Capítulo 20

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Guillermo

El resto del día me lo pase en el trabajo haciendo papeles y revisando contratos, con el fin de no tener que pensar en Daniela con ese tipo y es que de solo imaginaros juntos me molestaba de una manera extraordinaria.

Estaba terminado de revisar un contrato que me había dejado mi secretaria hace unos días cuando siento la puerta de mi oficina abrirse, despego la vista del documento y me encuentro con David quien viene con una sonrisa de oreja a oreja. Me pregunto que lo tendrá tan contento el día de hoy, ojalá me haya traído la información que le pedí. Sin embargo, al ver que no trae nada en sus manos despejo toda esperanza existente.

— Antes de que me preguntes nada porque por tu cara ya puedo ver que pensabas, para mañana sin falta tendrás todo lo que encontré sobre Daniela Lambert. Solamente espero que seas capaz de soportar el notición que te tengo. Es que es sumamente impresionante.

— En vez de querer hacerte el enigmático, porque mejor no me dices exactamente qué es lo que sabes de una buena vez. Sabes que no soy hombre de mucha paciencia que digamos.

— Porque sabes perfectamente mejor que nadie, que no me gusta revelar ningún dato hasta que tengo todo completo.

— ¿Entonces a que viniste?

— Vine para decirte que el negocio en París salió muy bien, en unas dos semanas nos entran las telas y una vez estén aquí nosotros nos hacemos cargo de distribuirlas.

— Me parece perfecto ¿Te aseguraste de la calidad de las telas? Nosotros al exportarlas no revisamos eso y lo sabes porque los productos ya vienen cerrados. Solamente respondemos por los daños que nosotros hagamos.

Por supuesto, fui personalmente a verificar todo y también estuve cuando las metieron en los paquetes. También quiero decirte que mañana te enviaré el contrato con mi hermano para que seas solamente tú el que me exporte las telas. Tu empresa es la mejor que hay y confío en ti ciegamente.

— Pues entonces bien, nosotros nos encargamos de todo.

                           (…)

Estaciono el auto en la entrada de la mansión de mis padres y veo que los autos de mis hermanos están aquí. Al parecer llegaron antes que yo y solo espero que esta noche sea una tranquila. No soportaría una pelea entre mi padre y mi hermana en este momento, menos cuando el día de hoy no lo tengo para nada bueno.

Al entrar en la casa soy recibido por Gloria, la ama de llaves y la empleada más antigua de la casa. Aparte que también es la más leal que hemos tenido y nuestra nana, ya que en esta casa ella prácticamente nos crío junto con nuestra madre. Ella nunca pudo tener sus propios hijos y es por eso que siempre la consideramos como un miembro más de la familia junto con Alberto. Él, desde que yo tengo memoria ha sido el chófer de confianza de mi padre y un muy buen amigo de toda la vida.

Dejo un beso sobre su frente y mientras que ella me recibe con mucho cariño, me da uno de esos abrazos reconfortantes, después de separe de ella, le pregunto por su salud y es que es lo mínimo que puedo hacer después de tantos años que ella tuvo que aguantarme a mi y a mis hermanos.

Después de escuchar de su boca que todo está bien, me comunica que ya puedo pasar al comedor en donde se encuentra mi madre junto a mis hermanos. No puedo evitar preguntarle por mi padre, a lo que ella contesta que está en su despacho arreglado unos asuntos de último momento, algo que dudo y es que lo más seguro el esta tomando esta actitud para hacer que mi hermana centre cabeza, algo que yo ya considero una batalla perdida.

Cada vez que ellos se ven, ambos terminan perdiendo la compostura y llegan hasta los gritos. Algo que le veo muy mal a mi padre y siempre le he dicho que está bastante equivocado porque mi hermana no va a cambiar su forma de ser. Y a estas alturas de su vida, menos cambiará.

Él debería de estar más que informado de eso, no entiendo cuál es su obsesión con que mi hermana sea una dama distinguida, pura y respetada. Cuando hoy en día las mujeres de su edad son hasta el doble de peor que Ariarys.

Nunca he criticado la manera de vivir de mi hermana, y aunque ella sea una persona alocada y que siempre este buscando la manera de pasarla bien con alguien distinto. Yo creo que deberíamos de dejarla que ella busque su propio camino y es que todos somos libres de escoger que queremos hacer con nuestra vida y mi hermana no es la excepción. Aparte, sería muy hipócrita de mi parte si le reprocho algo a ella porque es que yo hago exactamente lo mismo.

Yo si fuera mi padre y mi hija fuera Ariarys, buscaría la manera de estar más cerca de ella para que sienta que su familia la quiere. También trataría de hablar con ella o me sentaría a escuchar lo que ella me tuviera que contar, así sabría que le importa a alguien. No importa los errores que ella cometa, los padres siempre deberían de estar ahí para sus hijos.

Nuestros padres en realidad siempre han sido un amor de personas y a nosotros nunca nos faltó nada, pero digamos que mi padre es un tanto más reservado o conservador. Tanto que aunque busque la felicidad para mi hermana, todos sabemos que ella no es el tipo de chica que se casaría en un matrimonio arreglado y después buscaría ser felices por siempre.

Entro al comedor y veo a mi hermana junto a nuestra madre, ambas muertas de la risa. Miro como mi hermano tiene una cara de pocos amigos, lo que me da entender que ambas se están burlando de él y al parecer el tema no le hace mucha gracia. ¿Me pregunto qué habrá pasado?

Esta mañana él estaba perfecto y  muy entusiasmado hasta contento porque iría a ver a su dulce chica de limón. Cada vez que pienso en ese apodo, no puedo imaginarme lo ridículo que se ve mi hermano cada vez que lo dice.

— ¿Me perdí de algo? – pregunto una vez aparezco en sus campos de visión.

— Por supuesto que te perdiste de algo hermanito, ni te imaginas lo que le pasó a nuestro Herbie – dijo Ariarys soltando una carcajada.

— Hijo, desde que Ariarys me lo dijo no he podido parar de reír porque no creo que simplemente eso haya pasado – habló mi madre de igual manera.

Curioso por lo que pasó y esperamos a que ella tomen algo de aire para que puedan contarme, saco la silla de la mesa para sentarme justo enfrente de Herbie. El cual ni siquiera me ha mirado y supongo que lo que le pasó debe de estar buenísimo para que ni siquiera se atreva a mirarme.

— Ahora han despertado mi curiosidad y quiero saber qué fue lo que le pasó a mi adorado hermano – digo con una risa burlona en mis labios y este me mira como si quisiera matarme en este instante.

                            (…)

Sostengo mi estómago y limpio las lágrimas que se han escapado de mis ojos debido al ataque de risa que acabo de sufrir. Es que simplemente no puedo creer que le hayan hecho semejante cosa y que para colmo el idiota se haya dejado hacer eso sin notar que todo era una trampa.

— Eso, eso sigue burlándote de mí. Ya veré yo cuando te toque pasar por una situación similar.

— Lamento informarte hermanito que yo no soy tan idiota como tú. Solamente a ti te pudo pasar que una mujer te dejara amarrado y sin ropa en la habitación de un hotel. Es que me imagino la escena y es mejor que una película humorística. Después me pasas los datos de la heroína del mundo, ya que desde ahora ese va a ser su apodo.

— Vete al infierno Guillermo, ya suficiente tengo con las burlas de mamá y las de Ariarys porque ella fue la que tuvo que ir a buscarme. Sin embargo, esto no se va a quedar así y esa dulce chica de limón va a pagar por su atrevimiento.

Cuando Herbie mencionó que su dulce chica de limón fue la que le hizo eso, no pude aguantar más y volví a estallar en risas. Esa era la misma chica que la noche anterior le había echado su tragos sobre la cabeza, se ve que es hembra de armas tomar y desde ahora se que a mi hermanito le va a quedar grande domarla.

El resto de la noche la pasamos tranquilos, gracias a la vida que por fortuna hoy no hubieron discusiones entre mi padre y mi hermana. Mi padre simplemente se limitó a hablar con nosotros lo esencial y por supuesto reprendió a Herbie por su desfachatez. Luego volvió a meterse en su despacho y de ahí no salió más.

Ahora lo que no podías salir de mi cabeza, eran las palabras de David cuando mencionó que me iba a sorprender con la información que me tenía. Solamente cuento las horas para que el día de mañana llegue lo antes posible.

El padre de mis Hijos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora