𝟱

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Miyeon por fin entra a su nueva universidad, sabía que escapar había sido la mejor de las opciones, pero de alguna forma, sentía que estaba siendo una total cobarde al hacerlo, la razón de escapar de aquella alfa y no verla por el resto de su vida...

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Miyeon por fin entra a su nueva universidad, sabía que escapar había sido la mejor de las opciones, pero de alguna forma, sentía que estaba siendo una total cobarde al hacerlo, la razón de escapar de aquella alfa y no verla por el resto de su vida era lo mejor que podía hacer, pero eso solo la hacía sentirse mas extraña, pasó su mano por la marca de su cuello, pronto los demás sabrían lo que pasaba a su alrededor, todos estarían enterados de lo que había pasado, pero trataría de ocultarlo lo mejor posible.

Un omega con un lazo roto nunca ha sido bien visto por la sociedad, muchos pensaban que se trataban de omegas con defecto, que seguramente lo único que hacían era acostarse con cualquier alfa y que accidentalmente alguno los marcaba y quedaban preñados, pero la realidad era otra, y prácticamente Miyeon había sido totalmente abandonada por la alfa con quien creía que iba a estar toda su vida, inclusive su loba se sentía demasiado decaída para saber mas de aquello, Miyeon había dejado de sentirla hace días.

Tal vez se sentía avergonzada por lo que había ocurrido, tal vez estaba demasiado deprimida como para estar presente en la vida de Miyeon, así que debía de evitar pensar en ello, solo así quizás logre que su loba dejase de sentirse tan deprimida.

Miyeon dejo sus pensamientos de lado cuando accidentalmente había chocado con alguien, la espalda de quien tenía enfrente era demasiado dura además de que aquella estaba allí parada, era prácticamente más alta que ella por varios centímetros, y debido a que Miyeon se había enredado con sus pies al intentar mantener el equilibrio, estaba a punto de caer al suelo, por supuesto que sus cosas cayeron en un ruido sordo, pero ella... ni siquiera tocó el suelo.

Abrió los ojos para encontrarse con aquella alfa que ni siquiera le había dado alguna respuesta para saber donde se encontraban las oficinas de aquella universidad.

La mano de la alfa estaba prácticamente sobre su espalda baja, deteniéndola de su caída, Minnie al ver de quien se trataba, dejó su enfado de lado, la omega mantenía sus hermosos ojos marrones abiertos e iluminados en un brillo tan único que ni siquiera sabía si podría apartar la mirada de aquellos hermosos orbes que la miraban.

— ¿Estas bien? — esa pregunta había salido como susurro, como un secreto entre ambas, como si no quisiera que alguien más escuchase su conversación.

— Si, lo estoy — mencionó la omega tratando de incorporarse, Minnie dejó de mirarla a los ojos, no quería causar mala impresión en la omega, la ayudó a incorporarse y de inmediato se agacho para poder recoger la mochila de la omega y entregársela —, muchas gracias, perdona por haber chocado de esa manera.

— No debes preocuparte — se encogió de hombros desinteresada —, los accidentes suelen suceder, pequeña.

Las mejillas de la omega adquirieron un suave color carmín, Minnie solo sonrió al ver aquello, definitivamente esa omega con solo mirarla la traía loca, no se había sentido así nunca en su vida, y esa pequeña omega frente a ella solo lo hacía sentirse tan cálida, esos ojos que traían la curiosidad por donde los vieses, esos labios que por alguna razón quería ver que las comisuras estuvieran siempre arriba cada que la miraba, esos cabellos que solo hacían que su rostro se viera mucho más perfecto, esa omega es linda, y ese aroma es dulce, tiene un aroma digno de estar olfateando todo el día, podría perderse en ese aroma si quisiera.

Miyeon no sabía que más decir al respecto, quería irse, pero, esa alfa seguía allí mirándola con detalle, ¿por qué lo hacía? Sin querer había hecho que su cabeza quedara ladeada, y su playera había dejado al descubierto la marca en su cuello, Minnie no pasó desapercibida aquel acto y sus ojos se habían dirigido hacía aquella union.

Un lazo, pero este era distinto, no había signos de que hubiera sido mordido otras veces para reforzarlo, este parecía estar desvaneciendo poco a poco, era un lazo roto, Miyeon cubrió de inmediato con su mano izquierda aquella marca, y Minnie dejo de mirarla.

— Gracias de nuevo — hizo una corta reverencia —, adiós.

La omega no espero una respuesta de parte de la alfa, solo comenzó a caminar, alejándose, pasando de largo a la alfa que se encontraba allí y conseguir con su camino hacía la facultad de música, ella había visto su marca, ¿sabrá que ahora es un lazo roto? ¿qué pensará al respecto de eso? Soltó un bufido, no entendía porque quería darle tanta importancia, al menos así aquella alfa sabría que no debe acercarse a ella.

Los alfas le temen a los lazos rotos, sus familiares le temen aún más, no quieren saber de omegas que se la pasan por la vida con una marca de un antiguo alfa que los abandonó de por medio, es lo que menos querían para sus hijos, así que Miyeon debía olvidarse de aquello, no podía siquiera seguir pensándolo, debía dejarlo pasar, si esa alfa era lista, se alejaría de ella, puede evitarse conflictos posteriores.

Pero Minnie, ella es lista, pero curiosa, una alfa curiosa que solo quiere saber el porque de ese lazo roto, y lo descubriría.

Pero Minnie, ella es lista, pero curiosa, una alfa curiosa que solo quiere saber el porque de ese lazo roto, y lo descubriría

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𝐋𝐀𝐙𝐎 𝐑𝐎𝐓𝐎 | 𝐌𝐈𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora