Nuevamente, he perdido algo por no seguir las reglas. Traigo el traje del niño bueno, pero no soy bueno ni en lo que escribo. Sé que no cuadro por completo en el espectro de un neurotípico promedio, a veces me tuerzo y parezco neurótico, depresivo recién salido del psiquiátrico, obsesionado con el porno japonés pero odiando a los misóginos. Pero nunca he ido hacia el extremo, siempre hay una parte racional que me impide deschabetarme por completo. La ansiedad esta obsesionada con disfrazarse de coherencia y le termino obedeciendo.
Mis ganas de morir son tan ilimitadas como mis palabras. Siempre rozando el límite pero nunca tomando manías de suicida. Soy una especie que baila en el filo de la cuerda, con temor de caer hacia alguno de los lados. Soy el punto medio entre el estilo y la sustancia, un producto completamente insípido.
Sé que me amarías si me vieras en persona, se activaría tu pedofilia. Lo único que lamento del paso de los años, es lo lejos que me encuentro de mi principal argumento. He dejado de ser una niña. Pero la palabra mujer no me calza por completo y ser hombre no me agradaría por más que les tenga envidia. No soy un instrumento, aunque un par de veces haya sido musa; odio con cada célula de mi cuerpo la palabra poetisa. Soy el malnacido antipoeta que escribe lo que deseó leer algún día.
No me digas cómo pensar, cómo vestir ni cómo hablar. Voy a mi ritmo. Una hoja llevada por el viento, un conejo blanco en la tempisca. Soy capaz de hallar belleza en las cosas más simples, como la mirada de decepción de mi familia si se enterara de cuánto deseo matarme. Y dime, ¿de qué me sirvió ese intento de suicidio?
Intento ganar pero termino perdiendo mi tiempo y mi mente. El rumbo que elegí siempre ha sido el más fácil, no me gusta arriesgarme ni interceder en el debate por la respuesta correcta. No importa hacia dónde vaya, hacia dónde gire, mis pies estarán estancados en la tierra. Supongo que me gusta parlotear acerca del miedo que siento en cada día de mi vida. Tan solo mírame, estoy envejeciendo y no soy un vino añejo. Tan solo se escapan años de vida sin hacer algo relevante pa' poder apelar a la juventud en el título amarillista.
Me refugio en los versos enlatados por un pasado que era peor. Vivo enlazado al pasado que tanto me corrompió, estoy que me pego un tiro. Puedo criticarte del falo hasta la ingle, pero sigo siendo incapaz de ver el error en mi condición supuestamente autoinducida. Estoy tan jodido que no me hacen efecto las pastillas que ya ni trago a causa de tanta deficiencia económica y mi incapacidad de conseguirme una pareja rica.
Supongo que yo soy el error si de mi la gente se aleja. No pude ni mantener una amistad sostenida por la década. En términos metafóricos, he pasado con el cuerpo echado en la cama esperando a que el mundo venga. Y no me muevo yo, dicen. Que siempre espero a que el mundo venga y me arrastre de las greñas pa' que empiece a vivirlo. Y supongo que quienes dicen eso tienen un poco de razón, pero, ¿acaso ellos son capaces de ver los caminos recorridos durante incansables luchas internas?
Hasta el baño es enemigo contemporáneo de la pereza. Nunca me gustó tener que anidar en mi cabeza. Mi cabello se vuelve nube cuando no se peina. Soy un boludo más tratando de llamar la atención, sin aportar nada a la vida más que la conversión del oxígeno en algún otro producto químico cuyo nombre no recuerdo. Sin embargo, ¿realmente no he aportado nada?
Me he quedado estancado escribiendo sobre las fases de una depresión que me consume, siendo lo suficientemente funcional como para agarrar el teléfono y escribirlo. He empezado a medir mi esfuerzo según el recibimiento del producto, es una perspectiva muy capitalista. Supongo que lo que me falta no es una dosis de realidad, sino una máscara que se adapte a las tendencias de la no tan lucrativa poesía.
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Antropomórfica
PoetryNo puedo transmutar la materia porque no soy un alquimista. Por eso plasmo la esencia de mi cuerpo y mente de forma poéticamente incorrecta, porque no es necesario usar filtros cuando la realidad te perfora el alma hasta hacerte sangrar. Dolor, rabi...