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Habían pasado ya algunos días desde la desagradable visita de los Addams y las cosas entre las hermanas no habían mejorado en absoluto

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Habían pasado ya algunos días desde la desagradable visita de los Addams y las cosas entre las hermanas no habían mejorado en absoluto.

Enid, compañera de habitación de Merlina, había corrido el rumor de lo que ocurrió aquel día con las Addams, y ahora toda la academia veían a Midnight como la hermana frustrada que no podía inventarse personalidad propia. Sí, todos creían que no era más que una copia de Merlina.

Todos en Nevermore se habían dejado llevar por aquel chisme, excepto tres personas: Xavier, Ajax y Leya.

Hoy era fin de semana en Jericho para algunos alumnos destacados, entre los cuales estaban los tres anteriormente mencionados, Midnight, Merlina y unos cuantos chicos más.

Midnight decidió pasar por un café para enfrentar el día.

—Lo mismo de siempre, por favor. —pidió. No venía muy seguido, pero este chico siempre le tomaba la orden y sabía a qué refería.

—Va saliendo. —Tyler respondió con una sonrisa de oreja a oreja. La presencia de esta chica siempre le agradaba. Y parecía iluminar la cafetería.

Midnight asintió para después tomar lugar en una de las tantas mesas del sitio.

Sacó una libretita pequeña que había empezado a cargar con ella y se puso a dibujar la vista desde la ventana. No era la mejor dibujante pero se defendía.

Tyler llegó algunos segundos después con el café de la chica en la mano, pero no solo eso, también traía consigo una rebanada de pastel de chocolate.

—No recuerdo haber pedido eso. —la pelinegra confesó confundida.

—No lo hiciste, la casa invita. —Él sonrió.

—No es necesario, te lo pago cuando termine.

El chico volvió a sonreír y tomó asiento frente a ella. —No necesitas pagarme nada, te dije que la casa invita. Y no tomaré un no como respuesta.

Midnight lo pensó, el pastel se veía delicioso.

—Muy bien, pero otro día te invitaré algo. — Finalmente aceptó.

Tyler hizo un gesto militar con la mano y miró fijamente a la chica.

Los siguientes minutos se la pasaron platicando y riendo de algunos chistes que Tyler contaba para hacer reír a la chica, y el ambiente era realmente cómodo hasta que se vio interrumpido por un carraspeo.

—¿Interrumpo algo? —Midnight levantó la cabeza hacia la persona cuando reconoció la voz.

Ella no supo que decir.

—Creo que sí lo haces. —el chico que estaba sentado, respondió.

—¿Ah, sí? No me digas.

—Xavier... —comenzó a decir la chica de ojos grises.

Midnight | Xavier Thorpe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora