Capítulo 18

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─No deberían estar aquí─. JungKook resopló por quinta vez. A su espalda Taehyung reía bajo su mano y Hoseok luchaba por no soltar una carcajada.

─Vamos, bebé, ignóralos. No todos los días tu madre te da una visita.

JiMin soltó una risita que traicionó las palabras que le había dicho al menor.

JungKook lo miró y abrió la boca, indignado por no poder deshacerse de sus amigos y su autoproclamado novio. Se aguantó las ganas de hacer pucheros como un niño pequeño.

─Como los odio─. Recibió como respuesta una mueca de fingido dolor. JungKook volvió a rodar los ojos y a bufar por infinita vez en el día.

Hoseok y Taehyung se habían empeñado en acompañarlo al aeropuerto donde su madre le dijo que llegaría. Obviamente con Hoseok se incluía Yoongi y con Taehyung, Namjoon. JiMin había sido el colado que nadie había invitado. El pelinegro se pegó a los otros sin invitación.

No era que a JungKook le molestara del todo tener los brazos de JiMin a su alrededor mientras espera la carga pesada que era su madre y su nuevo esposo. Le gustaba JiMin porque le hacía menos tenso su ambiente. Podía vagar en la sonrisa de JiMin por momentos.

Siempre que su madre lo visitaba, JungKook dejaba su ropa casual, y se vestía con unos pantalones de vestir de un horroroso color verde militar y una camisa de botones de color amarillo huevo. Hasta el mismo se odiaba por vestirse de aquella forma.

Su madre era una mujer de gustos refinados, no le agradaría saber que su hijo vestía con unos pantalones de mezclilla rotos de las rodillas y una camisa de lo más sencilla que tenía calaveras o el símbolo de peace and love marcado en blanco o floreado. JungKook sonrió. Usaba esa clase de camisas para molestar a Taehyung.

Trataba de cerrar los ojos y contar hasta diez para aguantar las ganas de golpear a Hoseok y a Taehyung. JiMin no ayudaba con sus risas entrecortadas. Todavía no llegaba su madre y JungKook ya tenía ganas de arrancarse su cabello uno por uno.

─Cariño, sigo pensando que se te veía más sexy el otro tinte─. JungKook murmuró algo inentendible y miró a JiMin, ganándose una mirada confundida por parte de éste. Suspiró y puso sus pensamientos en su lugar.

─Lo siento, mamá me mataría si se llega a enterar de que me teñí el cabello de color rubio.

El pelinegro se limitó a asentir y besar los labios del ahora castaño de forma rápida y casta. JiMin se movió a su lado y dejó una mano envuelta en la cintura del menor. No era tonto, no pasaba por alto las miradas de algunas personas.

Aún vestido con esas horrorosas ropas que JiMin no usaría para nada, JungKook seguía llamando la atención, así como Yoongi y Taehyung. JiMin reía cada vez que veía a Hoseok mirar de pies a cabeza a cada persona que se detenía a mirar a Yoongi.

El mayor estaba enfrascado en alguna lectura en su teléfono mientras se recargaba contra el cuerpo de Hoseok. La figura fina y marcada de Yoongi era imposible de no mirar más de dos veces. JiMin se encontró mirándolo un par de veces antes. La piel pálida y los labios de color rosa pálido le daban un aspecto angelical.

Taehyung por otro lado, tenía un aspecto más sexy, con el cabello alborotado casi tan oscuro como el cabello de Yoongi. El chico vestía un pantalón negro acompañado de una camisa de cuadros rojo con negro, ambas prendas se ceñían a las curvas de su cuerpo mientras se mantenía pegado a Namjoon, con sus piernas sobre las del mayor.

Por su cuenta, un día atrás JungKook había cambiado su color de cabello. De ser un pelirubio, pasó a ser un castaño común y corriente, claro estaba que JungKook nunca sería un simple castaño, él resaltaba con cualquier tono en su cabello. Su madre tenía una gran habilidad para llegar en los peores momentos. Era buena para eso.

lips to divide up › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora