lips to divide up › jikook.

Capítulo 15

JungKook llegó a la mañana siguiente cansado e irritado, bastante harto de los lugares y el montón de helado que Zelo le hizo comer en toda la noche que pasó en su casa. Al entrar botó su mochila a un lado de la puerta, sin importar que sus preciados libros de la universidad azotaran con fuerza. Extrañado de no ver a Yoongi sentado frente al mesón. Confundido se encaminó al cuarto del mayor.

─Hey, ¿Yoongi, estás por ahí?

Sin tocar la puerta, la abrió y encontró al chico abrazando a Hoseok, dándose delicados besos y mimos por parte de ambos. JungKook al ver la escena se quedó clavado en el suelo con una sensación amarga recorriéndole el estómago, parecían estar desnudos, sintió un pinchazo en el pecho al verlos de esa forma y algo dentro de él, amenazó con hacerlo devolver la poca comida que había pescado en el enorme plato que le ofreció Zelo como desayuno.

No era que le agradara que Yoongi estuviera alejado de Hoseok, sabía lo mucho que el mayor deseaba volver a los brazos de la persona del que nunca debió separarse. Pero joder, que le dolía como la mierda verlos tan felices y abrazados. Él también estaba deseando poder estar así con JiMin. No desnudos en una cama luego de pasar toda la noche entregándose todo el uno al otro... bueno sí, pero no.

Deseaba poder abrazar al pelinegro sin que algo se interpusiera en su camino, sin los malos tratos de JungKook hacia JiMin y sin descubrir algo agridulce del pasado del pelinegro. Pero ahí estaban ellos, separados y con todo dado por terminado al parecer. Con JiMin desaparecido y con JungKook hundiéndose en un poso lleno de su propio dolor. Era sorprendente para el rubio darse cuenta de cómo habían pasado las cosas, de querer alejar a JiMin ahora lo deseaba con todas sus fuerzas a su lado.

Daba pena, porque ahora que ya no estaba ciego, JiMin dio media vuelta y lo dejó ir. Su vida amorosa era una vil mierda. Debería llamarse Jeon-estúpido-JungKook, le sentaba mejor que sólo Jeon JungKook.

─ ¡JungKook, regresaste!

JungKook lo miró sin expresión en su rostro. Dio media vuelta y jaló la puerta para cerrarla, arrastrando su desgraciada persona fuera de la habitación de Yoongi. Lo que menos deseaba ahora, era arruinar el buen humor que Hoseok había construido en Yoongi. Suspirando, volvió a caminar hasta derrumbarse en su sofá favorito y volvió su vista a la ventana mientras paseaba sus manos por los cojines suaves del sofá.

Aún recordaba ese sofá; ahí se había quedado dormido encima de JiMin luego de que le acribillara al decirle que estaba para arruinar su vida. Apretó la mandíbula sintiéndose en verdad mal al recordar las palabras que había escogido para decirle al mayor. Pero aun así, aunque fue por un tiempo corto, recordaba sentir los brazos del pelinegro en su cintura. JiMin había murmurado algo que no logró entender.

Su mente ahora parecía estar jugando en su contra, haciéndole recordar los momentos buenos que había pasado al lado de JiMin. Los besos y las sonrisas que se habían compartido uno al otro. Las miradas llenas de brillo, que él mismo se encargó de borrar a base de malas palabras y riñas innecesarias con JiMin. ¿Por qué tuvo que ser tan estúpido?

Encogió sus piernas hasta abrazarlas y recargar su barbilla en sus rodillas.

Yoongi parecía estar feliz con Hoseok en esos momentos. Y sabía que no era la compañía más alegre en esos momentos. Era mejor darles su espacio. Él estuvo con el mayor cuando terminó por error con Hoseok, lo abrazó mientras Yoongi dejaba ir las lágrimas llenas de dolor por dejar atrás al mayor. Claro, ellos terminaron por una pelea infantil causada por JiMin y él.

Suspirando nuevamente, se volvió a levantar. Fue a su habitación y tomó la primera sudadera que sus ojos encontraron. Al regresar, la puerta de su departamento se abrió y entró un Taehyung sonriente de la mano de Namjoon, al mismo tiempo que Yoongi salía, ya vestido, con Hoseok, ambos mirándose el uno al otro con un brillo lleno de adoración y amor.