No todas las alfas son malas, no todas te rompen el corazón, no todas te dejan a la deriva con un bebé y un lazo roto.
Cho Miyeon aprendió de la peor manera el amor, ahora con un cachorro en su vientre, y un lazo roto por una alfa quien la ha despre...
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El dolor se intensificó cada vez más en su cuello, justo en aquella marca que tenía de su alfa, Miyeon soltó de inmediato los libros de sus manos al sentir de nueva cuenta las punzadas ir creciendo cada vez más y más, era un espantoso dolor, insoportable, casi como si alguien estuviera clavando un cuchillo justo en su corazón.
Y de repente, había dejado de sentir a ella, a su alfa, de inmediato el miedo comenzó a recorrer el cuerpo de la omega, ¿y si algo le había pasado? ¿qué tal si su pareja había sufrido un grave accidente? No, no podía pasarle algo tan grave, ¿verdad?
Los pensamientos de preocupación seguían recorriendo por su cabeza, debía de calmarse, tal vez se había desmayado o algo, pero por más que su loba intentaba llamar a su alfa, no la encontraba, nada, sin rastros de ella, y de repente se sintió triste, un inmenso dolor invadiendo por completo su pecho, no lo entendía, ¿qué era lo que estaba sucediéndole en este momento? ¿por qué ya no puede sentir a su alfa?
De nuevo otra punzada demasiado fuerte, Miyeon apretó sus dientes, tratando de evitar que soltase un gemido de dolor, aún llamaba a su alfa, pero nada, no lo entendía, el miedo la estaba recorriendo, no quería que nada malo le pasara, aún ni siquiera le ha dicho la gran noticia que tiene para ella, y exactamente ese día planeaba decírselo, ¿por qué pensaba en aquello ahora?
Y entonces abrió los ojos, y allí la vio, Jeon Soyeon, allí estaba su alfa, pero ¿por qué no podía sentirla?
— S-Soyeon... — susurro apenas audible, estaba a punto de gritarle cuando la vio. Una de las omegas más lindas de la universidad, había salido del mismo lugar de dónde Soyeon, y le sonreía a su alfa, y ella le devolvía la sonrisa, Miyeon estaba entrando en miedo, y esa potente tristeza que la estaba invadiendo creció aún más al ver la marca en la chica, una fresca marca.
Todo encajaba tan perfectamente, pero ella no sería capaz de hacerle algo como eso, ¿cierto?
No quería que ella la viera en ese estado, así que con cuidado, se agachó, tomó cada uno de sus libros y corrió al aula más cercana, escondiéndose, tendría que hablar con ella, y solo esperaba que lo que estaba pensando no fuera real, en lo absoluto, no soportaría aquello, un lazo roto y un bebé, ella no sería capaz de hacerle eso, ¿verdad?
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