Capítulo 7

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Maya abre la boca para dejar que coja la pelota con la que estamos jugando. Hago amago de volver a lanzarla pero no consigo engañarla, se queda sentada mirándome con sus inteligentes ojos marrones. Acaricio su cabeza gris sonriendo antes de lanzar la pelota con todas mis fuerzas. La perra arranca a correr con sus largas patas, llega a la pelota antes de que caiga al suelo. La muerde y vuelve a toda velocidad hacia mí. Si no supiese que es la perra más amable y cariñosa del mundo me asustaría la escena, parece un gran y feroz lobo gris.

Deja la pelota a mis pies y se sienta, esperando que volvamos a repetir la operación. Vuelvo a lanzar la pelota. Maya corre a por ella, pero en el último momento cambia su trayectoria y sigue corriendo lejos de mí. Grito su nombre llamándola pero no reacciona.

Echo a correr detrás del animal gritando su nombre, es mucho más rápido que yo y la pierdo de vista. Sigo corriendo siguiendo el camino que creo que ella ha seguido. La veo jugando con un Golden retriever. Dejo de correr, ya más tranquila, llego al lugar donde se encuentran los perros, aun jadeando por la carrera. Agarro a la perra del collar y busco alrededor a los dueños del otro perro para disculparme por la aparición repentina de esta fiera.

Maya tira desesperada en dirección contraria a donde miro. Me giro para buscar la causa de esa alteración y veo a Kai acercándose a nosotras con una sonrisa en los labios. El Golden echa a correr hacia el alemán moviendo frenéticamente la cola.

—Hola —Se agacha al lado de la perra que le da lametones por toda la cara. Él se ríe y la acaricia detrás de las orejas.

—Hola.

Contemplo la escena sonriendo. El Golden se une a la escena lamiendo las orejas de su dueño.

—Ayuda —suplica riendo ante el ataque de besos de los dos perros.

Tiro de la correa de Maya con cariño pero con firmeza para separarla de su víctima. Kai se pone de pie aun riendo.

—Puedes soltarla —dice observando los tirones de Maya que quiere perseguir al Golden que corre a su alrededor.

Yo suelto la correa de la perra que echa a correr libre a perseguir a su amigo.

— ¿Es tuyo? —Se la respuesta. He visto su instagram pero no quiero parecer una acosadora.

—Sí, se llama Balou. —Muestra una sonrisa orgullosa.

—Como en el libro de la selva.

—Era mi película favorita de niño.

—Ahora entiendo algún que otro nombre en el refugio.

—Sí, el pequeño Mowgli fue cosa mía.

—Elegiste mal el nombre. Tengo entendido que Mowgli era una especie de niño salvaje que vivía en el bosque, no le pega a esa adorable bola de pelo.

Se lleva las manos a la cabeza de forma dramática.

—No has visto el libro de la selva.

—No. Tengo por norma no ver películas que se estrenarán antes de mi nacimiento —Respondo como si se hubiese tratado de una pregunta aunque él no la haya formulado de esta forma.

Kai me mira con extrañeza.

— ¿Pero entonces qué películas veías en tu infancia?

—No sé. No veía muchas películas, supongo, nunca he sido muy de cine.

— ¡Dios mío! —Por su expresión ahora mismo parece que le acabo de confesar que he matado y descuartizado a una población entera — ¿Que hacías para entretenerte?

La Camiseta | Kai Havertz |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora