Capítulo 11: Un Favor A Cambio de Otro.

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Tras unos minutos en silencio, disfrutando de su compañía, Daniela agregó: Aun hay algo que no entiendo- Le presté toda la atención que pude, esperando su pregunta- ¿Que tiene que ver la Duquesa en todo esto?

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Tras unos minutos en silencio, disfrutando de su compañía, Daniela agregó: Aun hay algo que no entiendo- Le presté toda la atención que pude, esperando su pregunta- ¿Que tiene que ver la Duquesa en todo esto?

Dejé escapar una bocanada de aire, contar mi historia había hecho que olvidara lo más importante, descubrir si esa mujer era quien yo imaginaba.

-No tengo muchos recuerdos de mi vida antes de Greenhouse- Le informé con calma- Pero si hay algo que recuerdo con nitidez, y ese es el rostro de la mujer que me abandonó cuando era a penas una infante- Las cejas de Daniela se fruncieron en señal de confusión- Estoy casi convencida de que esa mujer, es la misma que hoy se encontraba disfrutando de un té ahí dentro- señalando el café. Daniela pareció anonadada ante el descubrimiento.

-¿Crees que la duquesa fue quien te abandonó a tu suerte?- Preguntó, más intentando creérselo que realmente aceptándolo- Eso es imposible. ¿Porqué iba a abandonarte a tu suerte? Es decir... no tiene sentido.

-No lo sé, tampoco yo entiendo nada- Aseguré, llevando la amamos a mi cabeza- Ni siquiera se quien esa señora, solo se que su rostro es muy parecido al de la mujer que yo recuerdo, y eso me basta Pat air a enfrentarla.

-Eso es una locura, Poché, no puedes ir y enfrentarla como si nada, es una mujer muy poderosa- Daniela se apartó de mi, alterada- Acabaría contigo.

-No tengo otra opción- Aseguré- Necesito respuestas.

-Esta bien, entiendo tu posición- intervino nuevamente- Pero debes entender que esta no es la manera, ni el momento. Debemos idear un plan, yo puedo ayudarte.

-¿De verdad, harías eso por mi?- ella asintió sin dudarlo, y yo sentí mi corazón dar un vuelco- Pero ¿Como se supone que lo haremos? Ni siquiera estoy autorizada para estar en esta zona del barco.

-Eso se puede solucionar- una sonrisa pícara se dibujó en el rostro de Daniela, iluminándolo, volviéndome a mi aún más fanática a su rostro de lo que, inconscientemente, ya era. La joven me tomó del brazo y comenzó a caminar deprisa.

Nos mantuvimos en silencio durante el corto camino en el que ella me guió, sosteniéndome de la mano, hasta una puerta de madera blanca en la cubierta A. Daniela no tardó en soltar mi mano y adentrarse en el camarote escondido tras la puerta.

Decir que aquel lugar parecía un palacio en miniatura era darle muy poca importancia a la elegancia de aquel lugar.

Nunca antes había visto tanta abundancia, tanta elegancia, los detalles en la madera tallada, el papel de la pared, los muebles perfectamente ordenados... por un segundo, observando desde el umbral de la puerta, mi subconsciente gritó que no debía entrar allí, pero Daniela, tras notar que aún permanecía en la entrada, se giró hacia mi y alegó:

-Por favor, Poché, adelante, ponte cómoda.

Asentí mientras aún seguía anonadada observando a mi alrededor. Me adentré en el lugar y sentí algo de temor de tocar algo y ensuciarlo, por lo que permanecí de pie apenas unos pasos alejada de la puerta, clavando la mirada en el suelo.

Leaving PortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora