𝐋𝐀𝐙𝐎 𝐑𝐎𝐓𝐎 | 𝐌𝐈𝐌𝐈𝐍

𝟮𝟲

— ¿Y has pedido que te cambien para clases en línea? — aunque Minnie se mostrase bien al respecto, la realidad era muy distinta, le hubiera encantado que Miyeon siguiera en la universidad, y aunque continuaría con sus estudios, el solo pensar que ya no la vería por el campus la hacía sentir triste.

Miyeon no pudo evitar sentirse un poco mal al respecto, sabía que Minnie la quería lo más cerca posible, pero esto era necesario, ya que a veces Miyeon tenía que subir demasiados escalones para traspasarse de piso en los edificios para tomar alguna clase, y eso no era tan justo para alguien que le empiezan a doler los pies por la hinchazón y que ahora pesa un poco mas, es sumamente agotador.

— No pongas esa cara, Minnie, estaré bien aquí — mencionó Miyeon acercándose a la alfa que parecía no estar muy convencida por sus palabras.

— No es eso — negó lentamente —, ¿estas segura de hacer esto? Puedo cargarte a tus clases si deseas.

Miyeon sonrió al escuchar eso, era la propuesta más dulce y tierna que le habían hecho en toda su corta existencia en ese mundo, debía admitir que imaginar a Minnie cargándola hasta dejarla en sus clases sería algo muy tierno, aunque ella se sentiría muy avergonzada, seguramente las miradas estarían sobre ellas en todo momento que hagan eso hasta que los de alrededor se acostumbren a los hechos, pero no era como si Miyeon quisiera que Minnie estuviera perdiendo clases por culpa suya, así que lo mejor era que tomara sus clases por internet y poder estar en casa.

— Te cansarías y no quiero lastimarte, no quiero que por mi culpa salgas lastimada de la columna o que pierdas alguna clase — Minnie soltó un resoplido en respuesta —, esto es lo mejor, Minnie.

— ¿Sabes que voy a extrañarte? La universidad no será lo mismo sin mi dulce omega paseando por allí...

— Podremos vernos los fines de semana — Minnie asintió, esa era una buena idea.

La realidad era que Minnie no quería estar para nada separada de la omega, le agradaba su compañía a todo momento, y aunque sabía que debía llegar la hora en que se tenían que separar, sabía que Miyeon siempre estaría en su mente y que podía llegar a protegerla, en verdad se siente como una cachorra que no quiere despegarse de sus padres, solo que ahora la situación era muy distinta, no quiere dejar a Miyeon, quiere ser parte de cada minuto de su vida.

Miró como la omega iba de un lado para otro parecía cansada pero a la vez tan animada, sus ropas eran holgadas y dejaban un poco su vientre abultado que resaltaba un poco más.

— Deja de mirarme así — mencionó la omega al sentir la mirada de la alfa en todo momento.

— No te miro de mala forma — mencionó Minnie sin siquiera apartar la mirada —, te ves adorable en esas prendas.

— No, no me veo linda ni nada por el estilo — soltó un bufido —, ¡solo mírame! Parece que acabo de meter una almohada dentro de mi ropa y ni siquiera es así.

Minnie solo rodó los ojos al escuchar esas palabras, para ella Miyeon se ve perfecta, no importa como esté vestida, no importa si sobresale su vientre de esa forma, no importa que sus cabellos estén algo desarreglados, Miyeon es perfecta tal cual como es.

— ¿Me dejarías abrazarte? — preguntó a lo que Miyeon negó divertida.

— Después, cero contacto físico — canturreo Miyeon a lo que Minnie rodó de mueva cuenta los ojos, le agrada tener que recibir ordenes de su omega, pero aún así quería abrazarla y darle los mimos que se merece.

Minnie sabe que toda omega en cinta a veces se pone demasiados necesitada de mimos de su alfa, y Minnie quería complacer esa necesidad para Miyeon, pero lo más que la omega la ha dejado hacer es acariciar su cabello, el cual Minnie debía admitir que es muy suave y sedoso, le encanta.

— Tengo que irme — mencionó la alfa —, tengo que terminar un pequeño detalle de un proyecto a computadora — resopló, no le gustaban esos proyectos —, ¿gustas que te traiga algo que se te ofrezca?

— De hecho — Minnie se acercó hacía ella -/, ¿me harías un pequeño favor?

Minnie dio un asentimiento.

— ¿Puedes cerrar los ojos? — la alfa frunció el ceño al escuchar eso, pero no quería desobedecer, así que sin más asintió y cerró sus párpados, no sabía lo que pasaría o si acaso Miyeon tenía preparada una sorpresa.

Pero cuando menos lo espero... sintió algo en sus labios, y abrió los ojos, Miyeon la estaba besando, cuando la omega se separó y abrió los ojos, frunció el ceño.

— Te dije que cerraras los ojos — dijo Miyeon molesta.

— ¿Puedo besarte de vuelta?

— No...

— ¡Miyeon! — la omega soltó una risa al escuchar la queja de la alfa.