Mi mejor momento.

342 26 21
                                    


Nota de la autora: ¡Hola! *Vuelve epikamente* Ya me siento bastante bien de salud ¡YEII! y después de 27362 años les traigo otro cap. Tendrá violencia física así que nomas advierto, no esta fuerte, normal.

P.D: Ayer fue mi cumpleaños, felicítenme o lloro.


Manjiro Sano:

Hago uso de los colores para darle los últimos toques al dibujo. Una gota de sudor corre por mi cien, pero la limpio rápidamente antes de que caiga sobre este. Faltan tres días para el cumpleaños de Takemichi y el dibujo que estoy haciendo debe quedar perfecto, como si él se estuviese mirando en un espejo.

La luz de la tarde penetra por los cristales de la ventana. Mi padre aun no llega, afortunadamente. Así que puedo dibujar tranquilamente. Camino hacia la cama para sentarme en ella con el dibujo en mis manos. Lo miro satisfecho y me quedo hay por un rato.

Pienso en Takemichi y eso hace que una sonría se forme en mis labios. Recuerdo lo de la otra noche y mi piel se calienta por completo, recordar la manera en la que sus manos me tocaban por todo el cuerpo y como su boca me hacía levitar, no tiene precio. Sentir su cálido cuerpo junto al mío durante toda la noche fue lo mejor que me ha pasado en toda la vida. Mis sentimientos hacia él no cambian, y sé que los suyos tampoco, solo espero que pronto acabe con aquel problemita llamado Sanzu.

M>e levanto y guardo el dibujo en donde mi padre no lo vea, es una de las pocas cosas de mi infancia que aún me gusta hacer, pero mi padre no lo sabe porque seguramente me juzgaría por eso, ya que la persona que me enseño sobre esto al igual que de las motos fue Shin.

Veo la cajeta de cigarrillos sobre la mesa, los agarro y trato de guardarlos antes de que mi padre los pueda encontrar, tengo casi una semana sin fumar, ni meterme nada raro al cuerpo, es desesperante y al mismo tiempo fastidioso, las manos me tiemblan y mi nariz arde y pica cada que lo recuerdo, sudo y tiemblo. Pero debo hacer este esfuerzo, estoy dando todo de mi para dejarlo. Me hace falta, sí. Pero trato de encontrar una manera distinta de como relajarme. También intento comer, aunque sea bocados en cada comida, tomar suficiente agua y entrar a la mayoría de las clases. No sé si alcance a graduarme, pero debo intentar sacar buenas notas. Todo esto me resulta un gran esfuerzo, pero recuerdo lo que el papá de Takemichi suele decirme en cada sesión, "si no pones de tu parte nadie más lo hará, tu creas tus propias posibilidades para ti mismo ¿Qué piensas hacer entonces?" Y por fue ahí donde comprendí que, si quería salir de toda mi mierda debía hacerlo por mí, y para mí. Pero es gracias a Takemichi por quién lo estoy intentando, si quiero ser alguien bueno para él debo serlo primero para mí mismo.

Ya llevo una semana limpio, es un paso ¿no?

Me meto a la ducha para refrescarme, tal vez vaya a casa de Kenchin más tarde, él está muy feliz de que este teniendo un avance, además está al pendiente de mis exámenes sobre la anemia. Él y Takemichi me acosan por eso, y se los agradezco enormemente. Lamentablemente Emma ya se enteró, le tuve que rogar para que no se lo contara a mamá ni a los abuelos. Además, me tiene en suspenso con su nuevo noviecito que aún no me dice quién es.

Después de bañarme voy a la cocina y lleno un vaso con agua para tomarme mis pastillas, estoy siendo puntual en eso, además takemichi me envía un mensaje de texto cada que es hora y he luchado por no reventar el celular cada que suena, todos sus malditos ruidos son molestos.

Preparo unos huevos para comer con papas cocidas y un poco de lechuga. Me tomo un vaso de jugo de moras, lavo todo y regreso a mi habitación, cepillo mis dientes y me pongo el pijama de conejito que tanto insistió Takemichi para que me llevase, me miro al espejo y veo con decepción como cedo ante las garras del amor, mientras maldigo lo débil y ridículo que soy me meto entre las sábanas y trato de conciliar el sueño, mañana debo entrar a clases temprano, y lo mejor es que duerma desde ya.

Somos tu y yo ~ MaiTake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora