Antropomórfica

Androginia lingüística

     La puerta roja lleva al cuarto blanco, donde no hay absolutamente nada. Quizás en un vago intento por despejar mi cabeza, esta habitación quedó vacía. ¿Qué podría describir de ella? Son cuatro paredes, porque los cuartos suelen tener cuatro paredes, que se extienden horizontalmente o se encojen cuando quieren. La verdad es que no importa la distancia, el cuarto blanco no tiene límites definidos. Tal vez hasta choque con la pared invisible si sigo caminando hacia el frente.

     La puerta verde lleva... A ningún lugar. A mis pies hay un vacío y frente a mi vista, mi omnipotente vista, se presentan varias opciones. La mas recurrente es un asfixiante pasadizo que lleva hacia abajo. Hay escaleras difusas y la iluminación es un asco. Las paredes son grises y no veo un techo. Todo parece estar oscuro a excepción de los detalles que antes mencioné. Otra de las alcobas consiste en un departamente gringo que seguro está lleno de estereotipos gringos, con paredes de algún verde cliché y el techo café, como el de mi casa. Y, como no quiero elegir entre una y la otra, las combino.

     Es así como se forma la pared gris de techo café rojizo, si es que la imagen difusa frente a mi vista es un techo. Todo lo demás está oscuro, ni si quiera puedo ver el piso. Pero piden un cuarto, así que lo describo como uno. Un cuarto desagradable, porque la decoración inexistente no combina con los colores. Tengo un pésimo gusto.

     Luego, el viaje sigue hasta un bosque. Y, según parece, en mi mente hay demasiada influencia norteamericana. Los árboles son borrosos pero son árboles. No le presto atención a los detalles así que solo invento lo primero que me viene en mente. ¿En serio no soy capaz de crear un escenario por mi propia cuenta? Todo lo que se forma en el interior de mis ojos son cosas ya vistas, combinadas con accesorios innecesarios. Y con innecesario me refiero a que no le pongo mente a esos detalles y solo describo lo poco que identifico, lo poco que vale la pena mencionar.

     ¿Debería haber aire en un bosque? No, la naturaleza es hostil y hace mucho calor dentro de ella. Así que, ¿debería haber aire en un bosque gringo? ¿Deberían haber hojas secas en el suelo? ¿Debería ver mas que troncos interminables cubriendo el celeste clima? Puedo crear varios escenarios a la vez, pero no suelo prestarle atención a esos pequeños detalles.

     De todas maneras, ¿cómo se camina aquí dentro? ¿Se supone que debo imaginar mi propio cuerpo experimentando todo esto? ¿Es eso realmente posible? ¿Así lo hace el resto? ¿Por qué no puedo hacerlo? Solo voy copiando y pegando los escenarios ya vistos, consciente de que no es mi cuerpo el que vive esto. Solo observo, observo y creo, como el buen dios omnipotente que soy dentro de mi propio cerebro. Sin embargo, puedo sentir el aire rozando mis dedos.

     La cabaña de Netflix tiene el mismo cuadro que el cuarto verde. Es la pintura de una planta, me recuerda a "El perfecto asesino" y un fondo de pantalla que guardé en algún lado del celular. El resto de objetos que decoran la sala son tan difusos que no vale la pena mencionarlos. Frente a mí hay una escalera. ¿Es esta la casa de Hereditary? Creo que sí.

     Se supone que debo buscarme aquí adentro, pero mi cuerpo no aparece. Tal vez sea porque no me gusta mi cuerpo. Aun así, debo encontrarme y la fotografía que me tomaron para la graduación es lo único que me viene en mente. La mayoría dijo que me miraba bien en esa foto, a pesar de no tener maquillaje. Eso me hace pensar que mi rostro es agradable a la vista, quizás por eso no lo siento mío. ¿A esto se le llama problema de identidad? Siempre he sentido como si mi cuerpo no me perteneciera, como si la carne que me cubre fuera una persona diferente a quien se encuentra en mi cabeza.

     Puedo pasar varios minutos viéndome al espejo porque se siente irreal cada vez que me muevo, cada vez que toco mi rostro, cada vez que me acerco. ¿Se supone que debo aceptar esto? Creo que los pensamientos en mi cerebro no le hacen justicia al envase que los lleva dentro. Es extraño, lo sé. Para mí también es extraño todo eso del género, todo eso del hombre y la mujer. ¿Realmente vale la pena separar ambos conceptos? No siento que todo lo que abarca el yo pueda ser contenido en alguna de esas palabras, pero tampoco me molesto en investigar algo que me haga, según sus palabras, "sentir identificado".

     Me incomoda referirme a mi persona usando la a al final de las palabras. Lo mío es lo neutro, como si fuera caminando entre la línea divisoria de ambos conceptos, tambaleando a veces pero sin caer en ninguno. Fuera de eso, esta dualidad no me afecta tanto. O al menos no he dejado que eso suceda. Es posible narrar en primera persona sin dejar indicios del género del protagonista, por eso es genial la literatura.

     Como sea. Si volteo hacia el espejo creado por mi cerebro, ocurre un efecto de vampiro. No puedo verme porque desconozco cuál es el recipiente adecuado para mi identidad interna. O quizás disfruto demasiado del libre albedrío de la mente, que no me he formado una. Tengo varias opciones, todas borrosas, todas forjadas a características que me gustaría portar. Sin embargo, ninguna me convence lo suficiente para considerarla un retrato exacto de mi "yo". Así que simplemente las descarto y el espejo queda vacío.

     A decir verdad, me gustaría que este cuerpo cumpliera con ciertas características. Pero ni si quiera por eso soy capaz de esforzarme; esfuerzo y dinero son cosas que no tengo, por eso me hundo en el cómodo conformismo, reprochándome de vez en cuando mi continua pereza. He aprendido a vivir con ello, a convivir con el cuerpo que me dieron para manejar.

     Soy incapaz de recrear mi propio rostro en el mundo interno porque no siento que este me pertenezca. Puedo sentir dolor, sí. Cuando releo mis palabras, me doy cuenta que esta situación es bastante difícil de explicar. ¿A los transgénero les pasará igual? No desprecio mi vagina porque he aprendido a vivir con ello, así que esa teoría puede ser descartada. Entonces, ¿qué tengo? Puedo dejar de lado este problema y centrarme en cosas mas relevantes. De hecho, no había pensado en eso desde que alguien me preguntó si era de género fluido y solo le respondí que vivo con ello sin pensar en los detalles.

     Ya he escrito sobre esto, nunca he obtenido una respuesta así que... No creo que importe demasiado. No representa un peligro ni un obstáculo para el desarrollo de mi vida. Solo es una duda de esas que nunca podrán ser respondidas, como el origen del mundo y esas cosas. Creo. Lo mas similar a lo que deseo, es la apariencia de un ser andrógino. Pero no tengo las características ni el dinero.