Mañana habrá sangre

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Ya maldije las pastillas.
Ya maldije mi cuerpo
y me condicioné a no usar la a
cuando me refiriera a mi misma.

"¿Cuál es el punto de todo?"
es la pregunta que más se repite
y no hay respuesta cualitativa
porque las palabras tan solo se mezclan
y a veces, al igual que siempre,
no sé qué decir. No sé qué responderme
cuando me hacen preguntas y quedo
pensando sobre ello; simplemente
no sé qué decir o responder.

Quizás, tan solo olvidé
cómo recomponerme
si es que alguna vez
logré estar completa.

1

Me aburre tanto la monotonía de mis versos, que he decidido dejar de hablar de mí; siendo esta la misma decisión que tomé hace tiempo, la misma decisión que tomé al comenzar con esto. Pero resulta que entre más me evitara, más me encontraba en cada estrofa porque todas y cada una de ellas... Era yo.

Supongo que toca darle una oportunidad a los poemas mas simples, a los poemas cortos, a esos que no incluyen todo el abecedario, a esos que inconscientemente hablan de amor... Supongo que toca darle una oportunidad a todo lo que he evadido, con tal de conseguir una respuesta o una razón.

2

Mi propia existencia ha estado en tela de juicio tantas veces, que nunca he podido olvidar porqué sigo aquí. Sigo acá porque quiero y trago las pastillas porque debo. La inexistencia de un recuerdo es tan solo un tributo a mi falta de atención; la algarabía interior es solo música que denota la distorsión.

Soy un fantasma, un dragón; soy lo que sea para evadirme. Soy lo que quiera cuando intento reconstruirme, aunque la mente misma se sitúe en estado de constante demolición.

¿Podrían besar mis manos aún sin saber que existo? Sí, lo han hecho. Han besado mis manos tantas veces que perdí la cuenta. Ellos creen mas en mí que yo mismo. Ellos confían mas en mí, sin saber que eso solo alimenta mi narcisismo.

Ahora, por ahora, en el ahora,
tan solo camino sobre una cuerda
que duerme sobre el piso
porque eso del equilibrio
es un estado mental
que nunca he logrado encontrar.

3

Y dime, si tú eres yo y yo soy lo que escribo, entonces ¿esta podredumbre se da solo porque mi poesía es cutre?

Ya no tiene sentido perder el sentido si estoy tragando pastillas. Ya no tiene sentido darme por vencido si estoy tragando estas pastillas. Pero aún así, conozco la posibilidad de que sangre salga mañana por mi vagina; porque a veces soy así de predecible. Porque a veces solo escribo en los peores momentos de mi subconsciente... Todo es culpa de las hormonas, mátenme ya.

El SPM tiene la culpa de todos estos poemas malagradecidos que escupen mis dedos pero solo yo soy capaz de ver que mi útero es mi peor enemigo y mi mayor inspiración. ¿Y qué? ¿Qué debería hacer con esto? No hay un principio ni un final, solo estoy siendo

guiado por una inspiración que se asemeja al instinto. Es como ser depredador y corretear una presa, sentir la emoción, la adrenalina, pero que al final el trozo de carne se te escape. Porque esa emoción, esa euforia, esa alegría, era solo un estado mental y, una vez terminada la persecución, es lógico que

habrá sangre.

habrá sangre

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