Marvel: El Juego

Volumen 2 // Capitulo 62

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[Punto de vista de Thor Odinson]

La batalla había terminado, y una vez más nuestro equipo había salido victorioso.

Sin embargo, todavía me preocupaba. Ese hombre, esa cosa que se hacía llamar The Beyonder, era peligroso, demasiado peligroso.

Me sentí como un niño, mirando a un monstruo inconcebible, mucho más allá de mi poder para detener.

No me gustó este sentimiento.

No me gustó sentirme impotente.

"Supongo que eres el siguiente", comentó Alex dándome palmaditas en la espalda mientras miraba a The Beyonder con una mirada de odio.

Asentí, fuera lo que fuera que este monstruo estaba jugando, estaba dejando a Alex para el final.

Tal vez en un intento de torturarlo, realmente no podía decirlo.

Si fuera verdaderamente poderoso, sería capaz de proteger a mi hermano, de vencer a este enemigo.

"Bueno, suficiente charla, damas y caballeros", comenzó The Beyonder, pero lo interrumpí, apuntándolo con mi martillo.

"Basta de hablar monstruo, y tráeme, mi retador, para que puedas saborear la derrota una vez más", gruñí, cómo se atreve a jugar con nosotros, cómo se atreve a abusar de su poder para su propio entretenimiento. Puede que no sea capaz de matarlo, pero no dejaría que se saliera con la suya.

El Beyonder sonrió, antes de estallar en un ataque de risa, "Muy bien entonces", asintió, teletransportándome a la arena.

"Buena suerte", sonrió Alex desde la zona de espectadores, con ojos pesados.

Sabía lo que estaba sintiendo porque yo también lo estaba sintiendo.

-No te preocupes hermano- le sonreí tratando de animarlo- ¡Seguiremos invictos, de eso te doy mi palabra!

"Palabras en negrita", frente a mí, algo apareció lentamente. Al principio, lo que se materializó parecía un hombre normal, más alto que yo pero más allá de eso, nada, sin embargo, a medida que pasaban los segundos, su apariencia aparentemente normal cambió, su rostro humano se transformó en el de un lobo, que resultó ser más ancho de lo que podría ser un lobo. ser, encerrado en una expresión permanente de alegría delirante, sus ojos, sin párpados y saltones como a punto de salirse de su cabeza, y su boca, ancha y entreabierta, mostrando dientes imposiblemente grandes, cada uno tan grande como una daga.

"Aquí está tu retador, Reinhard", sonrió The Beyonder, señalando al que se había burlado de mis palabras de apoyo a mi hermano.

"Todo lo que veo es un hombre muerto", le respondí, no tenía miedo de tal exhibición, yo era el Dios del Trueno, y tener miedo sería un insulto para mi gente, y ahora, para mi hermano.

"Lo mismo digo", Reinhard parpadeó como si estuviera sorprendido de que su aspecto no me hubiera afectado, antes de reírse.

"Bueno, entonces, que comience la batalla", gritó The Beyonder antes de desaparecer de la vista.

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Miré a la bestia frente a mí, poniéndome en una posición de batalla que parecía complacer al monstruo mientras su boca se estiraba en una amplia sonrisa.