Serotonina

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Odio a mi madre.

Nunca conocí a mi padre.
Viví en una burbuja
que explotó
poco a poco,

hasta dejar tirado mi cuerpo
en una vacía oscuridad
que se sintió eterna.

Quiero hacer una canción de rock
con ritmo que haga estallar audífonos,
pero no sé escribir canciones
y no domino ni lo básico

de la música
ni de la vida.

Hay gritos en mis oídos,
hay gritos que me alteran por todo

y quiero
echarme a llorar
la mayor parte del tiempo

por la ira
contenida
en mi interior.

Conocí brevemente a alguien
que me hizo sentir mejor
pero entra el miedo porque
todo lo agradable
puede tornarse en adicción.

Supongo que
todo este mal sabor
se puede traducir en odio
hacia el mundo
en que me parió

la mujer que odio.
Todo lo que me sabía insípido,
¿cuando empezó a tener sabor?
Es tan agrio, quiero vomitarlo.
Quiero vomitarle, eximirme de todo,
renacer, dejar de existir.
Explotarlo, hundirme,
dejar de revolcarme en el lodo,
dejar de respirar y empezar a llorar.

Me siento tan adolescente
en el sentido bueno
cuando está él a mi lado
y en el sentido malo
el resto del día.

La edad es ambigua.
Las hormonas son mis enemigas.
No me puedo controlar.
Quiero gritar
y deshacerme de todo
porque
nuevamente

siento enojo e impotencia. Que horror.
Quiero gritarle en la cara que la odio,
que nunca hubiera deseado haber nacido
si hubiera tenido atisbos de cómo
sería mi vida en este instante.
Oh, el futuro que me espera
es tan ridículo

porque
nuevamente
me quiero matar.

Decirle a la doctora que no he tenido ataques de ansiedad es una mentira
porque al día siguiente un ataque me da
y quiero vomitar todos mis síntomas
para extirparlos de mi cuerpo por completo.

Decirle a la doctora que no he tenido ataques de ansiedad es una mentiraporque al día siguiente un ataque me day quiero vomitar todos mis síntomaspara extirparlos de mi cuerpo por completo

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Lo siento, en serio, no debí
haber llorado en ese momento.
Creo que no me siento capaz de controlar
este cuerpo tan desesperante. La verdad
es que me siento como un adolescente más

cuando estoy contigo, todo se siente normal;
como si fuera la vida que pude haber tenido
si no estuviera enferma ya de esta
enfermedad
mental.

Mi tía te preguntó de forma discreta:
¿Sabés con quién te estás metiendo?
Y sí lo sabés, claro que lo sabés.
¿Cómo es que podés amarme si lo sabés?

¿Cómo es que mi familia puede amarme si lo saben?
Pero no lo entienden.
No, ellos no lo entienden
y a mí me da pereza explicar algo que
me resulta tan obvio, tan notorio, tan vívido...

¿Cómo puedo amarme si lo saben?
¿Cómo puedo amarlos si no lo entienden?
¿Cómo puedo...? ¿Cómo puedo amarme?

Tan solo pensar en la posibilidad
de que se vuelva crónica
me desespera y
me entran ganas de llorar.

Pero odio que me vean llorando.
Odio que sepan si me estoy sintiendo mal.
Pero es inevitable sentirme mal,
cuando las paredes de una casa me
asfixian tanto.

Cuando las expectativas de la gente
me repugnan tanto.

No me siento suficiente.
No me siento suficiente.
No me siento yo.
No me siento libre.
No soy independiente.

¿Por qué esperan tanto de mí?

Odio los días malos
menos de lo que odio a mi madre.
Conozco mi cuerpo
más de lo que conozco a mi padre.
Y creo que
la burbuja explotada
es una excusa cobarde
para todos esos años llenos
de ingenuidad.

Sé que la oscuridad no es eterna
ni vacía
ni compleja,
solo te arrastra,
así como dan ganas de arrastrar
las manos
que trataron de sacarte de ahí.
No es correcto,
nadie mas debería estar así.

Tú, él, no deberían verme aquí.
Sabés con quién te estás metiendo
y aún así...

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