Me convertí en el Efecto Mariposa (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora