No todas las alfas son malas, no todas te rompen el corazón, no todas te dejan a la deriva con un bebé y un lazo roto.
Cho Miyeon aprendió de la peor manera el amor, ahora con un cachorro en su vientre, y un lazo roto por una alfa quien la ha despre...
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Viernes... al fin era viernes, Miyeon no sabía como sentirse al respecto, ni siquiera espero a que la alfa que la había invitado a salir se presentaría ante sus ojos, se sintió extrañada, mirarla cerca de la salida de la universidad con sus manos dentro de los bolsillos y con la mirada hacía su celular, solo le hacía tener viejos recuerdos de los cuales la mayoría quería deshacerse por completo, por inercia llevó su mano hacía su vientre aún plano, debía seguir las instrucciones del médico, evitar un poco la cafeína.
— Hola — una suave voz la sacó de sus pensamientos, miró hacía el frente encontrándose con la mirada de Minnie, aún recuerda el nombre, era un milagro, Miyeon pensaba que lo olvidaría de inmediato, pero afortunadamente no era así, ¿la alfa habrá olvidado su nombre? —, ¿nos vamos?
— Hola — contestó tímida, aún muchas cosas pasaban por su cabeza, sobretodo tenían que ver con aquella alfa que se encontraba justo frente a ella —, ¿a donde iremos?
— Hay un Starbucks cerca de aquí, ¿te gustaría ir allí? Si quieres podemos ir a otro lado.
— Esta bien allí — asintió regalándole una pequeña sonrisa.
Minnie sintió a su loba removerse al ver esa sonrisa, no era completa, para nada lo era, pero que esas comisuras se elevasen de forma tan tenue y delicada, solo había hecho a su corazón desbocarse en el proceso, y le agradaba de sobremanera, podía disfrutar esa sonrisa todo el tiempo que quisiera.
— Entonces vamos.
La omega dio un asentimiento al instante y ambas comenzaron su camino rumbo a la cafetería que había sugerido Minnie, la alfa se sentía nerviosa, jamás había sentido sus nervios tan a flor de piel, miraba de vez en cuando a la omega a su lado, quien mantenía su concentración en el camino, su mirada tan apacible, se quedo mirando los ojos marrones de la omega, había algo más allí, Minnie lo sabia, era tristeza, ¿acaso por su lazo roto? O ¿habrá alguna otra razón?
Miyeon miró de soslayo a la alfa que la miraba, se sintió extrañada, ¿por qué siquiera se molestaba en observarla con tanto interés? No lo comprendía, y tal vez no terminase de comprenderlo, sus ojos regresaron al camino y por fin pudo ver aquel logotipo tan típico de la cafetería, no detuvo que la sonrisa le apareciera en los labios, miró hacía la alfa que de inmediato aparto su mirada al ser descubierta por Miyeon.
La omega quería reír al ver la reacción de Minnie, y es que no se esperaba que apartase la mirada, ¿se habrá avergonzado? Era divertido ver algo como aquello, los alfas a veces lograban avergonzarse, era extraño que pasara algo como eso, casi siempre a ellos les gustaba avergonzar a los omegas para molestarlos y hacerlos sentir lo más dulce y tierno del mundo, claro que a Miyeon era difícil hacerla sentir en vergüenza, si lograban hacer que se sonrojara era un milagro.
Inclusive su antigua alfa hacía méritos para verla sonrojada, de nuevo esos recuerdos invadiendo su mente, dejo de sonreír, Minnie no pasó por desapercibida aquello.
