Señora Hanaki

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Maratón 2/3

Takemichi Hanagaki:

¿Acaso fui muy duro con él?

No, no lo fui. Se lo merecía por desgraciado.

Pero, ni siquiera le permitiste explicarse.

No había nada que explicar, todo estaba claro.

Tú que ibas a saber, seguro todo fue un mal entendido.

Cierra el hocico, conciencia, es mi puta vida y yo tomo mis putas decisiones.

Se supone que es mi responsabilidad ayudarte con tus decisiones. Después no estes llorando y suplicando por mi ayuda, mocoso.

Después de pelear un rato con mi conciencia y darme cuenta de mi probable trastorno, me pongo en pie para ir a la ducha.

Lo cierto es que el remordimiento es algo que ha estado muy presente después de que le dije esas cosas tan feas a Manjiro, pero, la rabia que sentí en ese momento fue muy difícil de controlar. Me deje llevar por mis impulsos sin medir las consecuencias de ello y termine lastimando a quien más quiero.

De todas formas, lo que vieron mis ojos es algo imposible de negar, Kisaki y él estaban tan juntos, como dos enamorados, ¡incluso se besaron! No sé cómo esperaba que pasara eso por alto, cuando él me prometió que esperaría a que yo tomara mi decisión, y pensar que había obrado a su favor. Estaba a punto de decirle que mandaría a Sanzu a la mierda por él. Realmente no me importaba lo que dijeran, me di cuenta de que lo que siento por él es mucho más grande, pero al descubrir aquello, todos mis planes se fueron al abismo.

¿Cuánto tiempo llevaba mintiéndome?

No tengo ni la más mínima idea, solo sé que aquel recuerdo me duele demasiado, y el sonido de aquellas palabras de amor falsas resuenan en mi mente como el eco de una voz poderosa en la montaña. Con fuerza, con fervor, pero a la vez, con total falsedad.

¿De verdad todo fue mentira?

Cada una de sus acciones, la forma tan estremecedora con la que me miraba y el suave tono de voz con el que me decía las cosas más bellas jamás escuchadas. Todo era mentira, una vil fantasía en la que creí que sus sentimientos eran genuinos. Ahora me siento como un completo imbécil, creí que él era mi victima por estar esperando mi respuesta, que probablemente eso le causaba dolor. Pero resulto que la víctima soy yo.

El agua tibia cae con delicadeza por mi cuerpo, mientras que algunas lágrimas se escapan sin permiso, rodando por mis mejillas. Tal vez el agua aplaque un poco la llama del dolor que incendia mi pecho.

Todo lo que paso entre nosotros solo sirvió entonces para confundirme, por su culpa no tengo claridad. Por su culpa me siento extraño. Por su culpa no entiendo mi propia mente y no domino mi interior.

Ahora todo es un caos, y por culpa de ello termine precipitándome, termine tomando decisiones apresuradas de las cuales no tengo total seguridad. Sanzu. El chico de cabellos blancos que me ha gustado desde hace años, por quien me desvivía y predicaba el mayor de los amores. Se ha reducido únicamente a un escape, aúna pequeña salida inducida por los celos y el sufrimiento.

Pero si pongo de mi parte, puedo hacer que mis sentimientos iniciales vuelvan a aparecer, puedo logar que el cauce del rio tome su rumbo con normalidad. De todos modos, mi sueño era estar con él. ¿Qué puede ser distinto ahora?

Ya he pasado por esto. Hinata se fue y me dejo con un vacío inmenso, jamás la volví a ver y aun así pude superar su partida. Dejarme sin ninguna explicación es igual que un engaño, es igual que una mentira. Solo debo imaginar que Manjiro se fue lejos, que no está aquí y así poder superarlo, de esa manera podre olvidar lo que siento por él.

Somos tu y yo ~ MaiTake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora