20

58 9 0
                                    

Capítulo 20: Entre Luz y Oscuridad

La luz del atardecer se colaba por las ventanas góticas de la Nevermore Academy, proyectando sombras alargadas en los pasillos. Midnight Addams caminaba lentamente hacia la salida del edificio, con las palabras de Xavier resonando en su mente. La idea de pasar tiempo con él, lejos de las tensiones y los misterios que los rodeaban, era tan tentadora como peligrosa. A pesar de sus mejores esfuerzos por mantener las cosas profesionales, había una creciente conexión entre ellos que no podía ignorar.

Al llegar a la entrada principal, encontró a Xavier esperándola, su mochila colgada de un hombro y una expresión de cansancio mezclada con expectativa en su rostro. Había algo en su mirada, una mezcla de vulnerabilidad y fuerza, que hacía que Midnight se sintiera más atraída hacia él, aunque sabía que no debería.

―Listo para nuestra "aventura"? ―preguntó Midnight, usando un tono sarcástico para encubrir los nervios que sentía.

Xavier sonrió, pero su sonrisa no alcanzó sus ojos. ―Supongo que sí. Aunque no estoy seguro de qué tipo de aventura estás planeando.

Midnight se encogió de hombros, intentando parecer despreocupada. ―Nada demasiado emocionante, lo prometo. Solo pensé que podríamos caminar un poco, alejarnos de todo esto por un rato.

Xavier asintió, y juntos comenzaron a caminar por el camino de grava que llevaba al bosque cercano. La tranquilidad del entorno contrastaba con la tensión que Midnight sentía en su interior. Había pasado tanto tiempo manipulando situaciones y personas, que la simple idea de compartir un momento genuino con alguien le resultaba casi desconcertante.

A medida que avanzaban por el sendero, el silencio entre ellos se volvía cada vez más pesado, hasta que finalmente, Xavier fue el primero en romperlo.

―Midnight, ¿puedo preguntarte algo? —dijo, su voz baja, casi tímida.

Midnight se detuvo y lo miró, su expresión impenetrable. ―Puedes intentarlo.

Xavier suspiró, como si estuviera debatiendo si continuar o no. Finalmente, decidió seguir adelante. ―¿Por qué haces esto? —preguntó—. Quiero decir, todo esto de investigarme, de meterte en asuntos que no son tuyos. Sé que eres más de lo que aparentas, y a veces me pregunto qué es lo que realmente quieres.

Midnight sintió un nudo formarse en su estómago. Xavier era perspicaz, más de lo que ella quería admitir. Pero no podía permitirse ser honesta, no cuando tenía tanto en juego.

―Tal vez soy solo una chica curiosa —respondió, intentando que su voz sonara juguetona—. Después de todo, nunca se sabe qué secretos podría encontrar.

Xavier la miró fijamente, como si intentara ver más allá de sus palabras. ―Curiosa, sí. Pero también hay algo más, Midnight. Algo que no me estás diciendo.

Midnight sintió que su corazón latía con fuerza. Xavier estaba más cerca de la verdad de lo que ella había anticipado, pero no podía dejar que lo descubriera. No ahora, cuando todo estaba tan delicadamente equilibrado.

―Todos tenemos nuestros secretos, Xavier —dijo finalmente, con un tono más serio—. Incluso tú.

Xavier se quedó en silencio por un momento, asimilando sus palabras. Luego, asintió lentamente, como si aceptara la verdad en lo que ella decía. ―Supongo que tienes razón. Pero a veces, esos secretos pueden destruirnos.

Midnight desvió la mirada, sintiendo el peso de sus propias palabras. Sabía que Xavier no estaba muy equivocado. Sus secretos la estaban consumiendo poco a poco, y aunque intentaba controlarlos, había una parte de ella que temía lo que sucedería si todo saliera a la luz.

Continuaron caminando en silencio, hasta llegar a un claro en el bosque. Las últimas luces del día bañaban el lugar en un suave resplandor dorado, creando un ambiente casi mágico. Midnight se detuvo, observando el paisaje mientras intentaba calmar la tormenta de emociones que la asediaba.

―Este lugar es... hermoso —comentó Xavier, rompiendo el silencio una vez más.

Midnight asintió, pero su mente estaba en otra parte. Se giró para mirarlo, y al verlo allí, de pie frente a ella, con esa mezcla de fuerza y vulnerabilidad, sintió una oleada de emociones que no esperaba.

―Xavier... —comenzó, pero las palabras se le quedaron atascadas en la garganta. No sabía cómo continuar, cómo explicarle lo que realmente sentía.

Xavier la miró con curiosidad, pero también con una suave ternura. ―¿Qué pasa, Midnight? Puedes hablar conmigo, lo sabes.

Midnight cerró los ojos por un momento, intentando reunir el valor necesario para ser honesta, aunque fuera solo por un instante. Sabía que no podía confiar completamente en él, pero también sabía que había algo entre ellos que no podía ignorar.

―Es solo que... —dijo finalmente, su voz temblorosa—. A veces, siento que estoy perdiendo el control de todo. De lo que hago, de lo que siento...

Xavier dio un paso más cerca de ella, su expresión llena de comprensión. ―No tienes que enfrentarlo todo sola, Midnight. Estoy aquí. Y aunque no sepa todo lo que está pasando, quiero estar a tu lado.

Midnight sintió un calor extraño en su pecho ante sus palabras. Durante tanto tiempo había estado luchando sola, enfrentándose a sus propios demonios sin confiar en nadie. Pero Xavier, con su honestidad y su preocupación genuina, la hacía cuestionar todo eso.

Antes de que pudiera detenerse, dio un paso hacia él, acercándose lo suficiente como para sentir su calor. Xavier no se movió, pero sus ojos estaban fijos en los de ella, como si esperara algo.

Midnight sabía que estaba jugando con fuego, pero en ese momento, no le importaba. Lentamente, levantó una mano y la colocó en el pecho de Xavier, sintiendo los latidos de su corazón bajo su palma.

―No estoy acostumbrada a confiar en nadie, Xavier —susurró, sin apartar la mirada—. Pero tú... haces que quiera intentarlo.

Xavier no respondió con palabras. En su lugar, levantó una mano y la colocó suavemente sobre la de ella, entrelazando sus dedos. El contacto era simple, pero estaba cargado de significado. Era una promesa silenciosa, un acuerdo tácito de que, a pesar de los secretos y las sombras que los rodeaban, había algo real entre ellos.

Midnight sabía que no podía confiar completamente en él, no mientras su secreto siguiera siendo una amenaza. Pero en ese momento, decidió permitirse un pequeño respiro. Una tregua, aunque fuera temporal, en la batalla constante que libraba consigo misma.

―Solo te pido una cosa —dijo Xavier suavemente, inclinándose un poco más hacia ella—. No te alejes de mí, Midnight. No importa lo que pase, no me apartes de tu lado.

Midnight asintió, sintiendo la gravedad de sus palabras. Sabía que no podía prometerle que todo sería fácil, pero en ese momento, decidió que intentaría mantenerlo cerca, tanto como le fuera posible.

Y con esa resolución, se inclinó ligeramente hacia adelante, hasta que sus labios rozaron los de Xavier en un suave beso. Fue un gesto delicado, casi tímido, pero lleno de una promesa silenciosa. Ambos sabían que estaban caminando sobre una línea delgada, pero por ahora, ninguno de los dos quería retroceder.

Cuando se separaron, Midnight vio en los ojos de Xavier la misma mezcla de esperanza y temor que sentía en su propio corazón. Sabía que no sería fácil, que los secretos que guardaba aún podían destruir todo lo que estaban construyendo, pero por una vez en su vida, decidió que no huiría de lo que sentía.

Y con esa decisión tomada, ambos se quedaron allí, en el claro del bosque, disfrutando de un momento de paz en medio de la tormenta que sabían que aún estaba por llegar.

Midnight | Xavier Thorpe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora