16

123 15 0
                                    


Merlina había pasado sus últimas noches frente a una mesa. La luz de la lámpara apenas iluminaba los bordes de su cuaderno, y las sombras danzaban en las esquinas de su habitación, creando un ambiente que se sentía tan denso como sus pensamientos. En parte escribía su libro, pero su cabeza estaba más enfocada en descubrir quién era la persona detrás del monstruo. Las palabras fluían de manera desordenada, sus teorías chocaban entre sí, y cada vez que pensaba estar cerca de una respuesta, algo la hacía retroceder.

Era como si un muro invisible se levantara ante ella cada vez que intentaba avanzar. Y ese muro tenía nombre: Xavier. A pesar de sus esfuerzos por no creer en su teoría, Xavier le resultaba cada vez más sospechoso. Había algo en él, algo que no encajaba. Su conexión con los sueños del Hyde era demasiado específica para ser casualidad. Pero, ¿cómo era posible? Se preguntaba una y otra vez. "Su padre es vidente", pensó, intentando encontrar una explicación lógica. Pero algo dentro de ella la detenía, negándose a aceptar esa posibilidad. "Eso no tiene nada que ver", volvió a pensar, sacudiendo la cabeza como si pudiera ahuyentar la idea.

Justo cuando estaba a punto de rendirse, la puerta de su habitación sonó, rompiendo el silencio sepulcral que la rodeaba. La puerta se entreabrió, revelando la figura de Midnight, su hermana menor.

―Lo que sea que te haya pasado, no tuve nada que ver. ―murmuró Merlina sin despegar la mirada de su libro. Intentaba mantener la fachada de indiferencia, pero el nudo en su estómago la delataba.

Midnight no respondió de inmediato, su mirada fija en su hermana mayor, estudiando cada pequeño detalle de su rostro. Finalmente, habló, pero su voz estaba cargada de algo más que curiosidad. ―No es eso, es sobre la última conversación que tuvimos.

Merlina frunció el entrecejo, intentando recordar. La conversación había girado en torno a Xavier y el Hyde, dos piezas del rompecabezas que no lograba encajar. ―¿Has notado comportamientos extraños en Xavier? ―preguntó, manteniendo la guardia alta.

Midnight vaciló por un momento. Claro que había notado cosas extrañas, pero ayudar a Merlina en su plan no era su intención. Su mente estaba en otra parte, buscando respuestas para preguntas que aún no se atrevía a formular. ―No. Solo quería preguntarte acerca del monstruo.

La respuesta de Merlina fue casi automática, como si la hubiera ensayado mil veces. ―No tengo nada que decirte respecto a eso.

―¿Cómo supiste de él? ―Midnight no iba a dejar pasar la oportunidad. Sabía que había algo que Merlina no le estaba contando.

Merlina resopló, sintiendo que las paredes de su habitación se estrechaban a su alrededor. ―Todo el mundo sabe de él.

―Te equivocas, todo el mundo piensa que es un oso. ―Midnight se cruzó de brazos, observando atentamente la reacción de su hermana.

Merlina apartó la vista de su libro y miró su máquina de escribir, sumida en pensamientos. Cada tecla representaba un paso hacia la verdad, una verdad que se negaba a revelar por completo. ―Un día, en el bosque, Rowan intentó matarme porque creía que yo era la causante de una predicción que tuvo su madre. ―guardó silencio por un momento, recordando el miedo que había sentido en ese instante. ―Entonces el Hyde apareció y lo atacó frente a mí. No sé realmente qué pasó en ese momento, pero él me ayudó. O más bien, su amo me ayudó. No creo que el Hyde tenga consciencia propia.

Midnight rió con frustración, una risa que no alcanzaba sus ojos. ―Claro que la tiene.

La certeza en la voz de Midnight desconcertó a Merlina. La miró con una mezcla de curiosidad y sospecha. ―¿Por qué estás tan segura?

―¿Quién querría protegerte a ti, Merlina? ―La pregunta quedó flotando en el aire, cargada de una verdad que ambas se resistían a aceptar.

Merlina suspiró, sintiendo el peso de sus dudas aplastándola. ―Quizá tengas razón. Por eso tengo la sospecha de que es alguien cercano a nosotros.

Midnight asintió con la cabeza, pero su mente ya estaba en otro lugar. Sin decir una palabra más, salió de la habitación, dejando a Merlina sola con sus pensamientos. Mientras caminaba por los pasillos oscuros, su mente no dejaba de girar en torno a las palabras de su hermana. ¿Por qué estaba tan segura de que el Hyde tenía consciencia? Y lo más importante, ¿quién podría estar controlándolo?

Sus pensamientos fueron interrumpidos abruptamente cuando se topó de frente con Xavier. La expresión en su rostro lo delataba; algo le preocupaba.

―Aguarda, ¿todo está bien? ―preguntó Xavier al ver la cara de confusión de Midnight.

Midnight levantó la mirada, intentando ocultar la tormenta que se desataba en su interior. ―¿Por qué no lo estaría?

Xavier pareció dudar por un momento, pero luego tomó una decisión. ―No lo sé. Mid, he estado postergando algo que quiero hacer porque quiero que estés conmigo cuando suceda.

La confusión de Midnight solo aumentó. ¿Qué estaba tratando de decirle? ―¿De qué hablas?

Xavier tomó aire, como si necesitara reunir todo su valor para continuar. ―Encontré un diario. Bueno, no lo encontré. El mayordomo de mi padre, que ha estado en la familia desde antes de que yo naciera, vino a visitarme hace dos semanas. Le rogué que buscara algo de mi madre en el sótano de la casa. Mi padre siempre guarda todo allí. Creí que tal vez pudo ocultar algo bajo la casa. Ayer volvió. Trajo consigo un diario...

Midnight elevó ambas cejas, sorprendida por la revelación. ―¿Un diario? ―repitió, su mente tratando de procesar la información.

Xavier asintió, con la mirada fija en ella. ―Mid, creo que podemos estar cerca de descubrir lo que pasó con mi madre.

Las palabras de Xavier cayeron sobre Midnight como una losa. Sentía el impulso de decir algo, de calmarlo o darle alguna esperanza, pero en su lugar, una pregunta inesperada salió de su boca. Una pregunta que llevaba rondando su mente desde hacía tiempo. ―Xavier, ¿estás seguro de que tu madre murió?

El silencio que siguió fue más pesado que cualquier respuesta. Xavier la miró fijamente, como si intentara leer en sus ojos la razón de su pregunta. Midnight sintió una oleada de nervios recorrer su cuerpo, pero lo disimuló con una calma estudiada. Nadie debía sospechar, ni siquiera Xavier, que la llave del misterio del Hyde estaba mucho más cerca de lo que ambos imaginaban.

_______________
L120824

Midnight | Xavier Thorpe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora