Capítulo 11

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Daniela

Aún sigo procesando las palabras del hombre frente a mi y lo más seguro es que me esté confundiendo con alguien más. Bien dicen que toda persona tiene un doble casi perfecto en el mundo.

- No quisiera ser grosera, pero creo que usted me está confundiendo con alguien más.

- Estoy seguro de que no te estoy confundiendo con nadie, se perfectamente donde te he visto. Simplemente que ahora no lo diré.

- Insisto señor, no lo conozco. Me llamo Daniela Lambert, soy la dueña de la agencia y les pido perdón por lo que sea que les haya dicho mi hija. A veces habla sin pensar.

- ¿Es tu hija? - me pregunta él y yo asiento.

- ¿Esta princesa adorable es tu hija? - pregunta otra vez la chica para amedrentar el ambiente.

- Así es, soy su hija y no me gusta que me digan ni adorable, ni mucho menos princesa. Me parecen términos muy infantiles y por eso no me gustan.

Siento que todo mi cuerpo va a dar un colapso por las palabras de mi hija, esta niña sin duda no tiene filtro alguno. Veo como la chica a la que Ethel le ha dicho eso sonríe ampliamente y se cruza de brazos. Sin embargo, aquel hombre al que le dije que me estaba confundiendo con alguien más no ha dejado de mirarme ni un solo segundo. También lo he visto mirar a Ethel fijamente y eso me inquieta.

- Ethel, por favor no seas grosera - la reprendo.

- No soy grosera, solamente me expreso y doy mi opinión sobre algo que no me gusta.

- ¿Sabes algo Ethel? - le pregunta la chica - Me gusta tu carácter, tu yo nos llevaríamos genial. Mi nombre es Ariarys, ellos son mis hermanos Herbie y el de cara de perro rabioso se llama Guillermo.

- Un gusto en conocerlos supongo.

- Les presentaría a mi hermano, pero ese es un vago sin remedio y debe de estar durmiendo.

- ¿Tienes dos hijos? - me vuelve a preguntar el tal Guillermo alzando un poco la voz.

- ¿Oye Guillermo hermano qué te pasa? - le pregunta el tal Herbie - Le estás haciendo preguntas a la dama que no te corresponden.

- Perdónalo Daniela, Guillermo se cayó de la cama al nacer. Yo fui la que agendo la cita porque he escuchado de tu trabajo y tienes excelentes referencias. Quiero que te hagas cargo de organizar el cumpleaños de nuestra madre.

Si bien el interrogatorio del tal Guillermo me había dejado algo incómoda, alejo todo mal pensamiento de mi cabeza y decido concentrarme en lo verdaderamente importante. El trabajo.

Abro la puerta de mi oficina y los hago pasar a ellos primero, sin embargo, una vez entran dos de ellos. Siento como una mano fuerte cubre mi muñeca, al mirar al causante de esto. Veo que es Guillermo, quien no solo sostiene mi mano, si no que está demasiado cerca de mi rostro.

- ¿Qué cree que hace?- pregunto en tono bajo para no provocar un escándalo.

- Ni creas que vas a escapar de mi, me debes una explicación.

Cuando ese tipo me suelta, siento una rara sensación en todo mi cuerpo y la verdad no entiendo el por qué. Él dice conocerme y yo digo que no, no obstante lo mejor será que después aclare este dilema con ese señor.

Una vez ya dentro de mi oficina, veo que todos miran a Ethan que está dormido en mi sofá y su hermana acaricia su cabello que se a metido en su rostro haciendo que no se le vea bien.

- Bien tomen asiento y comencemos - digo sin más.

Planear una fiesta de cumpleaños no es del todo difícil como parece, solamente hay que tener bien claro los gustos de la festejada o festejado. También hay que saber todo lo que quieres que haya en la fiesta por la cantidad de invitados y como esta fiesta será en dos semanas hay mucho que hacer.

...

Luego de la reunión con los hermanos De Luca, doy gracias de que se hayan marchado de mi oficina porque al parecer para todos era palpable la incomodidad en el ambiente.

Estoy recogiendo mis cosas para marcharme ya a casa, necesito organizar mis ideas para la decoración de la fiesta. Aprovecho para tomar un respiro mientras mis niños fueron a la oficina de su tía hace un rato y de seguro ese trío está haciendo alguno de sus desastres.

Me volteo de inmediato al sentir como la puerta de mi oficina es abierta sin antes yo darle acceso a la persona en cuestión y para mi mayor sorpresa era ese hombre.

Guillermo De Luca.

- ¿Qué hace usted aquí otra vez? Creía que ya había desistido de esa absurda idea de que me había visto antes.

Cuando dije esas palabras, él solo me miró directamente a los ojos mientras se acercaba a mi. Era como si estuviera buscando algo o tratando de intimidarme, sin embargo, yo no iba a permitir que eso pasara.

En cuánto él estuvo lo suficientemente cerca de mi cuerpo, volví a sentir como todo dentro de mi se estremecía y no es para menos este hombre causa todo tipo de sensaciones con solo una mirada.

No comprendo como todo pasó de ser una batalla de miradas verde contra café obscuro, lo que si sé es que tenía su boca pegada a la mía.

Sus labios demandantes, reclamaban los míos con desesperación y furia, algo que me desconcertó por completo. No obstante traté, juro que traté de separarme de él pero me fue imposible.

Con una de sus grandes manos sujetó mi cintura y con la otra sostuvo mi cuello para que no escapara de él. Siento como todo mi cuerpo quiere seguir este beso, es como si ya lo hubiera besado antes. Aunque aguarden.

¿Acabo de decir que me parece haberlo besado antes? A mí mente llegan todas las noches en que me despertado soñando con las sensaciones que provocó aquel desconocido en mi. Sensaciones que ahora recorren mi cuerpo en este instante y juro por dios que no miento. No creo que la vida y el destino sean tan maquiavélicos como para ponerme en esta situación.

De repente me separo de él al escuchar la voz de mi hijo, este a exclamado la palabra mamá y al despegarme de este hombre. Veo el ceño fruncido de Ethan tras sus gafas obscuras porque las trae puestas y creo que se me había olvidado decirles que es un celoso en potencia cuando se trata de mi o su hermana.

Ya en otras ocasiones me había espantado alguno que otro pretendiente cuando se pone en plan celoso.

Cubro mi boca para tapar el desastre que de seguro dejó Guillermo y creo que mi pequeño lo vio de igual manera.

- ¿Se puede saber quién es usted? ¿Por qué estaba besando a mi mamá? - le preguntó Ethan de frente y sin rodeos manteniendo su carácter serio.

- No creo que un niño como tú pueda entender el porque besé a su madre - le respondió Guillermo con una sonrisa.

- Te sorprenderías de lo que un niño como yo pudiera llegar a entender y a mi parecer aquí las cosas están claras. De seguro pensaste que mi mamá era una mujer soltera que tiene dos hijos y de seguro sería una presa fácil para llevártela a la cama. A lo que te respondo que pierdes tu tiempo, mi papá no dejaría que nadie se acerque a ella y por lo tanto yo tampoco.

Siento que mi mandíbula está súper abierta y que debo cerrarla de inmediato. Mi pequeño hijo a dejado a Guillermo sorprendido al igual que a mi y lo que más me preocupa es la mirada que este me dedicó al escuchar que mi hijo mencionó a su papá. Cuando vi ese destello de frialdad en sus ojos verdes, no pude evitar desear que ese hombre no fuera el que yo estaba pensando.

Definitivamente él no puede ser el único hombre rubio y de ojos verdes en el mundo. No creo qué él sea el hombre de aquella noche y por lo tanto el padre de mis hijos.

El padre de mis Hijos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora