Midnight Addams nunca quiso ir a Nevermore, pero el destino y su familia tenían otros planes. Mientras su hermana Merlina ya navegaba las sombras de este siniestro internado, Midnight se ve arrastrada a un mundo de misterios oscuros y secretos morta...
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La familia Addams tenía una muy peculiar forma de actuar, todos sabían que ellos eran diferentes al resto de las personas, y eso a ellos parecía tenerlos fascinados.
Midnight había crecido bajo ciertas creencias y costumbres que su arcaica familia le había heredado.
Merlina había seguido al pie todas y cada una de ellas, Pericles iba por el mismo camino, lo único preocupante de la familia Addams era aquella hija de en medio. Siempre trató de parecerse lo más posible a su hermana mayor, incluso llegó a copiarle la vestimenta y el peinado, pero todos sus esfuerzos resultaron estupidos porque la familia Addams no tenía ojos para nadie más que no fuera su pequeño tormento, como le decían a Merlina.
A diferencia del resto de su familia, a ella no le encantaba el sufrimiento ajeno, y siempre pensó que había nacido defectuosa por no disfrutar lo mismo que su familia amaba.
Era blanda, pero siempre trataba de demostrar lo contrario. Suficiente tenía con ser considerada la oveja negra de la familia, y a diferencia de Merlina, a ello esa sí le afectaba.
—Creí que no volverías para despedirte. Creímos que te alegraría vernos, Midnight. —habló Morticia Addams.
—Lo único que me alegra es que ya se están yendo. —contestó cortante.
—No tienes que ser tan cruel con tu madre, hija. —Homero suavizó la voz.
—¿No es eso lo que quieren? ¿Que sea una copia de Merlina? —cuestionó sarcástica. —Lo estoy siendo, lamento que eso les moleste. —continuó con el mismo tono de voz.
—Midnight Addams, no le hables así a tu padre. —reprendió su madre.
—Claro, nadie puede ser igual que Merlina, les pido una disculpa, lo olvidaba.
—No entiendo cuál es tu estupida obsesión con compararte con ella todo el tiempo.
—¿No lo entiendes... madre? —preguntó irónicamente. —Todo el tiempo es Merlina, Merlina por aquí, Merlina por allá... Merlina, Merlina, Merlina... Ya estoy harta de ser su sombra todo el tiempo.
—Midnight, ya basta.
—¿Quieres que pare? ¿Por qué? ¿Te avergüenza que todos se enteren que eres una mala madre?
El rostro de Morticia se contrajo, podía ser lo que sea, pero estaba segura de que era una buena madre. Amaba a sus hijos, claro que lo hacía, pero por alguna extraña razón sentía que coincidía más con su pequeña Merlina.
—Midnight... —La señora Addams la nombró con un tono autoritario. —estás pasando tu límite. No me obligues a tomar medidas extremas.
Midnight rió irónicamente. En eso se basaba su vida, en recibir castigos que no le correspondían. Toda su vida había sido así, pagando por las cosas que su hermana había hecho. Por eso sentía que sus padres tenían un favoritismo hacia la hermana mayor.
—Como sea, ¿quieren despedirse de Merlina? Se las traigo. —Su tono era serio, pero por dentro no sentía más que resentimiento.
—Ya lo hemos hecho, hija, —Homero se acercó a su hija para acariciar su cabello. —Tu madre te ama a pesar de todo. Claro que no tiene favoritismos.
—Se nota perfectamente.
Si padre sonrió nostálgicamente y se apartó para encaminarse al auto. Largo le abrió la puerta para después entrar él. Morticia ya se encontraba arriba, sin siquiera despedirse de su hija se había marchado.
Ahora, Midnight había quedado sola en el lugar, sin saber que a lo lejos un chico la observaba.
••• No quería saber nada del mundo, no se sentía decepcionada de sus padres porque toda su vida había sido así. Simplemente una sombra de la maravillosa hija mayor de los Addams.
Solo... no sentía nada.
—¿Pudiste despedirte de nuestros padres? —preguntó Merlina al ver a su hermana.
Midnight la miró de reojo. Ahora sentía enojo.
—Mejor que eso.
—¿Pasó algo?
La menor de los Addams bufó.
—Nada que te interese. Pero, si quieres saber... corre a tu bola de cristal y pregúntale a tu madre lo qué pasó. A su hija favorita no puede negarle nada.
Merlina notó la extraña actitud de su hermana.
—Midnight, ¿otra vez discutieron?
—Bingo. Ya sabes, las consecuencias de que los Addams sientan rechazo... Digo, no lo sabrías, seguro no te pasa seguido.
—Basta, siento que me culpas de algo.
—No es nada personal, hermanita.
—¿La razón nuevamente fue por quererte parecer a mí? —preguntó la chica de las trenzas con un ligero sentimiento de grandeza.
—¿Te crees que yo querría parecerme a alguien como tú?
—Bueno, siempre es ese tu motivo de discusión con nuestros padres.
—Claro, es que no puedo vivir si no soy Merlina. —respondió irónica.
—No puedes vivir siendo tú.
—Mejor vete, no quiero seguir discutiendo contigo.
La relación de las hermanas Addams nunca se había caracterizado por ser la mejor. Constantemente competían entre ellas por ver quién era mejor. Y con frecuencia se decían cosas hirientes.
—No es mi culpa que siempre te hayas sentido inferior a mí.
Midnight vio salir a su hermana después de decir eso. Quiso detenerla y decirle algunas cosas en su cara, pero simplemente no pudo. Y de repente pequeños flashbacks de su niñez le llegaron a la mente.
Y ahora entendió, no pudo decirle nada porque quizá...
