Locura Gemela

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Dicen que dos cabezas piensan mejor que una. Lo cual es usualmente cierto. ¿Pero cuatro cabezas? Esas ya son demasiadas.

Y eso puede ser un poco catastrófico.

Hicca y Chimuelo se encontraban volando junto a los demás jinetes en el cielo donde había una pequeña neblina para el nuevo ejercicio que iban a practicar para fortalecer los lazos entre vikingos y dragones.

El ejercicio consistía en confiar en los sentidos de los dragones cuando su jinete se encontrara en problemas para ver o escuchar algo.

-¿Cómo se supone que veamos desde aquí?- Brutilda se quejó e Hicca suspiró ya cansada. Era demasiado obvio que no habían puesto atención a su explicación en la Academia.

Se acercó con Chimuelo para poder repetir el ejercicio.

-No lo haces. Ese es el punto.- les dijo.

-Oh...- Brutacio trataba de entender.- No, no lo entiendo.- Hicca ya se esperaba la respuesta.

-Cuando ustedes no puedan ver tienen que confiar en Eructo y Vómito para que vean por ustedes.- explicó. Le dió la señal a Chimuelo y ambos volaron todavía más alto en la neblina, ella confiaba que su dragón no los haría perderse.- Así.

Estuvieron unos segundos volando sin poder ver a los demás, eso hasta que escucharon como algo se estrelló. Saliendo de la neblina se dieron cuenta que los gemelos y Patapez se habían quedado colgados de diferentes árboles.

-Podría ser peor.- Hicca comentó no muy segura y Chimuelo le dió la razón.

Los gemelos se veían desafiantes e Hicca notó como Eructo y Vómito daban vueltas.

¿Qué pasó en ese minuto que estaban fuera de la vista?

Lo que atrapó la atención de Hicca fue ver que Patapez silbaba y Albóndiga reaccionó ante la acción. Hizo unos gestos con las manos e Hicca veía interesada cómo la Gronckle recogió a los gemelos antes de que la rama se rompiera.

-¡Si, funcionó!- dijo emocionado, pero falló en notar que su propia rama se estaba rompiendo. Hicca y Chimuelo lograron atraparlo justo a tiempo y subirlo a la espalda del dragón.- Gracias, chicos.

-¿Qué fue eso que hiciste?- le preguntó Hicca muy curiosa.

-Bueno, he decidido crear unas señales de manos en caso de que Albóndiga y yo nos separemos o estemos en peligro.

La emoción de Hicca se estaba desbordando.

-¡Eso es increíble, Patapez! ¿Cómo es que jamás se nos ocurrió eso?- le preguntó eso mismo a su dragón.

-Porque tú tienes la ventaja de hablar con nosotros.

-Touché...

-¡Si, lo sé!- exclamó Patapez.

-Deberíamos empezar a trabajar en eso ahora mismo.- Hicca anunció y Patapez estuvo de acuerdo con la idea.

Lograron reunir a los jinetes con la excusa de una nueva lección improvisada, y después de una breve explicación por parte de Hicca y Patapez, todos comenzaron a trabajar en las señales que usarían con sus dragones.

-¡Chimuelo, listo para la pelea!- Hicca le dijo poniéndose en pose de pelea con un puño cerrado.

Chimuelo imitó su acción listo para atacar y mostrando sus dientes.

-Chimuelo...- ahora apuntó un dedo hacia el suelo.- ¡Bola de plasma!- lanzó el escudo al aire y Chimuelo lanzó una bola de plasma destruyendo el objeto en segundos.- ¡Buen trabajo, amor!

Dragons of BerkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora