Capitulo - 2

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𝓓𝓞𝓢

Kaveh ya se había aseado, arreglado y desayunado, cuando el bajo a la cocina el peli-gris se había ido de casa, eso era lo normal. Tomo un pequeño bolso en donde cargaba algunos papeles, lápices, pluma y tinta, fue también por unos pliegos de papel en donde había algunos planos, fue a por sus llaves y salió de casa.

Estaba emocionado, había conseguido un pequeño proyecto, que consistía en elaborar un restaurante elegante en honor a la diosa menor, si todo salía bien hoy recibiría una buena suma de dinero, de modo que sus posibilidades de buscarse un lugar donde vivir solo y pagar sus deudas incrementaban.

Paso la mayor parte del día afuera, estuvo hablando con el cliente, el cual acepto gustoso los planos del chico, lo cual era obvio que pasaría, el tenia un gran talento para comprender las necesidades de su cliente y lo que desea proyectar, así mismo de poder darle su toque y cumplir con los latosos reglamentos de construcción. Ese mismo día hablo con las personas que participarían en la obra, dando indicaciones y explicaciones. Las horas pasaban y él no estaba consciente de eso.

- Señor Kaveh – hablo un hombre de voz gruesa llamando la atención del susodicho – Le agradezco su trabajo, por favor acepte estas monedas de oro – le extendió un pequeño costal, el cual pesaba un poco – le pagare la última parte al terminar el proyecto como habíamos acordado.

El rubio lo acepto gustosamente – Muchas gracias Señor, le agradezco a usted por tenerme en cuenta.

Después de una conversación agradable el joven se despidió y se fue a casa, estaba feliz, a lo largo de este tiempo ha estado por ahí y por allá haciendo pequeños trabajos y con el dinero que gana, la mitad la usa para pagar una deuda que lo llevo a la ruina hace unos meses, la cual fue la causante de que terminara viviendo con el peli-grisáceo, pero afortunadamente ya a podido liquidar más de la mitad del dinero, contando los intereses y por otro lado la otra parte lo divide en dos, que es para pagar su estancia en la casa de Alhaitham y la otra es para bebidas alcohólicas o salidas, aunque últimamente dejo un poco eso de lado ya que se concentró en ahorrar para irse a vivir solo.

Llego a su destino y asombrado miro una cabeza grisácea sentado afuera de la casa.

"¿Qué hace el ahí?" se preguntó, ya era muy noche, no entendía por que ese hombre estaba ahí, pero tampoco era que le importara mucho.

Siguió caminando hasta que se paro en frente del chico, este estaba sentado en los escalones leyendo un libro "¿Cómo vergas lee con tan poca luz?" sacudió la cabeza y lo paso de largo, saco sus llaves, aun que no las ocupo ya que la puerta estaba abierta, le resto relevancia y entro.

Dejo su mochila en el sofá y camino hacia la cocina, teníahambre, no había comido nada desde que se fue.

Pudo oír como la puerta se abría de nuevo y se cerraba, supuso que era su odioso compañero de casa. Chisteo un poco la lengua, pero continuo su labor de sacar algunos ingredientes de la alacena.

Dio media vuelta con las cosas en mano y se topo cara a cara con el mas alto, eso lo asusto.

- ¡Ay! ¿¡pero que te pasa!? – le dio la vuelta y fue hacia una mesa, en donde dejo la comida – Pudiste a verme dicho algo – lo volteo a ver con cierta molestia, pero el chico no dijo nada, solo lo siguió, hasta ponerse a un lado de él. Esa situación se le hacía familiar.

Prendió la "estufa", puso un poco más de leña y saco un sartén, en donde puso algo de huevos y tocino. Dio medio vuelta y ese chico seguía ahí parado mirándolo, eso le desagrado mucho.

- ¿Qué quieres? – lo miro por un momento, pero no recibió respuesta, se estaba fastidiando de el - ¿En serio no vas a hablar? – volvió a mirarlo y nada. Soltó un suspiro y fue a por el pan, corto un par de rebanadas y fue a por un plato para ponerlo ahí.

Volvió a mirar en dirección al chico y el seguía igual, aun que ahora ya no lo miraba a él, miraba en dirección al sofá por donde había puesto su bolso "El exceso de trabajo lo están volviendo loco" pensó "O tal vez se quiere robar mi cena".

Comprobó si su comida ya estaba hecha, fue por un poco de sal y pimienta, repartiendo un poco de estas por encima de sus huevos. Los saco y lo puso en su plato. Tenia pensado comer en la cocina, pero no quería estar más tiempo compartiendo oxigeno con el menor, así que dejo su plato en el comedor, fue a por su bolso, se sirvió un poco de agua y fue a por su comida, estaba saliendo de la cocina cuando su compañero por fin hablo.

- ¿Por qué llegaste tan tarde?

- ¿Qué? – se volteo y lo miro recargado en la mesa con los brazos cruzados mirándolo sin ninguna expresión.

- Tu... usualmente no llegas a estas horas... - la mirada del chico bajo un poco, pero volvió a mirarlo a la cara - ¿Dónde estabas?

- Eso a ti que te importa – contesto algo frio y un poco sangrón. Sin importarle mas dio vuelta y continuo con su camino.

- ¡Kaveh! – levanto la voz, lo cual era raro para el – Te estoy hablando.

Escucho como caminaba hacia él, por un momento tuvo un deja vu, sintió escalofríos, se volteo un poco y lo miro con enojo.

- ¡Déjame en paz! No sabia que tenia que decirte a donde voy y que hago, ¡eres un fastidio! – sin más camino hacia su habitación sin ser interrumpido.

Dejo su plato y el vaso en el escritorio, soltó su bolsa al piso y fue a cerrar la puerta de un portazo poniéndole seguro. Se sentía raro, tal ves estaba exagerando con su comportamiento, fue muy grosero y estaba muy a la defensiva, pero esa situación lo hizo sentir extraño y un poco agobiado. Estaba cansado, tenia sueño, hambre, ya no quería ver a su roomie y ahora menos lo quería cercas ¿Por qué le preguntaba esas cosas? "Que te importa que yo haga..." se rasco un poco la cabeza, deshaciéndose su peinado. Algo acabado se fue a sentar a su escritorio para empezar a comer, busco un nuevo libro y empezó a leerlo, le gustaba leer de vez en cuando, cuando comía y ahora le ayudaba a relajarse.

Termino de comer y se agacho para sacar una linda caja de por debajo de su cama, ahí estaban sus ahorros, saco la pequeña bolsa donde estaban las monedas de oro y las conto, quitando la mitad que usaría para pagar su deuda, lo que sobraba era suficiente para poder pagar un nuevo lugar decente en donde vivir, al menos por cuatro meses, contando el depósito y los servicios básicos. Estaba feliz, quería ahorrar un poco mas de dinero para poder tener mas seguridad para poder pagar las rentas. Solo tenia que aguantar un poco más viviendo ahí.

Se quito su peinado y se cambió a algo más cómodo para dormir, que era un camisón con una abertura V en frente y unos pantalones sueltos (usualmente todas sus pijamas eran así). Abrió la puerta y se asomo por el pasillo, todo estaba obscuro, parece ser que Alhaitham ya se había ido a acostar. Salió con confianza de su cuarto cerrando la puerta detrás de si, fue al baño a cepillarse los dientes y a lavarse la cara, volvió y vio su puerta abierta, algo confundido dudo si la había dejado así, miro hacia su alrededor, todo parecía estar igual que antes, suspiro y entro a su cuarto, cerrando la puerta con seguro, como lo hacía todas las noches.

Se peino el pelo y ahora si se fue a acostar. Miro el techo ansioso, otra ves iba a soñar a ese hombre, deseaba tanto poder descansar, pero no quería soñarlo, rogaba a los dioses que por lo menos esa noche lo dejaran dormir bien, no importaba si no soñaba nada.

Y ya sea gracias a los dioses o a quien sea, ese día no soño nada. 







. . .

¿Por que sera que no soño nada? 636 

Gracias por leer ♥

☽【☾ Invadido en sueños  ☾】☽ ~ haikavehDonde viven las historias. Descúbrelo ahora