Verdades Avaras

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-Madre, ¿podemos hablar?

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-Madre, ¿podemos hablar?

La castaña miró de reojo a su heredero.

-Por supuesto, dime que deseas Neil.

-Yo... ¿Ya se tomo la decisión del heredero?

-Debo discutirlo con tu padre, pero no tengo a ninguno de ustedes en mente para avaricia.

El joven apretó sus puños juntando valor.

-¿Y que hay sobre los otros idiotas ajenos al reino?

-No se de que me estas hablando o que tontería estas inventando.

-Madre lo sabes.

La castaña comenzaba a enfadarse.

-La decisión de los herederos para el trono se tomará a base de mi matrimonio con tu padre.

-...

-Sí eso es todo puedes irte.

-¿Es Onae?

-Tu hermano es un simple príncipe, no tiene la madera necesaria para guiar el reino. Además, ya es uno de los principales generales de la guardia real.

-Eso se debe a que lo pusiste ahí.

-Lo es porque se lo ganó. Demostró valentía y honor frente a su nación.

-Sí no es él, entonces es Chako, es perfecto para el puesto.

-¿Por qué tanto interés de la noche a la mañana?

-Porque me dijiste que no tenia material para gobernar.

-Yo no dije tal cosa.

-¿Y lo de playa? ¿Acaso solo estabas jugando y manipulandome como haces con todo?

La mujer ya no soporto más, estaba teniendo un día muy abrumador con respecto a su heredero.

-En la playa nunca dije que no tenias madera de gobernar, dije que no eras un príncipe y que me decepcionas que te comportes como lo haces ocupando ese cargo. Busca tu camino y combate a muerte contra quien impide tu destino.

Dejando al joven en blanco se marchó, no tenía la paciencia suficiente como para ampliar lo dicho. Trepó hasta la cima del mástil principal y comenzó a apreciar el horizonte junto la fría brisa del mar golpeandole su rostro.

 Trepó hasta la cima del mástil principal y comenzó a apreciar el horizonte junto la fría brisa del mar golpeandole su rostro

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