capítulo nueve

916 79 3
                                    

Luego de separme del beso, lo miré para después volver a abrazarlo, besando su mejilla.

—Jamás había sentido esto por nadie, y quiero que sepas, que si no sientes lo mismo, lo entiendo, pero solamente quería expresártelo.

Dije, esperando nerviosa su respuesta, no sabía que iba a ocurrir, pero por lo menos había dejado que mi corazón y coherencia hablen juntas, apreté los labios esperando que reaccionara.

—Yo también lo siento, solamente, quiero ir despacio, ¿te molesta?

Negué, agarrando su mano, él cerró los ojos mirando al suelo, yo tomé su mentón, haciendo que posara su mirada en mi.

—Iremos a nuestro ritmo, no te preocupes.

Salí del vagón, junto a Vitaly, viendo como Alex y Gia estaban saltando en el enorme trampolín, Vitaly los miraba serio, mientras todos aplaudían emocionados, se notaba a kilómetros su gusto de uno por el otro.

—¡Bravíssimo! ¡Vitaly, tal puedas hasta volver a levantar pesas enormes!

Todos comenzamos a hablar dando nuestras ideas, sentía un poco de nerviosismo, no sabía nada de mis padres, nisiquiera sabía como podía convencerlos, ¿se van a decepcionar de mi, me van a dejar de querer?

—Pst, señorita pantalones ajustados, tenemos una problema grande.

Skipper fingió acento italinano, a lo que yo lo miré curiosa, sin entender mucho lo que estaban hablando.

—¿Qué, qué grande problema?

Me tomó de la mano, volteé a mirar a Vitaly quien me miró alejarme, me colocó un sombrero de girasol, a lo que lo miré confundida, me hizo agacharme y tomar vinoculares, los recibí y miré al horizonte, vi y habían policías, los de New York, nos estaban buscando.

—¡Mierda nos encontró!

—Shhhh, harás que nos descubra.

Lo miré enarcando una ceja, ya que todos traímos sombreros de girasoles, no era tan complicado hacerlo.

 —Debemos irnos, pronto.

—P-Pero no estamos listos, ¿y si arruinamos la única oportunidad de volver?

Exclamé preocupada, sacudiéndolo de los hombros rápidamente mientras hablaba nerviosa trabándome, este se sacó los lentes dejando ver sus ojos azules, y me alejó suavemente.

—Bueno, entonces, agarra tu pedúnculo y despídete de New York

—No podemos, tenemos que irnos ya.

Lo miré preocupada, a lo que salí corriendo donde estábamos hospedados, llamando la atención de todos, gritando que teníamos que partir, esa misma tarde, más bien, ahora.

—¿Estás segura que estamos listos?

Preguntó Estefano moviendo sus brazos nervioso, mirándome preocupado, yo lo abracé sonriendo ocultando mi nerviosismo.

—¡Por supuesto Estefano, nacimos listos!

Comencé a empujar a todos, metiéndolos para poder entrar. Comenzamos a embarcar, y nos sentamos y el tren comenzó a marchar. Estaba en el vagón de Vitaly, sentada leyendo un libro de danza área, cuando escuché que el armario se abría, vi que  Vitaly por un momento se quedó serio, para luego cerrar con fuerza y caerse, lo ayudé a levantar, se estaba hiperventilando, le estaba dando un ataque de ansiedad.

No es que no supiera sobre esto, en el mundo del modelaje varias personas tenían este tipo de problemas, o anorexia, bulimia, era bastante duro, no es como todos pensaran. Me levanté tomando su mano.

—Aquí estoy, aquí estoy.

—No creo lograrlo...

Susurró en mi pecho, le acaricié la espalda tratando de darle consuelo.

—Claro que lo harás, recuerda, el show debe continuar.

Este me miró con ojos llorosos, y sus lágrimas caían desconsoladamente.

—Vitaly...

—Tengo miedo.

—Créeme que te entiendo, en mi primera pasarela yo también lo tenía, pero salí, salí a pesar de eso y aquí estoy, tuve que luchar muchísimo.

—¿Pasarela?

Mierda, no me digas que había arruinado los planes de todos por mi boca.

—Digo a mi primer show.

Vitaly me miró enarcando una ceja, para luego volver a abrazarme, se sentía la fragilidad de su alma y de todos sus miedos.

—No me sueltes, ¿si? no lo hagas, todos me abandonaron por mi caída del estrellato

—No lo haré, estoy aquí.


Nueva atracción. [Vitaly y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora