capítulo once

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—Ustedes...pertenecen a la cárcel.

Nos señaló con una pistola calibre 64, nos asutamos retrocediendo, Alex se puso delante mío, todo el tiempo veíamos la puerta, ya fue, nos íbamos a morir ahí mismo.

—¡Llegando!

Sentí un alivio enorme, tanto que solté un suspiro, me dolía el pecho por el preinfarto que me iba a dar, Skipper, dándole un rodillazo, los demás les pegaron a los policías alrededor, y la esposaron, amarrándolos a todos en una bola.

—¡Yéndose!

Los votaron del camerino, seguridad los llevó a la salida, Skipper se acomodó el traje junto a sus 3 amigos, se colocó las gafas sonriendo orgulloso, sus otros amigos siguieron su ejemplo. Chocaron las manos en sincronía.

—¿Te impresioné?

Dijo Cabo, Skipper le dio una palmada en la cabeza, supuse que si por el acto, pero después se encogió de hombros.

—Nah, no mucho.

Salieron por la puerta, me guiñó el ojo a lo que yo alcé el pulgar, respiré más tranquila colocándome la mano en el corazón.

—Eso estuvo cerca. —Susurró Alex.— Casi me muero.

—¿Alex?....

Volteamos, y vimos que Gia tenía el periódico en la mano.

—¿Ustedes...son modelos de New York?

Nos miramos entre todos, nos sentíamos demasiado culpables, traté de acercarme a Vitaly pero este retrocedió rápidamente.

—Yo quería hablarte de esto, pero es que no sabía como decírtelo, por favor escúchame.

Lo tomé de la mano pero él la quitó bruscamente, me miró, y se notaba que quería llorar, eso me rompió el corazón profundamente.

—Te conté cosas que jamás le había contado a nadie, ¿y me haces esto?

Sentí como un pitido se escuchaba, vi como todos estaban hablando, pero no escuchaba a nadie, todo a mi alrededor se había inundado en un profundo y doloroso silencio. 

Traté de dar dos pasos pero Vitali solamente articuló un: te desprecio

Alex estaba en las mismas, Gia había salido corriendo, todos nos habían abandonado, nos quedamos solos en el camerino donde hace unos minutos estaban brindado por nosotros, me senté y comencé a llorar tapándome el rostro.

Alex me abrazó de los hombros, pero una gota de su llanto cayó en mi pierna, alcé la mirada y él también estaba llorando, lo abracé. Justo cuando pasó eso, llegaron los paparazzis, tomándonos fotos, haciéndonos preguntas sobre nuestra fuga, cuando salimos, vi a mis padres cruzados de brazos, me sorprendí.

—¿Papás?...

Pregunté, pero ellos solamente me señalaron la limusina, a regañadientes, me subí, cuando miré hacia afuera estaba Vitaly mirándome, miré al suelo y la ventana subió.

—¿Qué hemos hecho?

Exclamó Melman, Gloria estaba triste llorando en su hombro.


Nueva atracción. [Vitaly y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora