Capítulo O5

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¿JungKook estaba molesto? Sip, estaba furioso.

¿Estaba cansado? Sí señor, él y Taehyung estaban agotados.

¿Su primo era un fastidio? Oh, vaya que sí lo era.

Taehyung estaba sentado en la banqueta, frente a algún establecimiento de ropa y pinturas exageradamente caras. Jadeando, pasó una mano por su sudorosa frente y tiró del flequillo de espeso cabello negro azabache. Molesto, volvió a recordarse que hacía esto por su mejor amigo.

El cual llegó corriendo con zancadas largas y torpes, sudado y jadeando, JungKook dejó escapar el aire de sus pulmones mientras se quejaba y murmuraba cosas en contra de su enérgico primo, quién yacía en el interior de la tienda.

─¿Lo alcanzaste?─. Taehyung asintió con un jadeo cansado. El de cabello azabache señaló la tienda tras él.

JungKook suspiró y se dejó caer en el piso, aun lado de Taehyung, encogió sus piernas y dejó caer sus manos en medio de estas. Su primo los había hecho correr de una tienda a otra. Casualmente su primo seguía viéndose fresco y lindo, aun cuando ellos ya estaban agotados y sudados.

Se dejó caer sobre el hombro de su amigo y éste le respondió dejando caer su cabeza sobre la coronilla de JungKook. Ambos recargando energía para otra posible, o segura, carrera en rumbo a otra tienda horrorosamente cara.

Ambos se quejaron cuando vieron salir una silueta delgada y fina. Casi de la estatura de JungKook, escasamente centímetros más bajo, su primo era más pálido y de cabellos color chocolate, con una cintura delgada y un porte refinado, aunque lo que resaltaba más del chico eran sus hermosos ojos cubiertos con un delineado profundo de color negro.

Un chico hermoso, pero loco.

─¿Vamos a correr otra vez?

Su primo negó y les entregó a cada uno una bolsa de un color diferente. Les sonrió con una alegría típica de un niño de cinco años antes de girarse y encaminarse por la calle a un paso normal.

Taehyung negó al ver y abrir la bolsa, de donde sacó una camisa de color negro que hacía juego con unos vaqueros blancos con desgarre en sus muslos. Su amigo volvió a mover la cabeza.

─Hombre, tengo mi propia ropa─. Le comentó mientras seguían a su primo a una distancia prudente.

─No quiero pensar que está tramando.

─Chico, tu primo es un loco─. JungKook cerró los ojos y asintió.

Lo único que hacía su día: hoy era un día brillante y libre de JiMin y Hoseok. Aquel pensamiento fue suficiente para subirle los ánimos al rubio. Una sonrisa se deslizó en sus labios. Si, su primo era algo bueno. O eso quería pensar.

Se detuvo en seco al repasar todo. Su primo; alegre e hiperactivo, corriendo de aquí para allá, de tienda en tienda. Hasta les había comprado ropa para ambos, ropa fina y exageradamente cara.

─Oh no─. Murmuró, sabiendo a donde iban los planes del chico.




✧ ✧ ✧




─¿¡Has perdido la cabeza!?─. Su primo se encogió de hombros. Taehyung lo miraba furioso, quizás no tanto como JungKook.

─Es sólo una fiesta.

─Baekhyun, no es sólo una fiesta─. Corrigió un furibundo Taehyung─. Le dije que no a mi chico, por ayudar a Kookie contigo, pequeño─hyung─engendro─imperativo.

Baekhyun, el primo de JungKook, miró a Taehyung como si sus palabras fueran cualquier cosa. Sin decir más volvió a su trabajo en terminar de arreglarse para salir de nuevo. Con o sin su primo, iría a esa fiesta.

lips to divide up › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora