Capítulo 3

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Guillermo

Después de que mi hermano y Letkiam se fueron de mi oficina, en la tarde recibí la visita de mi padre. Este había venido para reclamarme por mi reciente aparición en la portada de una de esas tantas revistas amarillistas.

Según él, esta remarcaba mi salida de anoche de algún hotel en donde estaba con una de mis amantes en turno. Sinceramente el que este tipo de revistas haga esto me tiene sin cuidado, sin embargo, lo que me enerva y me hierve la sangre es saber que mi padre se sigue metiendo en mis asuntos. El podrá ser mi padre y el hombre que me inculcó valores, pero hay algo que se llama privacidad en esta vida.

Luego de una acalorada discusión porque él quería imponer su santa voluntad sobre mí. No llegamos a ningún lado como siempre y se fue de mi oficina dando un portazo. El poco buen humor que tenía, se esfumó como por arte de magia y en su lugar dejó a una fiera enjaulada.

Solamente quería salir de esa maldita oficina que me estaba asfixiando cuanto antes, por lo que tomé mi saco y me dirigí a la puerta.

Me encuentro en el bar que es propiedad de Letkiam porque sí, el muy hijo de su madre se había mandado a construir un bar. El cual en poco tiempo se había convertido en uno de los más famosos de la ciudad y de paso uno de los más concurridos por la sociedad elitista.

Llevo aquí alrededor de una hora y media. Sin embargo, aunque el bar está al reventar de lleno, no consigo encontrar a ninguna mujer que despierte mi interés. Todas las que aquí se encuentran son iguales a las que he conocido siempre, falsas y más interesadas en tu bolsillo que en ti.

Cansado de estar buscando a alguien con quien tener un buen sexo esta noche, decido que lo mejor sería irme. No estoy de ánimos como para estar aquí en estos momentos.

Cuando me levanto de mi asiento y me acomodo el traje, una mujer de apariencia bastante fresa llama mi atención. A simple vista da la impresión de ser una niña mimada de papi, pero cuando la miras bien te puedes dar cuenta de que no es así. Ella viene acompañada de una amiga y ambas se dirigen hacia una mesa cerca de la pista.

Intrigado por esa mujer, decido quedarme un rato más para ver que sorpresas me puedo llevar. Desde donde estoy sentado que es en la zona VIP, puedo ver todo lo que ella y su amiga hacen.

La mujer de vestimenta rosada quién es la que ha llamado mi atención, ha estado bebiendo y bailando al ritmo de la música sin importarle nada. Yo sigo uno por uno todos sus movimientos y debo de admitir que es una mujer jodidamente sexy. Lo que hace que mi pantalón me moleste y la incomodidad se note en mi rostro, nadie jamás había despertado mi interés de este modo.

Cansado de seguir solamente mirándola, decido que es hora de lanzarse al ataque de esa gatita hermosa. Cuando me levanté de mi asiento para ir en su búsqueda, sentí como el alcohol ya estaba haciendo estragos en mi sistema. Aún así todavía estaba cuarenta por ciento sobrio y eso basta para mi.

Me voy acercando a ella cual depredador a su presa y al verla darme la espalda, posiciono mis manos en sus caderas atrayéndola hacia mí. Ella por la repentina acción, se voltea y cuando sus ojos chocan con los míos veo los más hermosos del mundo. No se si es el alcohol en mi sistema el que está diciendo eso, pero estos ojos color café obscuro mehipnotizaron.

Llevo mis labios cerca de uno de sus oídos y en forma de susurro solamente digo una palabra. La cual hace que su piel se estremezca por completo, no obstante yo. Aspiro su delicioso aroma a frutos secos y me pierdo en él.

Esta mujer tiene que ser mía, sea como sea. No me importa todo lo que tenga que dar para conseguirlo.

El padre de mis Hijos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora