Gema de Diferente Color

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Los vikingos son fuertes, rudos y valientes. Pero la valentía es algo gracioso. Algunos nacen con ella, para otros es algo complicado, y otros, bueno... No saben demasiado para estar aterrados.

En la Academia de Dragones los gemelos se encontraban peleando usando escudos para una nueva lección. Brutilda atacaba sin piedad a Brutacio mientras él bloqueaba con su propio escudo; aunque no le duró demasiado ya que no pudo bloquear todo y cayó al suelo derrotado.

-Como les he dicho millones de veces y Brutilda enseñó de forma espléndida , el escudo siempre será su arma más importante. ¿Quién sigue?- Bocón estaba dando la lección del día para que aprendieran a pelear cuerpo a cuerpo sin ayuda de los dragones.

Brutilda celebró por sí misma y le enseñó el escudo muy orgullosa a los demás jinetes.

-Espera, ¿no puedo volver a pelear con ella?- preguntó Brutacio queriendo volver a pelear con su hermana.

-Cuando sea tu turno. Hicca. Astrid.- Bocón formó la pareja ahora con las líderes de los jinetes quienes ya se encontraban en el centro.

-Bueno, y-yo no creo que sea justo de mi parte pelear contra-

Hicca comenzó a decir pero fue interrumpida para poder esquivar la patada de Astrid, pero logró lanzarle un puñetazo e ir por debajo para lanzar a Astrid por encima del hombro.

Al parecer ser entrenada tanto por dragones como vikingos tenían sus ventajas para poder pelear cuerpo a cuerpo después de todo.

Pero al no prestar atención jamás se dió cuenta de que Astrid se paró de manos y saltó volviendo a colocarse de pie. Hicca sonrió pensando que había logrado derribar a Astrid, así que la chica aprovechó su distracción tacleando a Hicca al suelo con la cara al suelo y su brazo siendo retenido en su espalda.

-Cuando estás en una situación como ésta, es mejor permanecer calmados y tomar respiraciones profundas. Cuando esa no es una opción, les recomiendo hacerse el muerto.- Bocón le explicó a todos, pero sabían que iba más dirigido a su ahijada.

-O... Puedes hacer esto.- Hicca dijo agarrando a la chica por sorpresa al patear a Astrid en la cabeza con su pierna derecha logrando desorientar a la chica y tomó su brazo para lanzarla en el suelo para después levantarse rápido y colocar su pierna prostética en su pecho.- Todas esas horas de infierno sí sirvieron para algo.

-O pueden hacer eso. Buen trabajo, Hicca. Buena forma, Astrid.- felicitó a ambas e Hicca se quitó de Astrid para ayudarla a levantarse.

-¿Estás bien?- le preguntó ofreciéndole la mano.

-Nunca estuve mejor. Al menos nada se rompió.- le comentó divertida aceptando la ayuda.- Chimuelo sí que debería pensárselo dos veces antes de hacerte enojar.

Ambas rieron y volvieron a sus asientos.

-Patán. Patapez. Veamos qué es lo que tienen.- Bocón anunció a los últimos contrincantes.

-¡Woo! Creo que todos saben lo que tengo. ¡Patán, Patán, oi, oi, oi!- Patán gritaba festejando por sí mismo.

Todos rodaron los ojos cansados.

-Patapez, no seas tímido. Los vikingos no pueden depender de sus dragones para protegerlos.- Bocón comenzó a explicar pero todos voltearon a ver para buscar al mencionado solo para descubrir que ni siquiera había asistido a la lección.- Eh... ¿Alguien tiene alguna idea de dónde podría estar? ¿Nadie?- le preguntó a los jinetes.

Todos negaron con la cabeza o se encogieron de hombros.

...

En una pequeña isla de rocas un poco alejada de Berk, Patapez y una humana Albóndiga se encontraban relajándose en la costa.

Dragons of BerkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora