Dragons of Berk

El Desafiante

La vida de un vikingo puede ser difícil, dura y tormentosa. Nadie puede superarlo solo. Eventualmente tendrás que depender de alguien. Desafortunadamente... No siempre podemos escoger a esa persona.

Todos los jinetes se encontraban en una misión en el mar abierto. Su padre les había dado la tarea de buscar un barco extraviado , lo cual era un poco complicado porque el cielo estaba demasiado nublado y parecía llover en cualquier momento.

-Esto es patético. ¿Por qué estamos aquí?- Patán preguntó gritando debido al fuerte viento.

-Ésta es nuestra primera misión de búsqueda y rescate.- Hicca le explicó tratando de mantenerse optimista. Aunque quería irse a casa pero no debía decir nada.

-¡Yo veo mucha búsqueda pero no rescate! ¿Siquiera sabes en dónde estamos?

-Papá dijo que el bote de pesca fue visto por última vez dirigiéndose al sur.- Hicca dijo apuntando a aquella dirección. Astrid se acercó y palmeó su espalda en señal de comprensión. Ella bien sabía lo necio que podía ser Patán.

-¡Ni siquiera sabes lo que dices! No hay nada ahí.- Patán reclamó apuntando al agua debajo de ellos y luego a la dirección opuesta.- Yo digo que vayamos al norte.

-¿Y si Hicca dice que vayamos al norte?- Astrid le preguntó y todos observaban a su primo esperando su respuesta.

-¿Estás tratando de jugar con mi mente? ¡Porque no hay nada aquí! ¡Nada!

-Créeme. Lo sabemos.

Astrid suspiró volteando a ver a Patapez.- ¿Qué es lo que dice el mapa?

Patapez trataba de tomar el mapa de forma firme, pero el viento no le ayudaba mucho.- Es difícil de leer en éste ángulo.

-¿Sabes qué, Hicca? Ya estoy harto de escucharte. Yo digo que al norte y ahí es donde iremos.- Patán le dijo cansado antes de jalar a Colmillo y tratando de irse, pero el Pesadilla Monstruosa no se movía.- ¡Hey, tú trabajas para mi!

Colmillo le dió un cabezazo a Patán y salieron volando de ahí.

-¿Vamos a dejar que se vaya así nada más?- Brutilda preguntó y Brutacio solo se encogió de hombros.

-Funciona para mí.

Hicca y Chimuelo intercambiaron miradas aliviadas.

-Al fin paz y tranquilidad.

-Creí que nunca se callaría.

Aunque su momento de calma fue cortado cuando Astrid tosió y la veía con una poker face.

Ambos gruñeron en protesta.

-¡Está bien, ya vamos! Lleva a los demás de vuelta, nosotros iremos por él.- Hicca y Chimuelo fueron de mala gana a buscar al par problema.- ¡Él nunca escucha!- comenzó a quejarse Hicca.- ¡¿Por qué debemos quedarnos estancados con él?!

-¿Quieres que te recuerde todas tus terquedades o seguimos siendo amigos?

-¡Oh, vamos! Como si tu fueras el inocente de los dos.

-Yo no soy quién va corriendo por todos lados jalando las colas de los demás.

-¡¿Todavía sigues enojado por eso?!

-Además, ¿qué no tu abuelo te recordaba que tu prioridad debía ser tu familia?

Su pelea hubiera seguido de no ser por un gran trueno que escucharon muy cerca de ellos.

Iba a comenzar a llover pronto.

Y el idiota de su primo estaba cerca de un tornado.

-¡Mira el tamaño de ese tornado!