Cuti subió en un pique las escaleras de su casa, Lisandro iba un poco más por detrás de él. Se encontraba bastante cohibido por la situación y también por estar en casa totalmente ajena con estas pintas, sumándole que ya la madre de Cuti se dio cuenta de que se ratearon, aunque pareció no reaccionar tan mal por eso.Muchas dudas y curiosidades le inundaban la cabeza a Lisandro, hasta el momento en el que Cristian lo hizo pasar a su habitación. Si Lisandro tenía que dar un análisis de la casa, objetivamente era muchísimo más lujosa que la de él, no llegaba a ser una mansión ni nada realmente extravagante pero sí se notaba otro tipo de modernidad y comodidades.
La habitación de Cristian era de color azul marino con tonos grises, había algunas prendas de ropa tiradas y frente a la televisión con la play conectada se veían latas de coca y monster vacías. estaba todo desordenado pero no era un desorden escandaloso.Cristian se acercó a Lisandro con una toalla logrando sacarlo de sus pensamientos para volverlo a la realidad, y su realidad en ese momento podía ser tranquilamente sacada de contexto porque no supo ni se enteró en qué momento a Cuti lo cubría únicamente una toalla en su cintura.
— Toma, sécate. Mientras me fijo algo seco para que te pongas... —comentaba Cuti entregándole la toalla y luego dirigiéndose a su ropero.—
Lisandro estaba perplejo, se quería obligar a apartar la vista pero es que ahora sus movimientos para secarse eran por inercia y de memoria, su atención permanecía en la figura del morocho frente a él que dejaba expuesto su físico para la admiración. Los músculos de su espalda y los de su torso igual de marcados, y si a eso se le sumaba el tamaño imponente de Cuti por su altura formidable... un descaro, Lisandro se sentía un pajero por estar atento a cada detalle del cordobés mientras éste buscaba ropa para él.
Lisandro tomó aquello como estar en "confianza", y por lo mismo se deshizo de las prendas mojadas quedando en igualdad de condiciones. Se sentía tímido lleno de vergüenza, pero quiso pretender estar como si nada, o como si Cuti se tratara de Antony o cualquiera de sus amigos mas cercanos. Secó su cuerpo con la toalla y tratando de concentrarse únicamente en eso y no en desviar su mirada al cuerpo de Cristian.
Por otra parte, Cuti ya seleccionó las prendas indicadas para Lisandro, le tomó algunos minutos porque él era mucho más alto y corpulento, aunque era una tontería elegir mucho ya que cualquier cosa que le diera le iba a quedar uno o dos talles más. Sin tanto preámbulo Cristian se volvió hacia Lisandro para pasarle la ropa seca elegida, para nada mentalizado de la imagen que estaba presenciando en ese momento.
Lisandro estaba de espaldas a él, y estaba un poco agachado porque estaba secándose sus piernas. El gran problema recaía en que estaban sus muslos expuestos, también su espalda y... su culo, aunque a éste lo cubría un bóxer negro, aún así resaltaba lo suficiente para no pasarlo desapercibido. En ese momento supo que sus hormonas juveniles no lo iban a dejar en paz, y mucho menos si seguía con la mirada clavada en las fuertes pero delicadas piernas de Lisandro, su piel tan pálida que parecía quedar roja con la mínima fuerza ejercida y a eso se le iban sumando más y más pensamientos que le costó horrores tratar de callar pero se obligó a hacerlo, de lo contrario iba a estar perdido. Se forzó en pensar en Antony compartiendo tiempo con Lisandro, y con eso dejó que el rencor maneje esa situación antes que sus impulsividades que ante cualquier cosa agraciada a su vista lo hacía olvidar cosas que no quería pasar por alto, en especial con Lisandro.
Carraspeó para llamar la atención de él, haciendo que este inmediatamente se diera la vuelta para verlo. Cuti se culpó por eso porque ahora tenía noción también del torso de Lisandro. En ese momento se dio cuenta cuánto subestimó la belleza que cargaba el más bajo.— ¿Que pasa? —pregunta Lisandro.
— No, nada. Acá tenes la ropa. —responde Cuti pretendiendo ser ciego y tirándole la ropa a Licha para que la ataje, cosa que hizo.
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Inexplicable. [Cuti & Licha]
FanfictionRomero estaba enamorado del coreano del super. Son, el coreano, babeaba por Lisandro; el carnicero del supermercado de sus padres. Y Lisandro era un disparo al aire. Al Cuti lo consumía la envidia por Lisandro que se terminó transformando en odio...