𝟭𝟲

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Decir que se encontraba de lo más nerviosa, era poco a comparación de lo que estaba sintiendo en su interior, miró la flor en sus manos, hubiera deseado comprarle más, pero no quería asustar a la omega, todo a su tiempo, Shuhua lo hubiera menciona...

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Decir que se encontraba de lo más nerviosa, era poco a comparación de lo que estaba sintiendo en su interior, miró la flor en sus manos, hubiera deseado comprarle más, pero no quería asustar a la omega, todo a su tiempo, Shuhua lo hubiera mencionado, no podía y no debía de como una alfa que pareciera desesperada y no debía asustar a la omega con sus comentarios demasiado precipitados, pero ya era costumbre actuar de esa forma, su madre siempre le pedía la verdad, y ella con gusto se la decía, sin rechistar siquiera, así que, no podía evitarlo, ya estaba en sus hábitos.

Miró de nueva cuenta hacía la multitud que se encontraba por el término de clases, algunos omegas la miraban, sobre todo emocionados al percatarse de la rosa blanca en sus manos, algunos pensaban que eran para ellos, después de todo, Minnie era una alfa atractiva y casi siempre solicitada, los omegas siempre se veían interesados en ella, y eso era lo que la fastidiaba, si ellas no se fijaban en el físico, entonces nada funcionaria.

Tal vez Minnie se había fijado en el físico de Miyeon, o tal vez ni siquiera lo hizo, aquella melodiosa voz haciendo la pregunta, esos cabellos algo despeinados y algunos mechones cubriendo su rostro, además de esa mirada tan llena de vida como de un toque de tristeza, la habían cautivado en segundos, quería estar con ella y pedirle que le platicara todos esos recuerdos malos para así ella misma desecharlos de por medio y evitar que esa tristeza siguiera en la mirada de tan dulce omega.

Sonrió en grande al ver la lejanía de la omega, tenía colocadas unas gafas de armazón negro, y estaba muy concentrada en su libro, seguramente una lectura para algún trabajo, escondió la flor detrás de su espalda y caminó en dirección a la omega, quería darle un pequeño regalo y tal vez pedirle una cita, solo esperaba que la omega aceptase.

Con cada paso que daba, más podía sentir como su corazón iba aumentando las pulsaciones, demonios, estaba tan ansiosa por saber cuál sería la expresión de la omega cuando se acerque y le entregue la rosa, ¿qué le diría? ¡No estaba segura! Pero lo que esperaba era recibir una sonrisa, no importaba si no le agradecía por su regalo, ella quería ver esos ojitos iluminarse y sonreír para ella.

Cundo por fin estuvo cerca se detuvo justo frente a ella, Miyeon hizo lo mismo, pero quería terminar el párrafo para seguir con la siguiente página del libro, estaba demasiado interesante.

Minnie carraspeó la garganta en el momento perfecto, Miyeon pasó la página del libro y miró hacía arriba, mostrando leve sorpresa al ver a la alfa frente a ella.

— No pensé en verte — mencionó Miyeon, de hecho pensaba que había sido prácticamente una fantasía lo que había sucedido, pensaba que inclusive al siguiente día al despertar, todo eso se iría como un buen recuerdo, pero la realidad era distinta.

— Ni yo — Minnie se golpeó internamente al escucharse, demonios, ¿podía ser más estúpida? —. Q-Quiero decir — Miyeon sonrió al escuchar el tartamudeo, nunca creyó ver a una alfa tan nerviosa solo por estar con ella —, s-solo — suspiró —, te traje algo.

Miyeon miró como Minnie dejaba de esconder sus manos para por fin mostrar aquella flor, su expresión fue sorpresiva, mostrando un poco más sus ojos, los cuales brillaron al mirar aquella hermosa rosa blanca.

La omega no lo podía ni creer, ni siquiera su antigua pareja había sido capaz de llevarle flores cuando la cortejaba, y ahora que Minnie lo haga, una sensación cálida se fue instalando poco a poco en su pecho, sonrió al mirar la flor y con algo de timidez tomo la flor de las manos de Minnie.

— Gracias, pero no debiste molestarte.

— No es molestia — mencionó la alfa —, de hecho me hubiera gustado traerte una docena, pero... no sabía si era buena idea, podría haber sido algo exagerada para tus gustos, no lo se — resopló —, debo dejar mi desconfianza en mis decisiones.

Miyeon soltó una suave risa al escuchar eso, la alfa es divertida, sus gestos son agradables, y más al verla sonreír le parecía muy linda que se haya tomado incluso el tiempo de pensar en lo que a ella le gustaría, eso es muy dulce de parte de una alfa.

— Entonces gracias, Minnie — la omega acercó la flor a sus fosas nasales, oliendo el suave perfume que la rosa despedía, cerró sus ojos satisfecha por tal aroma —. Es un lindo obsequio de tu parte.

— ¿Nunca te han regalado una rosa?

— No — suspiró —, ella no lo hacía, el único regalo que recibí de parte suya había sido un peluche, pero nada más — tal vez Miyeon estaba demasiado enamorada en ese entonces como para darse cuenta de lo que estaba viviendo en la realidad, esa alfa ni siquiera le daba un regalo en su cumpleaños, y a veces inclusive de olvidaba por completo, en cambio ella... Miyeon se desvivía por mostrarle mucha atención a la alfa.

— ¿Por qué esa idiota no te daba nada? — Minnie se vió sumamente confundida con las palabras de Miyeon, la omega ladeo su cabeza al escuchar eso, parpadeó un par de veces, no sabía la razón de la pregunta de parte de Minnie —. Si tuviera todo el oro del mundo, te compraría muchas cosas, ropa, más peluches, tus flores favoritas, libros... lo que tu quieras, nunca se me irían las ganas de comprar algo pensando en ti.

Las mejillas de la omega adquirieron un color carmín, esas palabras eran muy lindas, que una alfa te ponga ese tipo de atención era sumamente hermoso, Miyeon había creído todo este tiempo que siempre el omega debe de darle todo al alfa, que el alfa no debe preocuparse en mostrar alguna muestra de cariño al omega, pero ahora veía que estaba equivocada, Minnie le estaba mostrando que todo lo que había aprendido en un principio, eran solo mentiras, ¿tan perdida estaba?

— No deberías — mencionó Miyeon, lo que desconcertó a Minnie —, no lo merezco.

— No digas tonterías, Miyeonnie, lo mereces como cualquier persona, una relación es de dos, ¿entiendes? Tal vez no reciba mucho de tu parte, y lo comprendo — tomo ambas manos de la omega, quién aún sostenía su libro —, pero esperare, puedo hacerlo por años, no importa, si es así como puedo reparar tu hermoso corazón, lo haré.

Ahora Miyeon no sabía porque, pero sus ojos picaron con tales palabras, no era tristeza, no estaba triste, esa alfa le había dado esas palabras que nunca creyó sería capaz de escucharlas de parte de un alfa, Minnie estaba haciendo que sintiera un millón de emociones inexplicables, ¿acaso esto era el tan conocido amor que le estaba faltando por tantos años?

Ahora Miyeon no sabía porque, pero sus ojos picaron con tales palabras, no era tristeza, no estaba triste, esa alfa le había dado esas palabras que nunca creyó sería capaz de escucharlas de parte de un alfa, Minnie estaba haciendo que sintiera un ...

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𝐋𝐀𝐙𝐎 𝐑𝐎𝐓𝐎 | 𝐌𝐈𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora