capítulo diez

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Después de un día de viaje, habíamos llegado a nuestro destino. Nos bajamos, y comenzaron los preparativos, estaba sentada, Gia me había prestado ropa, me había bañado, por fin me sentía pulcra, estaba concentrada mirando a todos, después de eso, Gia me terminó de maquillar, colocándome el gloss.

Cuando tomé el espejo, me reí, hace mucho tiempo que no me maquillaban, sentía que me veía patética.

—Mamma mia ___, estás preciosa.

Reí apenada, mirándola, negando, sonrojándome, la miré sintiendo que había encontrado una amiga después de la falsedad que es el mundo del estrellato, me sentía en casa.

—Me veo ridícula.

—Claro que no, te ves hermosa.

Dijo colocando todo el maquillaje en la caja, guardándolo en el tocador del camerino, se cepilló su larga y hermosa cabellera rubia, sentándose

—¿En serio?

—¡Claro! Recuerda que si no tienes confianza, fíngela, así el mundo no sabrá si es verdad o mentira, sólo tú, eso es lo que he aprendido.

Me dolió un poco escuchar eso, ciertamente, no era lo mismo, pero el mundo del entrenimiento se parecía al mundo del modelaje, ¿fingir confianza? Suena un poco duro, pero no podía hablar, estaba también sumergida en eso.

—Bueno, me iré a preparar, suerte.

Sonrió agitándome la mano, yo devolví el gesto, Alex se acercó a mi, pero no sin antes ver a Gia irse, quien le guiñó un ojo y esta sonrió, cerrando la puerta dejándonos solos, me acosté en la mesa recargando mi cabeza, mirándolo.

—Te ves bien, no te preocupes por todo lo demás, ¿si?

Sonreí cálidamente, siempre  él sabía que decir, quería llorar, y algunas lágrimas rebeldes se me estaban saliendo, pero trataba que no por el maquillaje, ya el dolor de la mentira me estaba comenzando a pesar, me había enamorado de alguien en el proceso de una mentira cruel.

—Estamos demasiado jóvenes para todas estas mentiras. 

Susurré, lo suficientemente alto para que Alex escuchara, mi vista se posó en una caja de cigarros que había, saqué uno, encendiéndolo, viendo el humo irse con el viento de por ahí, miré a Alex, quien también me pidió uno, los dos nos quedamos fumando para calmar la ansiedad que teníamos.

Luego de unos momentos, era hora del show, les deseé suerte a todos, especialmente a Vitaly que le alcé el pulgar, para después comenzar a ver todo el show, viendo como la práctica había dado resultados, Vitaly colocó el aro más pequeño, y comencé a sentirme ansiosa, mi pierna lo demostraba.

—Dios te salve María, llena eres de gracias, el señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres...

Escuché a Martin comenzar a rezar, a lo que rodeé los ojos, esperando qure todo funcionara, me tapé los ojos, no quería ver si fallaba. Pero en vez de eso, escuché aplausos y gritos, entonces si lo había logrado. 

Grité también abrazando a Alex, quien después de eso abrió las cortinas para que todos salieran. 

Los miré desde el público con mis amigos, sentándonos en primera fila dándoles apoyo, gritando y alzando los brazos cada vez que Vitaly salía, cuando hicieron la reverencia que había terminado, fuimos corriendo tras bambalinas, lo abracé saltando sobre él.

—¡Lo lograste, estoy muy feliz por ti!

—No, lo logramos.

—¡New York aquí vamos!

Todos chocaron los cinco, sentándonos, Vitaly tomó una botella de agua, estaba relajándose y yo estaba sentada sobre sus piernas quitándome el maquillaje, después iba a hacer lo mismo con él.

Alex estaba contento, y Gia lo abrazó sonriendo, Vitaly y yo nos miramos, para después ver lo que pasaba.

—¡Estaba volando, podía sentirlo!

Alex asentía riendo, mientras alzaba a Gia, me comencé a sentir mal, no quería saber lo que pasaría cuando los abandonaramos a su deriva, me comenzó a doler el pecho, me puse la mano en el corazón debido al dolor, ya que comenzó a ser agudo.

—Ya quiero recorrer el mundo contigo, ¡será genial!

Nos quedamos callados Gloria, Melman, Martin y yo, mirando como la sonrisa de Alex se hacía pequeña.

—Bueno, creo que no es una buena idea, ya sabes, nosotros somos un circo retirado.

Gia volteó riendo.

—¿A qué te refieres? ¡Podemos practicar, seremos los mejores!

Vitaly asintió, parándose obligándome a que también me parara, colocándose a lado de Gia.

—Así es, ¡tenemos que brindar por los dos circos que se van a unir!

Todo el circo alzó su botella de agua, nosotros nos miramos preocupados, no sabíamos que decir, estábamos contra la pared y la espada.

Todo fue interrumpido por motos, vimos que era Dubois, se bajó aplaudiendo fingiendo llorar. Sentí como mi corazón se paraba, ¿cómo nos había encontrado? 

—Muy bonito y conmovedor todo, me sacaron lágrimas...bueno, no. Ustedes deben volver a New York, como los modelos fugitivos que son, tienen que pagar la máxina condena.

Sacó el papel periódico poniéndoselo a Alex en la cara, Alex lo tomó, retrocediendo tratando de ocultarlo, activé el teléfono, para que los pinguinos escuchasen, lo miré a Alex, para que hiciera lo mismo con todos y la seguridad de nosotros llegara lo más rápido.

Por cada minuto que pasaba, sentía que eran minutos eternos, ¿dónde está seguridad? Me quiero morir.

Nueva atracción. [Vitaly y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora